El presidente del Congreso ya ha fijado fecha para el debate y votación de la investidura de Pedro Sánchez. Será el 2 y 3 de marzo en primera vuelta y el 5 de marzo en segunda ronda. A día de hoy no parece que le salgan las cuentas al candidato socialista. Podemos se lo ha vuelto a poner más que difícil y Ciudadanos no ve claro ni la propuesta laboral del PSOE, ni quiere ir con Podemos, ni al PSOE le salen las cuentas sólo con los de Albert Rivera. Así que las cosas están complicadas y se especula con la posibilidad de que haya nuevas elecciones el 26 de junio.
En todo caso, y a pesar del órdago que le han lanzado los de Iglesias a Sánchez, parece que van a sentarse incumpliendo por cierto el documento del Comité Federal al no renunciar Podemos a la celebración de un referéndum en Cataluña. Pero, esta exigencia no debería ser lo único que eche atrás la negociación con los comunistas-leninistas. El programa económico es un auténtico despropósito. El gasto público sumaría casi 100.000 millones en la legislatura y se cubriría con unos supuestos ingresos que procederían de una brutal subida de impuestos y de una hipotética subida del PIB en torno al 6 por ciento. El cuento de la lechera en versión podemita. Y qué decir del programa político. Iglesias le deja ser presidente a Sánchez, pero él se reserva la vicepresidencia política con todo lo importante a su cargo: BOE, CNI, Oficina Corrupción, RTVE, control de los medios y de las licencias y de los jueces, fiscales y policías. En fin.
El programa económico es un auténtico despropósito
A simple vista, la propuesta parece inasumible para cualquiera con dos dedos de frente, que no esté dispuesto a dejarse engañar por quien quiere llegar al poder para quedarse y convertirse en la referencia de la izquierda. Es más poner en pie un régimen a la venezolana, pero en Europa. ¿Se dejarán engañar Sánchez y la militancia socialista? ¿Y los socialistas de viejo cuño? Esta es la cuestión. Los socialistas fieles a Sánchez están en el ahora o nunca. Pero, en realidad ¿quiere Iglesias negociar con el PSOE o realmente los de Podemos nos quieren llevar a unas nuevas elecciones?
Carmen Tomás