Semana de pesadilla. Ni Freddy Krugger, ni Jason Viernes 13 me habían provocado tantos desvelos como Ana Rosa Quintana y sus niños, por llamarles de alguna manera. Era apoyar la cabeza en la almohada y venírseme a la mente sus rostros, demoníacos más que angelicales. Y eso que, por prescipción médica, sólo vi el 26J: quiero gobernar de Pablo Iglesias. Si también me hubiera tragado el de Albert Rivera, con ese mocoso pidiendo que fichara a Belén Esteban para su causa, no creo que a estas alturas estuviera hablando en esta emisora, ni en ninguna parte.
Una no es amante de las masacres, ni de los genocidios, pero la verdad es que viendo a los minientrevistadores del líder de Podemos me acordé no una, sino mil veces, de ese gran incomprendido histórico que fue Herodes. ¿De verdad alguien se cree que se puede hacer un programa con una niña de seis años, otra de ocho, uno de once y otro de diez, por mucho que éste hable en inglés? ¿Y qué decir de ese mini Pablito Iglesias que se había aprendido de carrerilla su texto que soltar y al que casi causan un trauma de por vida cuando una pregunta estuvo a punto de hacer que se perdiera.
Hasta Ana Rosa ponía caras de no saber dónde meterse y de preguntarse cómo alguien la podría haber engañado para estar ahí en ese momento. Con compañeros de viaje como esos la reina de las mañanas no podrá ser nunca la reina de la noche, ni aunque la muerda toda la familia Cullen de 'Crepúsculo'.
Cuando menos siempre le quedará a Ana Rosa la satisfacción de haber ganado también en esta nueva franja horaria a Susanna Griso, a la que Iglesias incluso dio menos audiencia, confirmando que todavía menos gente que la de los enemigos de los niños de su amiga se creen esos Dos días y una noche que dice pasar con gente famosa.
Pesadilla va a ser también el volver a ver a Iglesias y Rivera, esta vez con sus amiguetes mayores Rajoy y Sánchez, en ese debate del próximo 13 de junio que se ha confirmado esta semana. Cuando menos los cuatro han conseguido el milagro de poner de acuerdo por primera vez a los tres principales grupos audiovisuales de este país, que han accedido unirse por un día en la Academia de la TV. Vamos, lo que ellos han intentado durante los últimos seis meses sin éxito.
Al estilo Ana Rosa y Susanna, otros tres clásicos del medio como Ana Blanco, Vicente Vallés y, presumiblemente, Pedro Piqueras, serán los que se presten a esta nueva noche de terror que se nos avecina la semana que viene.
Mientras, nos tendremos que seguir llevando sustos como el de los capítulos de ‘El hombre de tu vida’ de José Mota, la serie que ha tirado por tierra la media de la calidad de nuestras ficciones. Si ya de por sí era poco creíble que José Mota fuera un galán que enamorase a todo tipo de mujeres, desde a Macarena Gómez a Kira Miró, después de ver las dos primeras entregas una comprende el por qué TVE sólo hizo ocho capítulos y encima los emite de dos en dos. Cuanto antes pase la vergüenza mucho mejor.
La que no sé si podrá superar alguna vez lo de confesar que se hacía múltiples masturbaciones detrás de un árbol en Supervivientes es Mari Carmen, esa mujer que parecía tan tradicional y que ha terminado «dejando seco» a su marido a la vuelta de la isla. Sí, definitivamente la imagen de esta señora haciendo esas cosas es mucho peor que la de los repipis niños televisivos de Ana Rosa. Hala, ya me han hecho vomitar otra vez.
La mosca