No quiero caer en la trampa del caos o el aburrimiento como alternativas para un próximo futuro tras la jornada electoral del 20-D. No quiero, pero es difícil zafarse del miedo a que suceda cualquiera de esas dos cosas. De momento, me quedo en el terreno de la confusión infinita cuando contemplo las elementales combinaciones posibles en la búsqueda de una fórmula que permita un Gobierno estable a la par que razonable. Tras el fracaso de Albert Rivera se achica el campo de presidenciables: Rajoy, Sánchez e Iglesias.
Mariano solo cuenta de momento con la abstención de Ciudadanos, que es lo mismo que no tener nada. Pedro tendrá que contar con Podemos e IU para intentar luego sumar al PNV y a Coalición Canaria, 168 diputados, faltan 8 para la mayoría absoluta, pero flotable en segunda votación, lo que sería suficiente. Pero la exigencia del referéndum catalán por parte de Iglesias desbarata esa jugada. El PSOE ni loco podrá aceptar sumarse al carro del referéndum e Iglesias no parece dispuesto a dar su brazo a torcer. Puede ser que nos esperen tres meses de tira y afloja que conduzcan al aburrimiento o, lo que es peor, al caos, con repetición de las elecciones en marzo. La única ventana es que en las próximas semanas el problema catalán se aclare y se facilite una salida al problema de España entera.
Mariano solo cuenta de momento con la abstención de Ciudadanos, que es lo mismo que no tener nada
Que el problema catalán se aclare: con eso quiero decir que el caos interno allí, tras sus autonómicas, rompa el proceso independentista y Pablo Iglesias quede liberado de su compromiso con un referéndum en el que ya sabemos que iba a votar en contra de la independencia. Posible, aunque el tema tenga visos de inverosimilitud. Todo apunta a que solo hay ese obstáculo para que Podemos entrase en el juego de votar por Sánchez en la investidura. Contando además con que Ciudadanos se limitaría a abstenerse en una hipotética primera votación de investidura de Rajoy, el cual no contaría con el apoyo de nadie más, a no ser el único voto de Coalición Canaria. De modo que el desenlace está en manos de Iglesias y vinculado al asunto del referéndum. ¿Son ustedes capaces de imaginar una España política de los próximos meses sumida en el caos y/o aburrimiento, sin que los dirigentes responsables quieran o sepan sacarnos del atolladero que puede hacer enfermar de risa y de llanto a las gentes españolas? ¿Y qué tal eso de unas nuevas elecciones generales en tres meses, después de cinco elecciones durante 2015? ¿Por dónde tiraría la gente española? ¿Por el abstencionismo, por la creación de otro 15-M para ver qué pasa, por volver al bipartidismo, por votar a Ciudadanos, por acordarse de Izquierda Unida? ¿Por dónde?
Pedro Calvo Hernando