«Esta retransmisión la podrán seguir en rtve.es». ¿Cómo? ¿Perdona? Confirmado: RTVE tiene estudios particulares en los que se demuestra que todos los españoles tienen internet en sus casas, que la crisis no existe y que sobra dinero en todos los hogares para tener adsl o fibra.
Curiosa cobertura olímpica la que está llevando a cabo la Corporación. Mientras La 2 sigue ofreciendo películas de la posguerra y su programación habitual, esa que nadie ve, muchas citas interesantes de estos Juegos no pueden verse en directo porque alguien, una de esas mentes privilegiadas del ente, ha dicho que para eso su web tiene no sé cuántas señales.
Vamos, que lo que tenían que ser unos Juegos gratuitos para todo el mundo, quizás lo últimos teniendo en cuenta que a partir de 2020 el ente público ya no tiene los derechos de los mismos, se están convirtiendo en los más caros de la historia para los telespectadores patrios. O han pagado por tener internet en sus casas, ya sea para sus televisores, smartphones o tablets, o la mitad de las pruebas no pueden verlas en directo.
Y lo malo es que una no se pierde solo eventos en los que no hay representación española, por muy interesante que, por ejemplo, fuera el EEUU-Serbia de baloncesto del fin de semana, sino también algunos en los que sí la hay. Que le digan a los familiares de Roberto Bautista, el tenista que llegó hasta cuartos de final del cuadro individual, el por qué ninguno de sus partidos pudo ser visto en directo en uno de los tres canales de RTVE (sin contar el 24 Horas).
¿Por qué uno tiene que tener internet para ver los Juegos si los da una pública? ¿Por qué hay que arriesgarse a, teniendo internet, que la conexión se corte cada dos por tres y no se pueda disfrutar con la retransmisión? ¿Por qué hay españoles de primera y de segunda? (vale que Nadal es un ejemplo y el mejor de nuestros tenistas, pero se supone que en una cita de este tipo todos son representantes españoles, ¿no?).
El patriotismo del que hace gala RTVE con los nuestros, cuyas participaciones se intentan seguir de una forma u otra no es entendible en ocasiones, cuando, por ejemplo, privan al personal de ver un partido de fútbol de cuartos por ver una regata de vela que el comentarista empezó aclarando que «en esta prueba los representantes españoles no tienen ninguna opción de medalla». ¿Por qué hay que verles entonces si, como iban de los últimos, ni las cámaras les enfocaban nunca?
Tampoco es entendible la forma en la que el regidor, productor o encargado de dar paso a una señal u otra, escoge el momento de poner fin a una retransmisión para empezar otra. Un ejemplo: este lunes, cuando los amantes de la natación sincronizada estaban esperando la actuación de Gemma y Ona las cámaras de TVE se fueron a ver la prueba hípica de doma. De nuevo con haber echado mano de La 2 se hubiera evitado la afrenta, porque tanto las nadadoras como los jinetes tenían las mismas opciones de medalla (casi ninguna).
¿De verdad que hay alguien en RTVE que piense que España se levantaría en armas si suspendieran en algún momento la programación de La 2? Una cree que los ciento y pico mil telespectadores, o doscientos mil como mucho, que los audímetros dicen que ve la mayoría de los espacios de este canal, son familiares de empleados de la Corporación, preocupados por el puesto de trabajo de los suyos.
Y de los comentaristas, mejor no hablar. Vale que algunos, como Julia Luna, viviera las medallas de Mireia Belmonte como si ésta fuera su hija, pero, ¿de verdad es necesario gritar y poner a una al borde de un ataque de estrés cuando se trata sólo de llegar tercero en una eliminatoria de piragüismo? El bueno de Paco Caro, uno de los niños de San Ildefonso que había cantado el gordo de Chorraut en aguas bravas, casi nos hizo creer que habíamos ganado otro metal cuando en realidad el representante español ni tan siquiera estaba en unas semifinales.
Eso sí, todos tienen muy bien aprendida la lección. Si España gana algo, celebraciones por todo lo alto. Si nuestros representantes quedan eliminados, palito al estado de las instalaciones, al tiempo o a los jueces. ¿Alguno se atreverá a decir que hay algunos competidores que han hecho el ridículo (sobre todo los que se han quedado muy lejos de sus mejores marcas o han caído a las primeras de cambio pese a haber podido hacerlo)? Apuesten a que no. La 'marca España' sí la vende bien RTVE. Algo es algo.
La mosca