miércoles, noviembre 27, 2024
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Queridos Reyes Magos

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Queridos Reyes Magos: vais a tener que emplearos a fondo y hacer muchas horas extraordinarias este 2016. Son muchos los desafíos que nos afectan a todos, incluso a vuestras egregias figuras. Algunos quieren cargarse las tradiciones y sustituiros por mujeres o cambiar carrozas y camellos por naves de Star Wars o bicicletas, que, por muy ecológicas que sean éstas, no es lo mismo. Romper las tradiciones es una manera de cambiar la esencia de las cosas y yo me temo que se trata de eso, de convertir la ilusión de los niños en realidad virtual y la historia de la adoración de los Magos al niño Dios en otra película de ciencia ficción.

Pero no podrán con vosotros ni vosotros dejaréis de venir. Esperamos que seáis generosos.

Os pedimos acuerdos para que políticos dejen de mirarse el ombligo y se pongan a gobernar pensando en las personas. Necesitamos pactos y cesiones para que la tímida recuperación pueda llegar a todos con urgencia. Hay una enorme desigualdad entre quienes tienen mucho de todo y quienes no tienen nada. Hay que acabar con eso. Tendréis que traer raciones extra de generosidad, porque sin ella serán imposibles los acuerdos.

Lo primero que tenéis que traer es empleo a todos los que no lo tienen. El trabajo es lo que da esperanza a las personas y dignidad a su vida. Necesitamos toneladas de solidaridad con los más desfavorecidos y excluidos, que son muchos, demasiados.

Este año de la Misericordia que el Papa Francisco ha proclamado 'urbi et orbi', debería serlo sobre todo para los refugiados que aguardan en las fronteras de Europa o que llegan en barcos y pateras arriesgando su vida. Son sesenta millones en el mundo, el 51 por ciento de ellos, niños. Cada día, 42.500 personas huyen de sus casas, las abandonan por la guerra, la persecución, la violación de sus derechos fundamentales… Sólo buscan un lugar donde vivir. El asilo es «la última habitación» de la Casa de la Misericordia de la que habla el poeta Joan Margerit. Si no resolvemos esta crisis -es una vergüenza lo que está pasando-, la próxima será mucho más grave.

Si no resolvemos esta crisis -es una vergüenza lo que está pasando-, la próxima será mucho más grave

Necesitamos que nos dejéis la receta para llevar transparencia, honradez y confianza a la vida pública. La mayor parte de los políticos son honestos, pero unos cuantos, con mucho poder, hacen mucho daño a todos. Éste debería ser el año de la verdadera regeneración de lo público y de la recuperación de la confianza de los ciudadanos.

Necesitamos que os volquéis con la educación y la Justicia. Decía H.G. Wels que «la historia humana es cada vez más una carrera entre la educación y la catástrofe». Sólo la educación dará opciones de igualdad a todos los ciudadanos, vivan donde vivan. Y sin Justicia, sin una Justicia accesible a todos, independiente, ágil, próxima, eficiente, no hay Estado de Derecho ni Democracia ni verdadera libertad. La Justicia sigue siendo, con la educación, la última esperanza de los más desfavorecidos.

Traed, también, un rotundo rechazo moral a las guerras. Vivimos la mayor etapa de paz de la historia, pero es una paz falsa, trufada de guerras de odio étnico o religioso, salvajes, indefendibles. Los que pueden, y ellos también son responsables, deben acabar con ellas aunque con ello acaben también con algunos de sus «negocios».

No os pido que traigáis inteligencia o sabiduría a quienes gobiernan este mundo. Bastaría con un poco de sentido común, que sigue siendo el menos común de los sentidos. Que la ilusión no ceje en los niños y en los adultos y que nunca dejéis de venir a nuestros hogares la maravillosa noche de Reyes.

Francisco Muro de Iscar

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