Después de unos días de discreto e inusual silencio, Pablo Iglesias se ha presentado en sociedad con su flamante esmoquin en los premios Goya. No tenemos noticia si es una acción única e irrepetible o el comienzo de un nuevo look en ceremonias festivas o políticas. El cambio de su uniforme proletario por prendas convencionales.
No sé si es una anécdota. Pero quien hace alarde de presentarse en audiencia con el jefe del estado con camisa de leñador, a cuadros, ha decidido cumplir el protocolo de la gala del cine. Pedro Sánchez no se puso siquiera corbata. En esta democracia mediática se interpreta el vestuario como una cualidad más del mensaje político.
En esta democracia mediática se interpreta el vestuario como una cualidad más del mensaje político
Lo cierto es que leyendo la entrevista de Errejón en El País, no se aclara la razón por la que Podemos ha vetado a Ciudadanos como posible integrante de una fórmula de gobierno alternativa a la que pudiera haber formado el PP. ¿Se trata de que no haya más socios en la propuesta de Iglesias, para acaparar el máximo de carteras posibles? No se ha intentado, siquiera, saber si Ciudadanos suscribiría un programa común con el PSOE y Podemos. Debemos deducir que para Podemos, Ciudadanos no pasa el cedazo de partido democrático y se le relega a la condición de antiguo, «casta» o cualquier otro calificativo de los que usa Podemos con todos los demás.
Con el acuerdo alcanzado por Pedro Sánchez con el PNV y la disposición de IU a formar parte de esa alianza, Podemos se va quedando aislado, amarrado a la exigencia de una vicepresidencia única y a la celebración de los referéndum de autodeterminación de las comunidades autónomas que lo soliciten.
Quedarse fuera por esos motivos certifica la creencia extendida de que en realidad, Podemos solo está interesado en una coalición que le permita devorar al PSOE.
Hay alguna certeza falsa. La de que en unas próximas elecciones, Ciudadanos y el PSOE saldrían perdiendo y el PP y Podemos ganando. Todo es demasiado volátil y el retrato que se hagan todos los partidos en este proceso negociador puede hacer varias muchas posiciones electorales.
De momento, el gran perdedor de cara a unas próximas elecciones es el PP. Desarbolado, la sensación de que Mariano Rajoy, asediado por la corrupción, ha tirado la toalla, es letal para él y muy perjudicial para su partido. ¿Podría ser candidato Rajoy o tendrían que improvisar un liderazgo?
Pablo Iglesias se ha quedado sin discurso. Su cantinela de que el PSOE quiere gobernar con el PP se ha demostrado increíble. Y marginar a Ciudadanos no tiene explicación racional. Se huele el boicot de Iglesias a una coalición que conseguiría mayoría absoluta.
Se confirma que para Pablo Iglesias, como buen leninista, el poder es lo único importante, mucho más que los programas.
Sin tirar las campanas al vuelo, Pedro Sánchez ha cogido la iniciativa en una demostración de coraje que siempre impacta en los posibles electores.
Es muy pronto para sacar conclusiones. Pero hay imágenes que tienen más fuerza que los discursos. La foto de Pablo Iglesias con esmoqin demuestra que muchos de sus gestos, de sus poses y de su postureo no envuelven principios. Él, que jamás se pone chaqueta y corbata, cuando le ha convenido, se ha puesto una de las prendas masculinas más elitistas; las que se ponen los miembros de la «casta» cuando asisten a una gala o una fiesta.
Carlos Carnicero