lunes, septiembre 30, 2024
- Publicidad -

Comisiones Obreras, las primeras, las primeras

No te pierdas...

El 11 de Julio de hace cuarenta años en mi casa se percibía una doble sensación: preocupación y día grande.

Preocupación como cada vez que mi padre, condenado por su afiliación al PCE se encontraba en libertad provisional, volvía a una cita clandestina. Día grande porque, aunque una tuviera diez años, percibía la excitación que la fecha había provocado en la familia y en nuestro entorno: había reunión importante en la Iglesia de Sant Medir.

Pues si: hace cuarenta años, más de 650 delegados y delegadas, venidos a Barcelona desde todo el estado convinieron, en una asamblea aún ilegal, en transformar el movimiento político clave en la lucha antifranquista en un sindicato de clase. Las Comisiones Obreras que nacían aquel día acabaron siendo el primer sindicato de España

Fraga prohibió la Asamblea en Madrid; Rodolfo Martín Villa mantuvo la prohibición. No dejaban de llegar mensajes de que nunca se legalizaría al Sindicato. Y sin embargo, el mundo se movió.

Las Comisiones que sobrevivieron al franquismo, sobrevivieron a Arias Navarro y a la transición controlada que algunos pretendían. Lo ha dicho Toxo: “Franco murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle”.

A pesar de modernas teorías que desprecian la transición, como si fuera un regalo de élites, y a quienes la hicieron. A pesar de lo que les cuesta hablar de movimiento obrero y de clase trabajadora a los modernos profetas, resulta que la historia de España guarda un espacio para las CCOO.

Un espacio notable de reconocimiento a una organización de trabajadores y trabajadoras, demócratas, comunistas, luchadores, que constituyó, junto al PCE, la columna vertebral de la lucha antifranquista y de la consolidación de la democracia en España.

CC.OO siempre viene de ayer y siempre llega al futuro. Ha sido la inquebrantable voluntad de defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras, la mejor garantía de pervivencia y la mejor garantía de que se abordará la agenda de lo que, de verdad, importa a la gente: las garantías políticas y sociales y la calidad de vida de ciudadanos y ciudadanas.

La Asamblea de San Medir representó mejor que cualquier otra cosa esta vocación de Comisiones Obreras, mantenida tras Marcelino Camacho por Antonio Gutierrez, representada ahora por Toxo. El sindicato debe ser, como dicen sus dirigentes, repensado; pero tiene una fuerza que le hace indisoluble: su compromiso constituyente con los derechos de trabajadores y trabajadoras.

Hay a quienes no gusta de convivir con sindicatos, menos con su autonomía. Por eso no han faltado intentos de constituir sindicatos afines y domeñados. No parece que CCOO sea manejable.

Es el sindicato que mantuvo su independencia en difíciles momentos políticos y su perfil combativo pero también de negociación, cuando algunos pretendían dirigirla a barricadas sin retorno. Un sindicato, en fin, que abandonó, si es que alguna vez la tuvo, la vieja idea de correa de transmisión.

La vida en el empleo, antes en las fábricas y los tajos, ahora en la hostelería, la precariedad y el salario de miseria, siempre ha requerido un instrumento solidario del que echar mano.

No ha faltado quien ha responsabilizado a los sindicatos, la negociación colectiva y el garantismo laboral de la destrucción de puestos de trabajo. Sin embargo, ha sido la desregulación la que ha convertido el mercado laboral en un erial donde la calidad, los derechos y el salario no comparecen nunca.

Comisiones, las primeras, las primeras, se cantaba cuando fue posible convocar las primeras elecciones sindicales en democracia. En ello siguen.

Libertad Martínez

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -