lunes, noviembre 25, 2024
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España ya ha elegido a su representante en Eurovisión 2018

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«Me voy contento a casa, me voy con la cabeza bien alta. Al menos no hemos quedado los últimos en el voto del público. Creo que hemos hecho un trabajo muy bueno, para sentirnos orgullosos«. ¡Pues claro que sí, guapi!. Las primeras declaraciones de Manel Navarro después de consumarse su último puesto en el festival Eurovisión celebrada en Kiev eran como para mear y no echar gota, y eso que yo, precisamente, no puedo decir que tenga problemas de próstata.

Qué gracioso. Una no sabía que había tan buenos humoristas en Sabadell, su tierra natal. Claro que el 'festival del humor' no acabó ahí y el chico siguió dejando por los suelos a otro catalán ilustre como Eugenio al indicar que «no estaba nada nervioso», y achacar el gallo que le salió en medio de la actuación a «cosas del directo». Ni Benny Hill y Mr. Bean juntos. Como decía el recordado Luisma de 'Aída', «me parto y me mondo». 

Vayamos por partes. ¿Cómo no se va a ir contento a su casa si de ser un cantante al que sólo le conocía en este país Xavi Martínez, el locutor de Los 40 Principales que le dio el voto decisivo para su selección para Eurovisión? Lo malo es que, salvo que, como suele ocurrir en este país, su penosa actuación sea flor de un día y se olvide pronto, va a pasar de personaje anónimo a personaje con más enemigos del país, ya que incluso el que hasta ahora era su amiguete y mejor valedor, el citado Xavi, ha manifestado ya que «¿cómo voy a decir que no me siento culpable? No se puede defender lo indefendible. No es solo culpa del gallo. El gallo es lo más llamativo, con lo que la gente hace la broma. No gustó la canción y no era adecuada para el Festival». La lástima es que han tenido que pasar tres meses para que el 'experto' musical se diera cuenta de algo que el resto de España vio desde el mismo momento en que el cantante se  presentó en la gala de febrero en la que se le eligió. Como ha escrito este fin de semana Ángel Llacer en un tuit, «los tongos se pagan caros». 

Con lo de «hemos hecho un trabajo muy bueno» a lo mejor Manel se refería a que indudablemente ha debido ser muy duro y difícil encontrar cuatro camisas de flores como las que él y sus tres colegas lucieron sobre el escenario de Kiev. Ni en el puesto del mercadillo del padre de 'la Rebe' de los Gipsy Kings será sencillo encontrar tales prendas. 

Tampoco será, supongo, por la coreografía ni por los efectos especiales que se gastaron, que los hubiera firmado Valerio Lazarov y su famoso zoom. Lo peor es que si es cierto eso de que «no estaba nervioso» entonces habría que echarle la culpa del gallo a su propia ineptitud, ya que un cantante que se considera como tal no suele tenerlos sobre un escenario. Lo único que parece haber aprendido el chico en estos tres meses, después de haber descubierto el mundo de la televisión por dentro, es la frase de «cosas del directo», a la que se recurre siempre por los profesionales para lavarse las manos cada vez que hay un fallo. 

Por todo ello, y dado que la 'seriedad' de TVE, de la que hace gala en la casa después de que se tuvo que comer con patatas a Rodolfo Chikilicuatre (¡cuánto le hemos echado de menos en Kiev!), impide que Leticia Sabater cree un 'chirlazo', y que ya ha adelantado que el vencedor de la próxima edición de Operación Triunfo no será el representante español en el Festival, la gente ya lo tiene claro. Para el certamen que se celebrará en Portugal en 2018 hay que enviar a la afición del Atlético de Madrid, o al menos a un grupo representativo de su Frente Atlético, porque cantan como nadie y se sienten orgullosos cuando les eliminan. Eso, claro está, si la cadena pública vuelve a cambiar sus reglas y esta vez sí es la audiencia la que tiene la última palabra, y no Xavi Martínez. 

 

La mosca

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