lunes, septiembre 23, 2024
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Clinton contra Trump

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Donald Trump acaba de conseguir la nominación del Partido Republicano como candidato en noviembre a la Casa Blanca. Hillary Clinton obtendrá esta semana la del Partido Demócrata. Luego, tendrán que recomponer la unidad en sus respectivos partidos.

En el Republicano hay renuencias entre sus prohombres para aceptar a Trump aunque ninguno lo ha expresado tan claramente como Ted Cruz, el Senador tejano de origen hispano, abucheado en la Convención republicana de la semana pasada. El influyente Paul Ryan, Presidente de la Cámara de Representantes, inició un acercamiento a Trump pero éste maltrata a quien solo le apoya a medias. Jeb Bush y otros competidores derrotados en las primarias, como John Kasich, tampoco cerrarán filas tras el magnate. Con la designación de Mike Pence para la Vicepresidencia, un conservador clásico, Trump intenta compensar su imagen de ricachón licencioso casado tres veces.   

Clinton necesita que Sanders le endose sus partidarios

Bernie Sanders tardó en reconocer la victoria de Clinton en las primarias demócratas. Pensaba, según Trump, que Clinton sería encausada por lo del servidor privado de correos electrónicos que utilizó siendo Secretaria de Estado. Clinton no lo será, finalmente, tras la investigación del FBI, pero se lleva un capón por haber hecho algo indebido. Un error del pasado con coste electoral actual.

Sanders ha seducido esencialmente a electores blancos con estudios mientras que la demagogia de Trump gusta a blancos pobres o sin trabajo. Hay, pues, frustración en buena parte de la población blanca, uno de los tres pilares étnicos de la sociedad estadounidense, el originario, con el afroamericano y el hispano, el que más crece, sin desmerecer otros menores e influyentes. Clinton necesita que Sanders le endose sus partidarios.

Sin embargo, la selección del Senador Tim Kaine, también castellanoparlante, para ser su Vicepresidente apela más a un voto moderado, católico e hispano, menos progresista que el encandilado por Sanders y reacio a Clinton. Kaine será más un “team mate” para Clinton que Pence para el endiosado Trump. Es un católico compasivo que tiende la mano y que es miembro de las comisiones de Asuntos Exteriores y de Defensa. Favorable a ayudar a los refugiados sirios no duda en que hay que enfrentarse al Califato islámico. Un buen repuesto para Clinton si le ocurriera algo siendo Presidenta.

Trump se medirá, con su verborrea machista e insultante, con una Clinton que tampoco entusiasma. Sin embargo, sabe fajarse políticamente desde que fue Senadora por Nueva York y está mejor preparada para la Presidencia. La antigua Secretaria de Estado lo demostró recientemente en un discurso sobre política exterior, una materia que suelen rehuir los políticos españoles debido a su provincianismo subpirenaico. Obama le apoya decididamente para preservar su legado político.

Trump considera que los EEUU están debilitados pero sus remedios son venenosos

A los españoles nos afectará el resultado de la elección debido a la gran influencia de Washington en un mundo donde China imperializa cada vez más causando la inquietud de sus vecinos, aunque también preocupe su economía, el Oriente Medio sigue siendo explosivo y una inspiración para un terrorismo yihadista que lo ahoga y que nos alcanza, África no despega, América latina no surge y Rusia exhibe su frustración revanchista. Afortunadamente, los EEUU mantienen una importante relación con los europeos, sus primos cercanos.

El lema de Trump, “America First”, es una receta ideal para que Washington caiga en el ostracismo y el aislacionismo, abandonando sus responsabilidades internacionales y deleitando así a ingenuos pacifistas y a capitales como Beijing, que aspira a un “sorpasso” entre los “Grandes” del planeta, o Moscú, que pretende lo mismo en Europa. Trump considera que los EEUU están debilitados pero sus remedios son venenosos: aislar a México (y Latinoamérica) con un supermuro, imponer aranceles exorbitantes a China, impedir que los musulmanes entren en los EEUU y reducir o suprimir los compromisos con países amigos y aliados. Una visión insolidaria encubierta con la pretensión de ser ahora, tras los recientes incidentes raciales, esencialmente un candidato de mano dura en materia de orden público (“Law and Order candidate”).

Clinton considera que los EEUU siguen siendo una potencia importante y que son los compromisos con Organizaciones Internacionales, países amigos y aliados lo que le permitirá contribuir a la estabilidad mundial. Donde Trump quiere muros, Clinton desea puentes, cuando él flirtea con el aislacionismo ella ambiciona profundizar las relaciones internacionales como resume acertadamente Ivo Daalder, Presidente del Chicago Council on Global Affairs.

Habrá en España quienes deseen la victoria de Trump por ser conservador o piensen conspiratoriamente que con él los EEUU se suicidarán. Ciertamente, Trump abriría la puerta internacional a la irresponsabilidad, a la incertidumbre y a la desestabilización. Sin duda, hay políticas actuales americanas criticables por una u otras razones, pero Europa no es suficientemente fuerte como para prescindir de los EEUU o verles abandonar el escenario mundial. En el pasado su aislacionismo facilitó guerras que asolaron al Viejo Continente. Si los españoles pudieran votar en los EEUU, debieran votar a Clinton.

 

Carlos Miranda

Embajador de España

 

Carlos Miranda

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