miércoles, noviembre 27, 2024
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«Russiagate»

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Entré en mi bar favorito. Pesadillas estaba leyendo el “Washington Anticipated” que titulaba a toda plana: «Trump Impeached».

Le arranqué el diario y empecé a traducir en voz alta: «La mayor traición en la Historia de los EEUU ha sido consumada por Trump y su equipo a lo largo de la campaña electoral de 2016. Las revelaciones sobre interferencias rusas para favorecer a Trump …… «.

– Mira la fecha, me interrumpió Pesadillas.

– ¡Mayo de 2018! ¿Cómo es posible?

– Me lo ha traído ANDREA, nuestra camarera androida.

– Lo he sacado de una red llamada “WikiFutureNow», explicó ANDREA, apareciendo súbitamente para dejarme un manchado y unos churros sin darme otra opción merced a sus propios algoritmos. Presumen de conseguir filtraciones de noticias del futuro. Igual inventan…

– En efecto, en las redes desinforman constantemente, respondí. Sin embargo, esta noticia podría llegar a ser cierta si se confirmasen unas relaciones de Trump con Rusia que se pudieran considerar una traición.

– Se ha publicado en un diario madrileño informaciones acerca de un ruso, Alexander Torshin, ligado, según nuestra policía, a Putin, dijo Pesadillas, a mafias rusas, al círculo íntimo de Trump (hijo y asociados) y a la “National Rifle Association”, el mayor donante de fondos electorales a Trump. Malas compañías en abundancia.

– Evidente, afirmó Centrocampista, girando su copa en la mano como si fuese una noria vertical. El fin de la Guerra Fría abrió las puertas de la globalización y de un buen entendimiento entre Moscú y Washington. Esto último no se produjo por los resquemores del Kremlin empeñado en recuperar influencia en su entorno vecinal a cualquier precio y los de los americanos preocupados por la negativa de Putin a seguir la senda democrática que abrazaron tras la Segunda Guerra Mundial países como Alemania, Italia o Japón.

– En efecto, se mantienen las desconfianzas reciprocas entre Rusia y los EEUU y otros occidentales, admití. Hay, incluso, que evitar dar la sensación de estar vendido al antiguo enemigo en el que aún no se puede confiar.

– En efecto, insistió Centrocampista. El paso de un portaviones ruso por el Estrecho de Gibraltar en la primavera de 2016 encendió las alarmas aliadas por la autorización española de que sus buques escolta se avituallaran en Ceuta, donde lo hacen pesqueros rusos. Aprovisionar a pesqueros o a buques de guerra no es lo mismo. Menos aun cuando Moscú quiere reinstalarse en el Mediterráneo y busca un punto de apoyo al Oeste porque ya tiene uno importante en Siria, Tartus, lo que explica su incondicional apoyo a Asad. Se equivocó Madrid y acabó retirando su autorización.

– Sin embargo, volviendo a Trump y Putin, no hay una prueba clara y definitiva de este hipotético contubernio, señaló prudentemente Pesadillas.

– El “Impeachment” es un juicio en el Capitolio con una carga muy política. Podrían, quizás, bastar unos indicios fundados de esta eventual conspiración. Además, Trump pidió públicamente la intervención rusa para interferir en la campaña de Clinton.

– Un Comité conjunto de Senadores y Representantes sobre Inteligencia está investigando estas posibles interferencias. James Comey, Director del FBI, nombrado por Obama y mantenido por Trump, confirmó que está investigando un posible entendimiento entre la campaña de Trump y el Kremlin al tiempo que negó que Trump fuera espiado por orden de Obama, abundó Centrocampista.

– ¡Menuda bofetada! exclamó Pesadillas encantado. Difícilmente puede Trump atacar a Comey: en su día celebró que persiguiera a Clinton en el asunto de sus correos electrónicos lo que en parte le costó la elección presidencial. Sin embargo, los demócratas piensan que el Presidente de ese Comité de Inteligencia, el republicano Nunes, está saboteando la investigación.

– Por ahora, son solo especulaciones, señalé. Por otro lado, Trump se ha llevado un revés importante al tener que retirar el proyecto para sustituir al “Obamacare”, la sanidad para los más desvalidos del anterior Presidente. A los republicanos más conservadores les pareció una concesión excesiva y otros recordaron que el año que viene tienen elecciones y que el proyecto de Trump podía dejar sin sanidad a 14 millones de personas enfadadas.

– Muchos fracasos, manifestó Pesadillas, como su marcha atrás sobre la OTAN. Tillerson y Mattis corrigieron a su jefe sin perjuicio de que los tres reclamen, como sus predecesores, que los europeos gasten más en defensa. ¡A Merkel, Trump le pasó incluso, según el sensacionalista Sunday Times, una factura de deuda alemana con la OTAN de tres cientos mil millones de dólares! Una aberración.

– Por otra parte, es preocupante que Rex Tillerson no se inmute ante la reducción del presupuesto de su Departamento de Estado en un 28% para dárselo al Pentágono, manifesté. Los EEUU son una gran potencia tanto por su poderío militar como por su diplomacia y sus ayudas al desarrollo. “TRex” se está pegando un tiro en el pie.

– Cospedal acaba de garantizar a su colega Mattis que España cumplirá el compromiso aliado de gastar en defensa al menos un 2% del PIB para 2024, recordó Centrocampista.

Fue su regalo de llegada a Defensa, precisó Pesadillas. Esperemos que no sea a costa de Exteriores.

– Por cierto, hay una foto de Cospedal en Washington poniendo la mano derecha sobre su corazón, saludando así al modo americano mientras tocan un himno, señalé. Puro mimetismo. Aquí los civiles se quedan, a lo más, firmes, en actos de respeto a la bandera o al himno.

– ¿Le parece mal? me retó ANDREA mientras recogía platos y tazas.

– No. Podríamos importarlo o quedarnos verdaderamente firmes, pero preferiría que todos hiciéramos lo mismo.

 

Carlos Miranda es Embajador de España

Carlos Miranda

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