Decía en mi última columna que los acontecimientos nos sobrepasaban. Que entre la corrupción y las luchas cainitas en los partidos teníamos el cupo informativo lleno. Y que todo eso había relegado, una vez más, el combate contra la violencia de género.
Nada ha cambiado. 34 mujeres, niños y niñas han sido asesinados y asesinadas en lo que va de año. Desde mi última columna, catorce días, dos mujeres – Madrid y Albacete- han sido asesinadas.
No me cabe duda de lo trascendente que es todo los que nos ocupa: atentados, presupuestos, primarias, ligas, juzgados…Pero, déjenme que insista: nos asesinan y nos negamos a ser invisibles.
Si; la cosa es que han pasado los días y los meses y todo sigue igual o peor.
Seguimos asistiendo al asesinato de las mujeres de forma impasible. Mañana, jueves 25. hay convocada una concentración contra la violencia de género que, como mucho obtendrá unas frases en algún medio.
Con políticas de siempre o con Presupuestos que se negocian como se regatea en el mercado, con agenda judicial o con más historias de dolor, nos negamos a ser invisibles. Queremos recursos contra la violencia.
Hemos visto como el terrorismo daba donde más nos duele, al final de un concierto para niños y adolescentes. Vemos, sin casi estremecernos, como siguen muriendo niños en campos de refugiados que más parecen campos de concentración o como el Mediterráneo se llena de cadáveres.
Escuchamos como la Unión Europea amenaza con sancionar a los países que no acojan al número de refugiados que les corresponde. Y, faltaría más, Rajoy viene, un día si y otro también, con aire enfadado, a contarnos que él lo hace muy bien y que España es el país que más crece de la Unión Europea.
Los socialistas han hecho sus primarias y ha ganado Sánchez, vayan mis felicitaciones para el ganador, y ahora su preocupación sigue siendo ellos mismos. Eso sí, dice Sánchez que tiene aguja e hilo a su entrada en Ferraz.
En fin, asistimos a una especie de película que la mayoría de las veces poco o nada tiene que ver con nosotros y nosotras.
Porque la que estaba en el paro sigue en el paro, aquella a la que su salario no le llegaba para casi nada, sigue igual. La maltratada sigue siendo maltratada, sin que sus instituciones muevan los recursos para solucionar su problema y los demás solo esperamos a que no sea el próximo titular de algún medio, cuando se hable de una asesinada más.
Los mayores siguen sin tener residencias. Y los enfermos siguen esperando grandes colas para ser atendidos como se merecen.
Creíamos, que llegaba el verano y durante dos meses no tendríamos que preocuparnos por la calefacción y con ese dinero podríamos atender alguna de las muchas necesidades. Por el contrario, a golpe de sequía y de políticas ininteligibles, la luz volverá a subir, como se cuenta en Estrella DIgital.
Los Presupuestos del Gobierno para violencia machista dan para 300 euros por delito sexual contabilizado por el Ministerio del Interior. Una vergüenza. Por eso, entre otras cosas, mañana las mujeres nos manifestaremos, otra vez. Hasta que nos vean.
Mi próxima columna, ya les adelanto, irá de solidaridad y lealtad. Preparen el paquete de clinex.
Libertad Martínez