Tardó Rajoy en percatarse del error que había cometido al declinar el ofrecimiento real para formar gobierno. Al dar un paso atrás y agazaparse le regaló la iniciativa a Pedro Sánchez. Y el líder socialista la está aprovechando.
El «road show» que está desplegando le ha situado en el centro del escenario de la política española. Sus encuentros con dirigentes de otros partidos (Rivera, Iglesias, Garzón, Ortuondo, Baldoví); con sindicalistas y empresarios (Méndez, Fernández Toxo, Rosell), proyectan la imagen de un candidato serio que intenta pulsar las opiniones de unos y otros al tiempo que presenta un esbozo de lo que sería su programa de gobierno. Consiga o no la investidura, tiene ya en su activo dos logros. Ha sobrevivido a las profecías de quienes dentro y fuera de su partido daban por hecho que se estrellaría y añadían que Susana Díaz, presidenta de Andalucía, estaba lista para tomar el relevo al frente de la secretaría general del PSOE. Hasta Felipe González desaconseja semejante deriva. El segundo logro tiene que ver con la propia continuidad de Sánchez como candidato del PSOE caso de repetirse las elecciones. Sólo han transcurrido cincuenta días desde que se celebraron los comicios (20D) y el PSOE sigue teniendo los mismos 90 diputados, pero Sánchez aprovechando al límite la encomienda recibido del Rey ha conseguido cambiar la imagen de perdedor por la de político correoso y ambicioso que sabe navegar con el viento en contra. Frente a la pasividad de Rajoy que no acaba de hacerse a la idea de que pese a encabezar la lista más votada puede acabar en la oposición, Sánchez está aprovechando sus cartas. Falta la última mano. La más difícil: concertar con Podemos .Iglesias quiere entrar en el futuro Gobierno y Sánchez preferiría el acuerdo con Ciudadanos. Pero no suma. Para que el proyecto salga adelante es imprescindible cuadrar el círculo y que Podemos o el PP se abstengan en la votación de investidura. Sánchez lo tiene muy difícil, pero, pase lo que pase, aunque pierda, gana. En el que sería el peor de los escenarios para él (repetición de las elecciones), volvería a ser el candidato del PSOE. Mantenerse al frente del partido, era su segundo objetivo. Y ya lo ha conseguido. El error táctico de Rajoy le ha resucitado.
Fermín Bocos