Pesadillas estaba leyendo un periódico cuando entré en mi bar favorito.
— Es “La Vanguardia” del 16 de abril, me explicó. Hay un artículo sobre la fallida aventura española tras el arma nuclear. ¡Igual Puigdemont y Mas sueñan con ella! Quizás algunos tengan nostalgia de que España no sea una potencia nuclear como Corea del Norte.
— Como Francia o el Reino Unido, le respondí mientras ANDREA, nuestra sorprendente androida, nos miraba con terror al dejar nuestras copas seleccionadas por sus propios algoritmos.
— Según este artículo, prosiguió Pesadillas, De Gaulle quería que España tuviese el arma nuclear para reforzar un vértice que no fuese ni anglosajón ni ruso. ¿También aspiraría a una Italia nuclear? ¿Incluso Alemania? Demasiados vecinos nucleares para De Gaulle, me parece. Francia no era entonces parte del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Se adhirió después de España, como Argelia. ¡Argelia y España nucleares! ¡Hubiera sido preocupante!
— Anteriormente Francia favoreció la obtención del arma nuclear por Pakistán e Israel señaló Centrocampista, acudiendo con su sempiterna copa en la mano. ¿Estamos más seguros con ello? La contribución de De Gaulle a la proliferación nuclear fue insensata.
— Esa proliferación es un gran riesgo para nuestro planeta, manifesté. El TNP es un tratado desigual al establecer dos categorías de miembros, aquellos con derecho al arma nuclear y los demás. Sin embargo, más vale pocos que muchos.
— Los nucleares miembros del TNP (China, EEUU, Francia, Reino unido y Rusia) fueron vencedores en la Segunda Guerra Mundial, añadió Centrocampista. Son asimismo los Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad de las NNUU. Una correlación significativa.
— Los nucleares contrajeron en el TNP dos obligaciones: un desarme nuclear total y el acceso de los no nucleares a los usos pacíficos de la energía nuclear, precisó Pesadillas. Esto último se cumple, pero no así lo primero si bien EEUU y Rusia han reducido sus ingentes arsenales nucleares, algo en lo que Trump ya no estaría interesado. Los demás esperarán a que Moscú y Washington lleguen a sus niveles para disminuir, eventualmente, sus propios arsenales. Francia y el RU ciñen de hecho su disuasión nuclear esencialmente a misiles embarcados en submarinos. Eso sí, todos modernizan las ojivas nucleares y sus vectores.
— También intentan obtener bombas convencionales capaces de grandes destrozos sin los efectos devastadores y contaminantes del armamento nuclear, dijo Centrocampista. La bomba utilizada por los EEUU recientemente en Afganistán contra los terroristas del Califato, con un radio de kilómetro y medio de destrozos, solo es un ejemplo.
— El TNP es fundamental para salvaguardar nuestro planeta, insistí. Cuantos menos países dispongan del arma nuclear, mejor.
— Según este artículo, dijo Pesadillas, fue la firma por el gobierno de Calvo Sotelo, en 1982, con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de unas limitaciones lo que hundió este proyecto originariamente franquista y que Adolfo Suarez avaló.
— Pero la adhesión al TNP la hizo el gobierno de Felipe González en 1987, precisé, siendo ya Ministro de Exteriores Francisco Fernández Ordoñez. Entre su equipo lo favorecíamos su Secretario General de Política Exterior, Máximo Cajal, y yo mismo, entonces Director General de Seguridad y Desarme.
— ¡Cómo te pavoneas! me acusaron mis contertulios.
— La votación favorable del referéndum de permanencia en la OTAN en 1986, proseguí imperturbable, favoreció luego esta adhesión al TNP que fue bien acogida en la izquierda y en la derecha como bien lo expresó entonces un editorial del ABC al considerar esta adhesión de sentido común.
— Todo eso es pasado, sentenció Pesadillas. Ahora el peligro viene de Corea del Norte. Kim Jong-Un y Donald Trump comparten egos superlativos y armas devastadoras. Una mezcla terrible. China tendría que ayudar a controlar algo que tampoco debiera convenirle.
— Es una de las razones de la disminución de la retórica de Trump contra China mientras, por otra parte, su romance con Putin se enfría, precisó Centrocampista. Lo atribuyen a la influencia conjunta de su yerno Jared Kushner, su Consejero de Seguridad Nacional, McMaster, y los Secretarios de Defensa, Mattis, Estado, Tillerson, y Comercio, Ross.
— Trump ha cambiado respecto a estas dos cuestiones, dije, pero sigue siendo imprevisible. Asimismo, juega con fuego nuclear cuando le hace ascos al acuerdo con Irán para impedir su acceso a la bomba. Es, además, el primer Presidente estadounidense contrario a la Unión Europea y empatiza con Marine Le Pen
— Afortunadamente, dijo Pesadillas cambiando de tercio, Macron, un europeísta convencido, será elegido Presidente de Francia el 7 de mayo. La problemática se centrará luego en las legislativas de junio. Francia podría quedar muy dividida y Macron, sin un partido consolidado detrás, tendrá que hacer malabarismos para formar un gobierno coherente.
En esto volvió Andrea y en lugar de recoger platos y copas dejó en la mesa una banderita que rezaba: “¿Nuclear? No gracias”.
Carlos Miranda es Embajador de España
Carlos Miranda