domingo, septiembre 22, 2024
- Publicidad -

Noche de fuego

No te pierdas...

Permítanme que les cuente una historia:

Luisito “el puñales” siempre había sido un tío normal hasta que el destino torció su vida. Una mala novia, nefasta gestión de los negocios y adicción al alcohol le llevaron de noche a una pelea. Sacó un puñal y su contrincante murió. Luego la cárcel y después la calle con el alma hecha jirones. Desde hace años duerme entre cartones en una calle olvidada de Madrid, arropado por dos o tres litros de vino peleón y unos cartones recogidos al azar. Ya no puede escapar a su maldita suerte y algunas veces sueña con lo que pudo ser y no fue.

Y esta noche hace frío. El viento aúlla por las esquinas como un lobo solitario arrancando los contenedores de basura de su sitio. Luisito se acurruca dentro de un saco de dormir que una buena mano le regaló. No puede dormir torturado por los recuerdos: la mirada del hombre al que mató; la sangre empapándole las manos. Los demonios siempre aparecen de noche, cuando el sueño se torna esquivo y las luces del día se apagan. Está completamente borracho y el vino le anestesia los sentidos. Por eso no se da cuenta de los tres jóvenes que se acercan a su improvisado dormitorio, con un bote de gasolina y un mechero en la mano.

Ni siquiera escucha las risas de los criminales cuando le rocían con el líquido verdoso y luego prenden fuego. Los demonios huyen atropelladamente cuando todo, incluido Luisito, arde pasto de las llamas. Grita mientras la carne se consume, chilla y su cuerpo se contorsiona desgarrándose.

Los bomberos y la Policía llegan alertados por los vecinos, pero ya es tarde: Luisito ha muerto atrozmente, quemado hasta la médula. No es más que un trozo de carne con olor dulzón a humo. La noticia sale en los telediarios y en la prensa durante unos segundos.

Semanas después, detienen a tres menores de edad. Lo hicieron por divertirse han declarado ante el Juez.

Mientras tanto, en las noches de Madrid, el viento sigue siendo frío y ataca furioso la esquina, ahora vacía, donde Luisito intentaba dormir para huir de sus recuerdos.

José Romero

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -