La pasada semana, por fin, pudimos vivir una buena noticia: CCOO, UGT, las patronales CEOE y CEPYME y Gobierno alcanzamos un acuerdo sobre el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Un acuerdo importante, “potente” en palabras de Unai Sordo, no sólo porque nos acerca a los postulados de la Carta Social Europea, sino porque supone un punto de inflexión para cambiar la pauta de salida de la crisis.
El acuerdo, del que se beneficiarán directamente más de medio millón de trabajadores y trabajadoras, supone un aumento del 4 por ciento para 2018 y un incremento gradual hasta alcanzar los 850 euros en 2020. Es decir, 735,9 euros mensuales en 14 pagas y marca el objetivo de llegar progresivamente a los 850 euros mensuales en 2020 en 14 pagas. O lo que es lo mismo, 990 euros en 12 pagas.
Se ha abierto, por tanto, una marcha sin retorno en la consecución de la Carta Social Europea, que aboga porque el SMI tiene que ser el 60 por ciento de la renta salarial del país. Por ello, una vez alcanzado el acuerdo, el objetivo institucional ha sido implicar a los partidos políticos y, ocurra lo que ocurra en la dinámica política española, se consolide este camino. Esta mejora no puede tener marcha atrás.
Pero más allá de los beneficios directos e inmediatos de este pacto hay que valorar que se ha recuperado el diálogo social, además de la influencia que debe tener en el que cambio de rumbo de la salida de la crisis. No es de recibo, por ejemplo, que un país como España, que crece por encima del 3 por ciento revalorice las pensiones en un miserable 0,25 por ciento
Es decir, esta salida de la crisis debe abandonar la senda de la precariedad, la desigualdad y la pobreza laboral siendo evidente que hay que incrementar los salarios, fundamentalmente los más bajos, a través de la negociación de los convenios. Hay que eliminar la precariedad en la contratación porque la brutal e injustificada temporalidad en la contratación es un lastre en las expectativas de vida de una gran parte de la clase trabajadora de este país, especialmente de la juventud.
Desde las Comisiones Obreras apostamos, tal como llevamos impregnado en nuestro ADN, por empujar a una salida de la crisis justa en la que se alterne negociación y movilización. En este escenario se hace imprescindible un Acuerdo de Negociación Colectiva (ANC) con una propuesta salarial ambiciosa, en la que el nuevo acuerdo sobre el SMI juega un importante papel.
El argumentario neoliberal de que la rigidez salarial explica las altas tasas de paro ya está superado. La Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central ya están alentando la necesidad de que aumenten los salarios.
Pero, aun siendo el tradicional núcleo central, los salarios no son lo único. Hay otras materias. Desde CCOO vamos a adoptar una posición tan “a la ofensiva” como flexible para eliminar la precariedad, para darle relevancia a la formación y para afrontar un duro combate por la igualdad y contra la siniestralidad laboral y el control de la salud laboral.
Si estas son fechas de celebración, también estamos de enhorabuena por haberse alcanzado un acuerdo importante de cara al futuro. Deseo, eso sí, a los lectores y las lectoras de 'Estrella Digital' unas felices fiestas que miren al futuro con esperanza, porque hay alternativas a la desigualdad.
Jaime Cedrún.
Secretario general de CCOO de Madrid.
Jaime Cedrún