El viernes 2 o hay gobierno o se abre el plazo para una nueva sesión de investidura cuyo resultado es impredecible. Siempre que Rajoy esté dispuesto a acudir a una nueva sesión, que está por ver. Nada le obliga a hacerlo, lo único que marca la Constitución es que el candidato debe someterse a la investidura y a partir de ese momento se inicia el plazo para las nuevas elecciones si no supera con éxito la votación, pero no está escrito que el candidato deba intentarlo dos, tres o siete veces. Así que esas especulaciones sobre una nueva investidura después de las elecciones vascas y gallegas están bien para hacer cábalas, pero son eso, especulaciones.
Y como andamos a vueltas con ellas, a ver qué ocurre el viernes 2. Sánchez sigue en el monte, pero empiezan a escucharse voces socialistas –en privado, a ver cuándo se atreven algunos a decir en público lo que dicen en privado- que no descartan que entre el martes y el viernes se convoque un federal que dé luz verde para permitir a Rajoy que gobierne con un puñado de abstenciones del diputados del PSOE. Los que apuntan esa idea, explican que Sánchez no puede ser candidato porque no salen las cuentas ni de broma, ya que hay partidos que jamás votarán a Podemos, y explican también que si hay terceras elecciones, el castigo al PSOE va a ser tan brutal por la posición que mantiene su secretario general, que puede quedar en los límites de la extinción.
Explican también que si Sánchez no rectifica el viernes, no hay argumentos que justifiquen que lo haga en una segunda investidura de Rajoy, porque sería renunciar a los supuestos principios que dice defender a capa y espada, así que no hay más salida que las terceras elecciones… o abrir la mano de una vez a las once abstenciones la próxima semana.
Así están las cosas. De mal. En cambio, a pesar del ultimátum entre PP y Ciudadanos hay voluntad de sacar al país del atolladero. Con discrepancias, y con asperezas, que al menos al escribir este artículo se van limando poco a poco porque hay que pensar en el bien común, y si hay que tragar sapos en uno y en otro lado, pues se tragan. En el PP asustan las cifras, aceptar algunas propuestas de Ciudadanos supone incrementar el presupuesto en unos 7 mil millones de euros, que la UE no va a admitir, aunque en Ciudadanos aceptaban la posibilidad de que las medidas que proponen se puedan aprobar a lo largo de la legislatura. Y entre los negociadores de Ciudadanos asusta que sean tantos los medios de comunicación que critican su supuesto “entreguismo” al PP. No están acostumbrados en Ciudadanos a recibir críticas; desde que se lanzaron a la arena nacional han sido tratados con guante blanco. Por otra parte, en una negociación siempre hay entreguismo, siempre, y si Ciudadanos ha cedido en algunas de sus exigencias, puede decirse lo mismo del PP.
Lo que importa es que unos y otros se están tomando en serio la necesidad de llegar a un acuerdo, porque este país no puede permitirse el lujo de seguir sin gobierno. Hay frívolos que cuentan que la falta de gobierno es lo que está permitiendo que se arreglen algunas cuestiones que estaban envenenadas. Lo que es no saber: la falta de gobierno pone en riesgo, entre otros muchos asuntos, los salarios de funcionarios de todas las administraciones, el pago a los pensionistas y a los proveedores, la imposibilidad de atender asuntos sociales de máxima urgencia o ser multados por Bruselas por no tomar determinadas decisiones. Multados con miles de millones de euros… que acabaremos pagando todos si esto sigue así. De mal.
Así que mejor dejarse de frivolidades, negociar hasta la extenuación y trabajar para arreglar los desarreglos. No lo hará Sánchez, un caso perdido, pero hay gente cabal en el PSOE que puede mover ficha para obligar a su secretario general a que actúe con la responsabilidad que exige este momento crítico.
Pilar Cernuda