lunes, septiembre 23, 2024
- Publicidad -

La Nueve

No te pierdas...

Los parisinos se encontraban sorprendidos. Aquella mañana del día veinticuatro de Agosto de mil novecientos cuarenta y cuatro, no esperaban que unos blindados norteamericanos-un grupo de semiorugas y tres tanques Sherman-, recorriesen las calles de la ciudad de la luz. Todavía estaban los ocupantes alemanes en la ciudad y pensaban que venderían cara su derrota. Los ejércitos aliados se encontraban a unos kilómetros, pero todo el mundo esperaba que se combatiese por la capital de Francia. El Gobernador alemán Von Choltitz, había desobedecido la orden de Hitler en el sentido de que incendiase Paris. Sencillamente, un militar de carrera como el, no podía ni quería cometer tal atrocidad, a pesar de conocía la posibilidad de que los nazis tomaran represalias contra su familia.

Pero la sorpresa fue en aumento cuando vieron que los hombres que componían aquella fuerza, no eran los típicos muchachotes de Arkansas, ni siquiera los franceses del General De Gaulle. Entonces ¿Quiénes eran aquellos jóvenes bajitos, renegridos y con cara de mala hostia?

La respuesta estaba en el nombre con el que habían sido bautizados los blindados: “Guernica”, “España cañi”, “Madrid” “Brunete” etc. Se trataba del batallón de choque de la segunda División blindada del General Lecler, “La Nueve”, como era conocida en español y sus integrantes, al mando del teniente francés Raymond Dronne y de segundo al teniente español Amado Granell. Se trataba de ciento cuarenta y seis españoles (de los cientos sesenta hombres que formaban la compañía) alistados en el ejercito de la Francia libre, tras haber escapado de España tras la guerra civil. Casi todos eran anarquistas, gente dura, veterana y con tres cojones-uno más que los gabachos-, que tras combatir en medio mundo habían sido instruidos en la Gran Bretaña para participar en la invasión de Europa.

La Nueve entró por sorpresa en la ciudad. Los soldados españoles comprendían que se encontraban en el centro de un avispero lleno de alemanes y no bajaron la guardia. Tuvieron que hacer frente a emboscadas alemanas, francotiradores, pero llegaron al centro de Paris. Estaban rodeados por tropas alemanas, pero al parecer se la sudaba.  La audacia con la que se comportaron fue digna de un Hernán Cortes o un Francisco Pizarro. Digna de los grandes guerreros de la antigüedad. Sin pensarlo dos veces, después de un día de escaramuzas y combates, el extremeño Antonio Gutiérrez-que seguramente echaba de menos el vino de pitarra-, entró en el Hotel Maurice donde se encuentra el Gobernador Alemán y sus oficiales e hizo prisioneros pistola en mano, a los jerarcas nazis.  Me imagino la cara de los oficiales invasores al ver que un soldado moreno y bajito los apuntaba con su arma. Von Choltitz le indicó con educación que no podía rendir la ciudad a un soldado, que tenía que ser a alguien de rango superior a él. Gutiérrez, que era sobre todo un caballero español, asintió, manteniendo durante horas a los prisioneros hasta la llegada de un Oficial General. Von Choltitz, agradecido porque aquel soldado del sur de Europa, que odiaba a los nazis, mantuviese las convenciones de la guerra, regaló su reloj a Gutiérrez ¡Eran caballeros en la guerra!

El día veintiséis de Agosto, De Gaulle entró en Paris, escoltado por La Nueve, que aún tendrían que hacer frente a un francotirador, durante el desfile del que sería posteriormente presidente de la Republica Francesa. Ese mismo día, Liberatión, un diario francés anuncia que soldados americanos han liberado Paris, ni una mención a los españoles. La vergüenza de Francia había que taparla: en la resistencia habían participado pocos franceses, la gran mayoría eran colaboracionistas por acción u omisión. De Gaulle, hombre de clarividencia política, decretó una gran mentira: que toda Francia se había opuesto a los invasores.

Los españoles, por lo tanto quedaron en el olvido.

Resulta curioso que aquellos anarquistas, ateos, hombres de verdad, de los de antes, no fueran reconocidos por la República Francesa. Pero hay que tener en cuenta que estos soldados tenían más dignidad que los exaltados parisinos. Cuando comenzaron a perseguir a las mujeres que se habían echado un novio alemán, los españoles los paraban siempre que podían, diciéndoles: ¿en lugar de combatir por tu país, que coño hacías? ¿Esperar a que te liberaran? Y ahora eres un cobarde que se venga en las mujeres…

Los españoles de La Nueve continuaron combatiendo hasta el final de la guerra, siendo también los primeros en llegar al Nido del Águila, el refugio de Hitler. Algunos fueron condecorados. Al teniente Granell se le ofreció un puesto en el ejército francés si renunciaba a la nacionalidad española. Este lo rechazo con las siguientes palabras: “España es mi madre, Francia mi novia”. Posteriormente, Granell-socialista convencido-, haría de intermediario entre su partido y los monárquicos para que se realizase una transición pacífica hacia una monarquía parlamentaria y democrática (¡a ver si aprenden algunos que no han olvidado la guerra civil y que jamás supieron lo que es darse de tiros con otro ser humano!) Murió en España en mil novecientos setenta y dos, en un accidente de tráfico.

Durante muchos años, aquellos aguerridos españoles, orgullosos y temerarios, a los que les jodía estar bajo mando de franceses incompetentes y bisoños, fueron ignorados en la historia oficial francesa.

El veinticinco de Agosto del  dos mil doce, en la conmemoración del día de la liberación, una bandera republicana ondeo en los actos oficiales en  Paris. François Hollande, presidente de la Republica hizo un reconocimiento explícito en su discurso a los soldados españoles.

Rindamos honores a todos aquellos españoles que, siendo de un bando o de otro, llevaron el nombre de nuestro país por medio mundo, con orgullo y valentía. Que aprendan nuestros políticos a cicatrizar las heridas abiertas, como lo hicieron aquellos hombres, que amaban a España de tal manera, que lucharon por la libertad en Francia.

José Romero

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -