Yannick Jadot será el candidato verde a las presidenciales francesas. Desde Greenpeace al Parlamento Europeo, como diputado ecologista desde 2009, lleva más de veinticinco años trabajando contra el desorden climático, el «dérèglement climatique», y se opone a las cortapisas políticas de la ecología. Una vez más, ha sido mi mentora francesa, Denise, retirada cerca de Orléans, quien me ha señalado la existencia de Jadot.
La voz de Yannick Jadot, francés y europeo, es muy importante y necesaria, aunque no vaya a ganar, como él mismo reconoce. Quiere conseguir, dice, mayorías culturales que influyan en la toma de decisiones. Su candidatura se financia sobre todo con donaciones individuales -como fue la de Bernie Sanders- y dependerá de si consigue ser 'apadrinado' por quinientos cargos elegidos, como alcaldes de pequeños pueblos.
Incluye en sus propuestas la mejora de los servicios públicos, los transportes, las energías renovables, la salud, la lucha contra los productos químicos nocivos y los pesticidas, entre otras. Muchos municipios y comunidades ya están en ello. Pero falta, dramáticamente, el compromiso claro y decidido de los Estados y de los grandes partidos. Véase el ejemplo del Acuerdo de París sobre el clima que no es vinculante, mientras un acuerdo comercial como el CETA (UE-Canadá) sí lo es, como se ha visto con el caso de Walonia.
Yannick Jadot sería considerado extravagante, excéntrico, raro, en España. No utiliza la ecología como arma arrojadiza. Sostiene incansable que frente a la crisis ecológica, la respuesta política de todos los partidos franceses es indigente (y debemos desgraciadamente añadir, no sólo de los franceses). De hecho, en el Parlamento Europeo, socialdemócratas y conservadores se han puesto de acuerdo hace unos días para bloquear varias propuestas ecologistas. En España, la Junta de Andalucía -socialista- y el Estado -conservador- dejan secarse Doñana, como es sabido.
Atentos, pues a lo que diga Jadot, una persona combativa pero con aplomo, que siempre será inspirador y no es ningún apocalíptico ni un casandra. Propone ideas positivas y pragmáticas, como que la UE dedique 600.000 millones de euros a la transición energética, lo que crearía trabajo en la economía digital, para los jóvenes, para la salud y para la investigación. Yannick Jadot es una corriente de aire puro en el viciado ambiente de la UE.
(Post scriptum.- A propósito, si leyeron mi columna 'Medio Ambiente andaluz no contesta', del 20 de octubre, sepan que han contestado tres meses y medio después, tras largas y sesudas investigaciones para descubrir que «La actividad denunciada -ruido y humo- no se encuentra dentro del ámbito de aplicación del Decreto 6/2012, etc, etc». Por lo visto, el ruido y el humo no atentan contra el medio ambiente, si no lo creen, pregúntenle a los pájaros.)
Jaime-Axel Ruiz Baudrihaye