En la víspera de unas elecciones autonómicas vascas que serán convocadas oficialmente en unos pocos días por el Lehendahari, suelo leer en no pocas entrevistas de periodistas de este país que cuando preguntan en los últimos tiempos a cualquier dirigente del Partido Popular del País Vasco por como debe ser la actuación de este partido político sin una ETA matando y en debilidad de sus acciones terroristas (que no hay que confundir con debilidad política de esa organización criminal y sus acólitos), demandan y quieren saber si tiene cabida y razón de ser la actividad política de los populares en la Euskadi de hoy.
Pues bien, aunque parezca una perogrullada, el PP vasco debe ser el PP vasco de toda la vida.
Con ello quiero decir que los populares vascos claro que hemos sido víctimas del intento de ETA y del entorno de su nacionalismo radical para que desapareciéramos físicamente de la faz de la tierra y desapareciesen nuestras siglas y nuestro proyecto político del País Vasco, pero los populares vascos no sólo hemos hecho política para no hincar la rodilla en el suelo como pretendían los terroristas, y que no era poco, sino que la actuación política de este partido político ha sido durante mucho tiempo un faro de esperanza y ha estado y está llena de esencias necesarias para el bienestar de los vascos y para solucionar los problemas reales de los ciudadanos de esa tierra.
El PP vasco es un partido que defiende la unidad de España ante los ataques continuos del nacionalismo vasco
Por todo ello la esencia del PP vasco está en ser un partido de centro derecha vasco y español, que defiende la unidad de España, ante los ataques continuos del nacionalismo vasco en todas sus versiones, que intentan romper y destruir la unidad de España, sus símbolos y desplazar su lengua.
Su esencia está también en ser un muro de contención a ese nacionalismo vasco excluyente e insolidario, lleno de odio y resquemor con lo español, que pretende aniquilarlo paso a paso.
Su esencia está en defender una economía liberal, de libre mercado, que sea motor de inversiones y bienestar en la creación de puestos de trabajo, apoyando a las pequeñas y medianas empresas.
Su esencia está también en poner una barricada a las políticas neocomunistas que algunos «salvadores» pretenden instalar en nuestro país, escondiendo que el comunismo ha sido el régimen totalitario más dañino y contrario a los Derechos Humanos, y que durante décadas causó un holocausto de vidas humanas en nuestro continente europeo. Su esencia está en defender, acompañar y arropar a todas las víctimas del terrorismo etarra, dándolas memoria, dignidad y justicia.
Y por supuesto su esencia está también en no perder el norte y seguir denunciando a los verdugos terroristas y a su coro de alimañas, porque siguen siendo los únicos que sobran en el País Vasco, y el PP vasco no renunciará jamás a olvidar y contar el verdadero relato del nacionalismo que quiso aniquilar a una parte de la ciudadanía vasca por no bailar al son que marcaban los criminales terroristas.
En definitiva hay muchas esencias y muchos campos de actuación donde el PP vasco debe seguir incidiendo y trabajando como lo ha hecho siempre, porque no sólo de pan vive el hombre, y porque como he explicado el PP vasco es más que un partido para resistir a los embistes de los asesinos terroristas, y al que algunos malintencionadamente le intentarán etiquetar como monotema.
Carlos Iturgaiz