Galileo tuvo que retractarse ante el Tribunal de la Inquisición de su teoría sobre el movimiento de la Tierra, pero se cuenta que tras retractarse insistió en que la Tierra giraba y pronunció un “Eppur si muove”, “Y sin embargo se mueve”, con el que aliviar su conciencia por haberse visto obligado a decir ante el tribunal lo contrario de lo que pensaba.
Estamos actualmente en la misma situación que el tozudo astrónomo: Ciudadanos asegura que no se va a desistir de su posición abstencionista y el Psoe se empecina en su voto en contra … pero algo se mueve. El simple hecho de que se haya establecido un canal directo de comunicación entre Rajoy y Rivera, y se inicien unas negociaciones en torno a una serie de proyectos e iniciativas de futuro, indica que Rivera está dispuesto a hablar, y quien está dispuesto a hablar está dispuesto también a cambiar de idea en función de lo que se ha logrado hablando, o negociando, o intentado que el de enfrente venga a tu terreno o tú al de él, con cesiones por una y otra parte. Por lo tanto, estamos hoy mejor que ayer, y mejor los próximos días que los pasados.
¿Significa eso que se va a firmar un pacto entre PP y Ciudadanos? Imposible adivinarlo, pero se ha allanado el camino. Se ha dado el primer paso, por utilizar la terminología de Rajoy. Y en el Psoe hay personas cercanas a Pedro Sánchez que, en privado, admiten abiertamente que si Rajoy se presenta a la investidura con 170 votos detrás, difícilmente se puede votar en contra, y optarían por la abstención.
La investidura. La oposición, toda, pretende que Rajoy y Ana Pastor fijen fecha cuanto antes. Conociendo a Rajoy, largo en política como pocos, se puede apostar que va a ampliar los plazos hasta que el adversario empieza a ver las orejas al lobo, crea que la falta de avances puede provocar nuevas elecciones –que serían mal asunto para Psoe y Ciudadanos- y empezarán a aflojar la cuerda. No es la primera vez que utiliza estrategia, en Bruselas conocen bien cómo se las gasta el presidente español cuando quiere alcanzar un objetivo que parecía inalcanzable.
«Ni es bueno para España un gobierno en funciones que se prolonga indefinidamente, ni tampoco un gobierno como el llamado “de progreso” con Sánchez»
¿Cuándo aflojará Ciudadanos la cuerda, si la afloja? Pues se verá en el transcurso de esas negociaciones. Porque investidura habrá, lo cuenta la gente con la que habla Rajoy, pero puede convertirse en un puro trámite en el que el candidato ni siquiera presenta programa sino que denuncie el bloqueo al que está siendo sometido, y anuncie que se somete a la votación que exige la Constitución con el único objeto de poner en marcha el reloj: 54 días hábiles, dos meses, desde la primera votación de investidura hasta que se convoquen de forma automática las nuevas elecciones. Y a ver entonces qué pasa.
Sin embargo, el simple hecho de que Ciudadanos se ponga a hablar significa que hay una cierta disposición a cambiar la actitud actual para intentar que haya gobierno, porque como sigamos así, este país queda en una situación insostenible y los españoles, que de tontos no tienen un pelo, castigarían sobre todo a las dos formaciones que se niegan a apoyar a Rajoy a pesar de haber ganado las elecciones, y sin más argumentos que no le tragan. Porque en Ciudadanos hablan mucho de regeneración y sacan pecho con su limpieza, pero algún asunto turbio esconden el armario con la complicidad de medios de comunicación que refieren no contarlo pero lo conocen.
A ver cómo va la cosa en esta nueva situación de negociaciones. Crucemos los dedos para que lleguen a buen puerto, porque ni es bueno para España un gobierno en funciones que se prolonga indefinidamente, ni tampoco es bueno un gobierno como el llamado “de progreso” con Sánchez de presidente apoyado por Podemos y los independentistas. Si se diera ese escenario, que dios coja confesado a Sánchez, que de estrategia política está demostrando que anda más bien escaso: Podemos e independentistas le tendrían cogido por donde imaginan y no habría día en el que no le pondrían contra la pared para bloquear su acción de gobierno.
A veces la ingenuidad de algunos políticos asusta. En su ambición se convierten en incapaces de oler el peligro.
Pilar Cernuda