domingo, noviembre 24, 2024
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A sangre y fuego

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¿Cuándo se jodió el Perú? Es una reflexión de un personaje de Conversación en la Catedral que algunos atribuyen a Vagas Llosa, aunque en buena ley corresponde al personaje de su novela. ¿Cuándo se jodió el PSOE? Se preguntaba en voz alta la noche del miércoles un destacado socialista. Pues varios de sus compañeros coinciden en que fue a la semana de que Pedro Sánchez fuera elegido secretario general, cuando se autoproclamó candidato a la presidencia del gobierno incumpliendo todo lo establecido, que el candidato debía ser elegido por el partido, no era algo inherente al secretario general.

Que esa fue la fecha fatídica lo ha puesto negro sobre blanco un analista socialista de los de toda la vida, Nacho Varela, pero este periodista lo había escuchado ya este último año a dirigentes históricos del partido que asistían angustiados al declive al que irremisiblemente les llevaba Sánchez con sus políticas equivocadas.

La pelea es a muerte, a sangre y fuego, pero los que creen en la fortaleza del PSOE, que existe, están convencidos de que saldrán de ésta aunque reconocen que no habían vivido una situación tan seria, tan grave, tan preocupante. Y ya podemos ir cruzando los dedos para que sea así, porque si el PSOE va mal, a España le irá mal. El PSOE, como el PP, son dos partidos que, independientemente de lo que piensen unos y otros sobre su ideología, grado de corrupción, aciertos de sus dirigentes o estrategias, son las dos siglas que en estos cuarenta años han garantizado la estabilidad institucional y han defendido las grandes cuestiones que hacen grande un país. ¿Es eso defensa del bipartidismo? Pues sí. Y cuanto más tiempo pasa, más razones encuentro como periodista para abundar en la defensa del bipartidismo, visto lo visto y sufrido las consecuencias  como el resto de los españoles. Pero si el bipartidismo no va acompañado de dirigentes sólidos, preparadas y decididos a defender los principios básicos con uñas y dientes, entonces apaga y vámonos.

Pedro Sánchez piensa más en sí mismo que en España

Que en el fondo es un poco lo que está ocurriendo en el PSOE actual, con un líder que piensa más en sí mismo que en España. Hasta hace nada yo misma escribía que defendía sus intereses y los de su partido por encima de los de España, pero debo tachar “y los de su partido”. Pertrechado en Ferraz como un okupa, con actitudes tan deplorables como impedir la entrada a compañeros que pretendían llevar documentos que perturbaban a Sánchez, como la firma de los 17 miembros de la ejecutiva que dimitían de  su cargo, o la convocatoria del comité de Ética y Garantías,  Sánchez y sus acólitos han protagonizado escenas  nunca vistas en ese partido. Y si encima este sábado cercan la sede de Ferraz con militantes enfervorecidos, traídos o no traídos en autobuses, como se cuenta, pues entonces habrá que pensar que Sánchez y su círculo de fieles ha perdido el sentido común, aunque e ese círculo se encuentran personas sobradas de sentido común como Óscar López y Antonio Hernando que, conociéndolos, seguro que se encuentran profundamente incómodos con esta situación a la que les ha llevado un ensoberbecido Pedro Sánchez que habrá protagonizado los años más negros del partido.

¿Y ahora qué? Pues lo primero, ver dónde se sienta Sánchez en el Comité Federal del sábado, porque en buena ley no podría haber ejecutiva en el estrado puesto que se ha disuelto la ejecutiva. Lo que Sánchez niega. Argumenta su gente que los Estatutos nada dicen de que la Ejecutiva queda disuelta en caso de dimisión de la mitad más una de sus miembros, y es verdad. Pero dicen esos estatutos que si eso ocurre el Comité Federal debe reunirse para convocar un Congreso Extraordinario… lo que significa que no hay ejecutiva.  Es la reflexión que hacen los críticos.

¿Habrá investidura de Rajoy con la abstención del PSOE? Es la pregunta del millón, pero un crítico importante decía que no habían llegado hasta donde han llegado para que se celebren terceras elecciones. ¿Dará Susana Díaz el salto? Aseguran que sí y que además está ilusionada con la tarea. ¿Conseguirá Sánchez sobrevivir? Se cruzan apuestas. La mía: no. No logrará sobrevivir. Por infinitas razones.

Pilar Cernuda

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