miércoles, noviembre 27, 2024
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Mentiras

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Bueno, hay candidato, y aunque ha causado cierta perplejidad, o perplejidad completa, que Rajoy haya expresado ciertas dudas sobre si se presentará o no a la investidura, algo al menos hemos avanzado. Y conociendo un poco el percal, sus insinuaciones que hay que saber interpretar, su empeño en alcanzar objetivos y su convicción de que tiene que hacer cuanto esté en su mano para que haya un gobierno en el plazo de tiempo más breve posible, se puede apostar que se va a presentar candidato.

Se despejan algunas incógnitas y comienza una etapa negociadora que se adivina complicada. Con buena voluntad se puede luchar contra las dificultades por inabordables que aparezcan a la hora de sentarse ante una mesa de la que en buena ley se podría lograr algún tipo de acuerdo.  Contra lo que no se puede luchar es contra la falta de voluntad disfrazada de diferencias insuperables … y de  la mentira. Da pena decirlo, pero hay dirigentes del PSOE y de Ciudadanos que sin el menor rubor lanzan una y otra y otra  como si por el hecho de repetirlas hasta la saciedad se convirtieran en verdad.

No es cierto por ejemplo que en la anterior legislatura, la cortísima, Rajoy haya  rechazado en dos ocasiones la oferta del Rey de presentar su candidatura a la presidencia del gobierno. La rechazó una vez, en la siguiente ronda le sorprendió que D. Felipe no se la ofreciera, aunque no fue difícil llegar a la conclusión de que en su entrevista previa con Sánchez el dirigente  socialista se había ofrecido a intentarlo.

Tampoco es cierto que después del 26 de junio Rajoy se haya negado a mantener encuentros con dirigentes de otros partidos, todos hemos visto las imágenes de las reuniones con Sánchez, con Rivera y con  Iglesias. Como no es cierto que no haya ofrecido nada a cambio del apoyo en la investidura, nada menos que gobierno de coalición tanto a Sánchez como a Rivera. Y es falso también que no haya presentado propuestas: un buen puñado, recogidas por escrito en una cincuentena de folios. Otra cosa es que no gusten, pero haberlas haylas,  y se conocen perfectamente.

Como se conoce tan perfectamente, para existen indicios muy reveladores, de que el supuesto silencio de Pedro Sánchez oculta maniobras para hacerse con la presidencia del gobierno con la ayuda inestimable de Pablo Iglesias, aquel a quien en un momento determinado llamó traídos porque supuestamente le había engañado.

Esos indicios apuntan a que Sánchez está haciendo todo lo que está en su mano para que fracase la investidura de Rajoy, con la también ayuda inestimable de un Albert Rivera que en su bisoñez no entiende que su animadversión hacia Rajoy  puede ser utilizada muy provechosamente por Pedro Sánchez.  Papel el de Rivera inexplicable y que le pasará factura, como es inexplicable también que dirigentes socialistas que sí tienen sentido común, sentido de Estado y piensan en España, no sean capaces de poner en marcha los mecanismos que permiten al comité federal impedir decisiones del secretario general que sería nocivas  se mire donde se mire. Porque de un gobierno del PSOE condicionado por Podemos no puede salir nada bueno, aunque a Sánchez solo le importa ser presidente, cueste lo que cueste. Como dice alguien que le conoce bien, lo que quiere ser es  ex presidente, y el que venga detrás que arre.

Sinceramente, no merecemos a algunos de los protagonistas políticos. El Parlamento catalán aprueba una resolución absolutamente inconstitucional y que puede tener graves consecuencias para sus inductores, incluso penales, y empiezan a sucederse las declaraciones de dirigentes independentistas que dicen que se trata de una decisión que debe tomarse como  “propósito declarativo”, dando a entender que no significa que se vaya a avanzar en la senda independentista. Viva la valentía y la asunción de responsabilidades. 

Dirán muchos de los políticos de nuevo cuño, y muchos de sus seguidores, que algunos estamos empeñados en poner como ejemplo a los dirigentes de la Transición. Pues sí. ¿Pasa algo? Y cuanto más avanza este proceso actual interminable,  más motivos dan los supuestos líderes para echar de menos a los que sentaron las bases para cuarenta años de estabilidad y progreso.  Bases que se están cargando los que están hartos de que se mencione la Transición, cuando lo que hay es hartazgo en la mayoría de los españoles de ver tanta irresponsabilidad , tanta mentira, tanta cobardía, tanto egoísmo y  tanta  incompetencia.

Pilar Cernuda

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