sábado, septiembre 21, 2024
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Descarados, encarados, malcarados

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Tras cuatro décadas de parlamentarismo en España ha llegado el tiempo de los macarras de asamblea universitaria. Los catedráticos del revienta asambleas, los másters del “votemos la forma de votar”. Los modos rufianescos asoman por la gatera copando minutos de telediarios,  diarios y redes, ése Gólgota de la comunicación. Estos días se observa descaradamente cómo los paladines de la nueva política están dando su aval político a lo más triste de la historia de España, a los proetarras encarnados hoy en materia de Bildu. Tanto correr para eso.

Hay testosterona en el ambiente. La forma de chocar y jalearse entre minorías transversalmente antisistema. Sí, la errática política catalana, el suicidio en varias fases del expresidente Mas, ha conducido a Esquerra Republicana de Catalunya al borde del asamblearismo leninista, por hacerle la competencia a las CUP. ¡Qué falta de seny!

Bellacos, testosterona, choque de palmas con los de Bildu. ¿Es ése el reflejo del país?

El descaro de quien se arroga la representación de la gente se torna con una facilidad en bronca y encaramientos. En cuanto se les lleva la contraria. Uno de los males políticos de estos últimos meses –analiza un amigo dedicado a esta cosa pública– es consecuencia de la atolondrada facilidad con que le compramos todos el discurso a Podemos. “La gente”, por oposición a “las élites”, o entes fantasmagóricos como “el IBEX 35”. Si así fuera, este país sería la caña: resulta que casi 17 millones de votantes son élite o IBEX 35. De ahí a atarlos perros con longaniza, un pasito de nada.

Hubo un torero al que el destino jugó la mala pasada de apellidarse Bento. Mal asunto si el día que debutas en Las Ventas un vendaval asola la ciudad, y al torero con ella. Eso le pasó a Bento, y fue difícil no titular el asunto “Vino Bento y se lo llevó…”. Como Rajoy, Aitor y su tractor, más o menos. Pues eso pasa con Rufián, que encima tiene a bien portarse en el hemiciclo como un… bellaco. Bellacos, testosterona, choque de palmas con los de Bildu. ¿Es ése el reflejo del país? No sé, habrá que contar votos. Pero servidor, que es persona viajada, dicho sea con toda modestia, no ve gente así ni en Cataluña, ni en Euskadi, ni Galicia, ni siquiera en los lugares más madrileños, como La Plaza de Santa Ana o la calle Goya.

Y sí en las teles, mira por dónde.

El sábado sí fue un día histórico, porque nuevas geometrías aritméticas se pusieron en marcha en el Congreso. El PSOE pasó su trago y Rajoy acabo siendo un presidente español sin z en los apellidos, todo un hito. y segunda legislatura, de una mayoría absoluta a una minoría mayoritaria en coalición. Un momento apasionante.

No es apasionante lo que se ve en la Cámara. La bronca a veces puede ser buena, esclarecedora. Ver cómo se pasa del descaro al encaramiento. Y los malcarados. Muy malcarados, en cuanto se rasca un poco. No sé los demás, pero servidor reconoce que la cara de Pablo Manuel Iglesias y los dientes de Irene Montero, encarados, me han dado miedo.

Joaquín Vidal

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