Este año en la ceremonia de los premios Goya lo que ha eclipsado a tantos largos vestidos de noche, lentejuelas y glamour de esa noche ha sido, sin duda alguna, el esmoquin acompañado de su correspondiente pajarita que lució el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Iglesias en esa noche del cine español ha jugado entre la exigencia de los organizadores de ir vestido de gala, y celebrar el sábado carnavalero disfrazándose con una pajarita en el medio de su nuez.
Los amigos chavistas venezolanos de Pablo Iglesias se habrán quedado de una pieza y a cuadros viendo que su icono español no sigue los atuendos de los grandes mentores bolivarianos, y en vez de lucir un chándal con los colores de España o en el mejor de los casos la tricolor venezolana, se enfunda un esmoquin lo más casta y antiproletariado con una pajarita. Sólo consuela a Nicolás Maduro que pudiese ser la pareja fémina del pajarito que se le aparece al actual presidente venezolano y que es la viva reencarnación del difunto Hugo Chávez, que se llevó al otro mundo tanta paz como paz nos dejó.
Iglesias en esa noche del cine español ha jugado entre la exigencia de los organizadores de ir vestido de gala, y celebrar el sábado carnavalero disfrazándose con una pajarita en el medio de su nuez
Pablo Iglesias ha tenido para la Academia del cine la cortesía de la indumentaria que no ha tenido para con Su Majestad el rey Felipe VI. Es decir, para los culturetas se viste de gala y para el rey prefiere encontrárselo en camisa de mangas y a pecho descubierto como un macho alfa de los círculos que dirige. Es cierto que es bastante coherente en como va a las audiencias con el rey, con la vestimenta que lleva al Congreso de los Diputados, excepto la mochila a la espalda, todo lo demás va a juego.
En el Parlamento Europeo tengo sentado en el escaño de mi derecha al que fuera hace unos pocos años Ministro de Interior en Francia, Brice Hortefeux, quien siempre acude a los plenos vestido como un pincel, y quien hace pocos días me decía, » Oye Iturgaiz, ¿te has fijado que la mayoría de los hombres en este plenario y especialmente entre los de izquierdas no llevan corbata?. Eso está prohibido tajantemente en la Asamblea Nacional Francesa, allí hasta el más comunista recalcintrate está obligado a ponerse una corbata en el escaño por respeto a la Institución». A mi buen amigo Hortefeux le daría un telele al ver como se las gastan en paños de vestir y accesorios la patulea de todos los colores de la izquierda que se encuentran aposentadas en las instituciones políticas españolas.
Pero volviendo a las andanzas de Pablo Iglesias en dicha gala cinematográfica, no sólo le dio tiempo a pasear con los de la alfombra roja, sino que se divirtió mandando twits desde el recinto de la gala apoyando y animando a las alimañas de los titiriteros que han sido encarcelados por apología del terrorismo por orden de un juez, a quien felicito efusivamente por su valiente decisión de encarcelarlos.
Me imagino que Pablo Iglesias se vino arriba al escuchar a otros titiriteros actores como Alberto San Juán, de quien animaré a la gente a que boicoteen sus bodrios de peliculas u obras donde actúe, por defender a hienas amigos de este tipo que en sus obras de títeres, por llamarlo de alguna manera. A los niños les ofrecen lo didáctico y educativo que es apuñalar a monjas, ahorcar a jueces o banqueros, además de hacer apología del terrorismo con vivas a los asesinos de ETA; y cuando por si fuera poco en la misma gala el también titiritero perroflauta actor argentino Juan Diego Botto hacía una referencia solidaria a los titiriteros en los Goya, esta mención fue aplaudida, twiteada y festejada por Pablo Iglesias, que aunque se ponga pajarita para la ocasión, y como el hábito no hace al monje, sigue siendo el abogado defensor de la chusma y esa patulea impresentable de perroflautas acólitos de terroristas.
Carlos Iturgaiz