Extremadura alcanzó en 2015 un récord histórico en el sector turístico, recibiendo más de 1.600.000 viajeros, lo que supone un aumento de más del 9,50% con respecto a 2014 y un incremento por encima de la media nacional. También aumentaron los visitantes en sus alojamientos turísticos, viéndose incrementadas las pernoctaciones, debido a acciones como las otoñadas o los actos desarrollados con motivo de la capitalidad gastronómica de Cáceres.
Además, la región extremeña estará presente hasta el próximo lunes en el Salon des Vacances de Bruselas, una cita imprescindible para aquellas personas que buscan organizar sus vacaciones.
En esta feria, Extremadura se promociona como destino de interior, donde se puede combinar la naturaleza, la cultura y la gastronomía, además de sus principales recursos turísticos, entre los que destacan las ciudades Patrimonio de la Humanidad, la ornitología o la Vía de la Plata, entre otros.
Extremadura cuenta con multitud de destinos turísticos de gran relevancia, entre los que se encuentra la ciudad de Mérida. En ella podemos encontrar el Teatro y el Anfiteatro Romano, la Casa del Mitreo o la Alcazaba.
A lo largo del pasado año, más de 340.000 personas visitaron los recintos gestionados por el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, que acoge el Teatro y el Anfiteatro, la Alcazaba, el Circo, la Cripta de Santa Eulalia, la Casa del Mitreo, los Columbarios y la Morería, lo que supone un incremento del 15% respecto a 2014.
Otro de los atractivos turísticos de la región es la Ruta del Emperador, que se celebra los días 13 y 14 de febrero en la comarca de La Vera, ubicada en el Norte de Extremadura.
Esta ruta, declarada de Interés Turístico Regional e Itinerario Cultural Europeo, es una de las más conocidas fuera de nuestras fronteras. En ella se recrea la ruta que hizo el Emperador a su llegada a la región desde el Castillo de los Condes de Oropesa, hoy Parador Nacional, en Jarandilla de la Vera, pasando por Aldeanueva de la Vera y Cuacos de Yuste, hasta llegar al lugar de su retiro, el Real Monasterio de Yuste.
Finalizamos la semana recordando una de las fiestas más peculiares de la provincia de Cáceres: Los Negritos de San Blas.
Cuenta la leyenda que, hace siglos, una familia muy pobre se acercaba el día de San Blas a Montehermoso para pedir limosna. Dieciséis años después, y tras bailar cada año una danza diferente, esta familia decidió tiznarse la cara de negro para evitar ser reconocidos por los vecinos de Montehermoso. A pesar de acudir con las caras tiznadas, fueron reconocidos y los montehermoseños les permitieron regresar todos los años con la condición de bailar sus danzas con las caras tiznadas.
En esta fiesta, celebrada el pasado 2 y 3 de febrero en la localidad de Montehermoso, participan un grupo de bailarines con la cara tiznada con corcha quemada, entre los cuales está el «palotero», el «tamborilero» y «los negritos».
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