Dando ejemplo. La primera dama del país, sin desmerecer a la mujer de Rajoy, ha querido demostrarles a sus súbditos que a la hora de ahorrar ella es la primera. Que si hay que hacer un sacrificio, se hace. Cueste lo que cueste.
La Reina Letizia ha confirmado en Oviedo, con motivo de la entrega de los Premios Princesa de Asturias, que ella es la primera en lo de «la fortaleza de España está en nuestra forma de vivir y de entender la vida» que decía su marido en su último discurso navideño.
Si este jueves acudía con un sugerente vestido de Felipe Varela al clásico concierto en el Auditorio de la capital del Principado, este viernes se presentaba a la audiencia matinal con todos los galardonados con un modelo que estrenó hace ya un mes.
Este modelito blanco con estampado floral de Carolina Herrera se lo habíamos visto ya todas durante su viaje a Nueva York en el mes de septiembre, en la reunión que mantuvo con Margaret Chan, directora general de la OMS, y Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU mujeres.
Si las mujeres españolas suelen discutir con sus maridos cada vez que van a una boda si éstos se niegan a que vayan de estreno («¿pero cómo voy a ir con el mismo vestido que me puse en…?», es la frase que martillea la cabeza de ellos un día sí y otro también, hasta que terminan cediendo para no oírlas), Doña Letizia ha demostrado que a la hora de apretarse el cinturón ella es todo un ejemplo.
Lo de menos, o un detalle sin importancia, es que el vestido en cuestión, realizado en crepé, de manga larga y un pequeño escote lágrima con estampado de jazmines en colores rojizos, fue personalizado para la esposa de Felipe VI (el original era más largo, más fluido y escotado) y que tiene un precio en torno a los 5.000 euros.
El «vaya vergüenza, yo no puedo permitirme gastarme eso en un modelito», la frase que habrán dicho muchas mujeres ahora al enterarse del precio, habrá sido debidamente replicado por sus cónyuges con el «qué vergüenza, la Reina sí puede repetir modelo y tú has tenido que comprarte otro traje para la boda de tu prima».
Eso por no decir que les habrán restregado también que Doña Letizia también ha repetido los mismos zapatos de salón de ante rojo de Magritte que lució en Nueva York, en vez de comprarse otros «a juego» con el vestido nuevo para lo de la prima.
La Reina, en definitiva, ha dejado mal a todas las súbditas que a partir de ahora quieran ir de estreno a un evento, ya sea boda, comunión o bautizo. Sobre todo si un mes antes han ido ya a otro con modelo nuevo, por mucho que éste tampoco les hubiera costado esos 800 euros que valía el de Varela que lució Doña Letizia el jueves, complementado con un cinturón en flores de cristal del mismo diseñador o unos 'salones' negros de Prada, de 'apenas' 500 euros cada prenda. ¡Qué manera de hacerse más enemigas!
La mosca