lunes, noviembre 25, 2024
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Un tanga de encaje

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Que una víctima de violación llevara un tanga de encaje ha sido el absurdo argumento para absolver a su violador. Esto, que parece una broma, no lo es en absoluto, y ha sucedido en Irlanda. Paradójicamente, dicho argumento fue utilizado por una abogada defensora, es decir, por una mujer. Ver para creer.

A raíz de esta más que injusta sentencia, las mujeres de Irlanda han llenado las redes sociales con fotografías de tangas a modo de protesta con el hashtag #ThisIsNotConsent (#EstoNoEsConsentimiento). De hecho, Ruth Coppinger, diputada parlamentaria en Irlanda, mostró un tanga de encaje en el parlamento mientras lanzaba la pregunta de “¿cómo cree que se siente una víctima de violación o una mujer ante la incongruencia de que su ropa interior sea mostrada en un tribunal?”

Con este tipo de sentencias, parece que se da por hecho que la víctima dé su consentimiento implícito por llevar este tipo de ropa interior, pero ¿qué se puede esperar cuando en Irlanda, según la Inspección de Justicia Penal, menos del 2% de los casos de violación dan lugar a condenas?

En los juicios por violación, la defensa habitual de los acusados es argumentar que la relación fue contenida y, para ello, buscan cualquier elemento que justifique ese supuesto consentimiento, como en este caso ha sido el hecho de destacar el tipo de ropa interior que llevaba la víctima. Por desgracia, hay muchos más ejemplos de esto, como el caso de Italia en el que se absolvió al violador porque la víctima llevaba pantalones vaqueros y es que, según la sentencia, para quitarse unos vaqueros es necesaria la colaboración de quién los lleva.

Pero para argumentos absurdos e increíbles, el caso que tuvo lugar en Inglaterra en el que un millonario saudí fue absuelto argumentando que se cayó accidentalmente sobre la víctima y la penetró sin pretenderlo porque su pene asomaba fuera de su ropa interior. Por desgracia, hay muchos más ejemplos de inverosímiles argumentos que absuelven a violadores en todo el mundo, pero creo que no es necesario poner más ejemplos ni, además, revolver más cuerpos.

La triste realidad es que se sigue culpabilizando a las víctimas, pero ¿tan complicado es entender que los culpables de todas las violaciones son los violadores? ¿Por qué esta obviedad no es entendida como tal? ¿Por qué entran en juego factores como el tipo de ropa de la víctima, si había bebido alcohol, si estaba sola de noche, si habló con desconocidos, si ofreció resistencia, etc.?

En caso de robo o asalto, las autoridades nos recomiendan no oponer resistencia para salvaguardar nuestra integridad física e incluso nuestra vida. Si esto es así, es decir, si no oponer resistencia efectivamente es un mecanismo de defensa, ¿por qué en caso de violación se juzga moralmente a la víctima si no opone resistencia? ¿Por qué no oponer resistencia se equipara a dar consentimiento? Por desgracia, hay bastantes casos en los que la víctima ha opuesto resistencia y el agresor ha acabado con su vida. Pero aparte, ¿es que acaso no existe el miedo?, ¿es que la víctima no puede entrar en shock y bloquearse y, por tanto, no hacer absolutamente nada?

Esto es ni más ni menos que una de las muchas consecuencias de seguir viviendo inmersos en una cultura machista, por ello, una víctima no es solo víctima de violación, sino que también es revictimizada por una la sociedad que no solo la culpa de ese terrible hecho, sino que, además, le impone el cruel estigma de perder el derecho de volver a ser feliz. Sin irnos más lejos, en el caso de “la manada”, estos cinco violadores contrataron a un detective privado para investigar a la víctima y que su defensa presentara informes sobre los hábitos de vida de la joven antes y después de la violación, incluida su actividad en redes sociales. Se pone el foco de atención en la recuperación de la víctima que, si se produce de forma rápida, le quita gravedad a lo sucedido. Y es que aquí, por desgracia, lo importante no es la recuperación de la víctima cuando debería ser lo primero, de hecho, volver a la normalidad la culpabiliza más todavía si cabe.

¿Acaso las mujeres vamos a tener que pensar sobre todas estas injustas cuestiones cuando nos vistamos? ¿Es que va a ser mejor que nos pongamos bragas de cuello alto porque, si tenemos la mala suerte de ser violadas, aparte de la experiencia traumática también tendremos que soportar que se nos juzgue moralmente por el tipo de ropa interior o incluso exterior que llevemos? ¿Se ha impuesto una especie de veto a las mujeres para llevar ropa interior sexy?

Quizás nos tendremos que tatuar “No es no” sobre el pubis para que se sobreentienda que no hay consentimiento. La verdad es que, a día de hoy, no me parece una idea tan descabellada.

SagrarioG
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SagrarioG

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