Supongo que la enajenación mental de quienes nos gobiernan es de tal magnitud que en absoluto son conscientes de sus actos, pero no por ello son culpables de los mismos. Existen los psiquiátricos, que es donde llevamos a esos que son incapaces de controlar sus actos. En España, en cambio, les damos a todos un cargo político, y claro, cuando pones al zorro a cuidar de las gallinas, lo que no puedes es lamentarte de lo sucedido. Pues hacemos ambas cosas. La inmensa mayoría somos conscientes del nivel intelectual y de preparación que tienen la gran mayoría de esos a los que alegremente damos las llaves de la caja fuerte, y después les pedimos explicaciones de sus actos. ¿Quiénes son más infantiles, los incapaces o aquellos que los facultan?. Ponemos al ladrón a vigilar el banco, al pirómano el monte y al alcohólico la bodega, para después pedirles explicaciones de porque estamos arruinados, con el monte quemado y metidos todos en este carnaval de borrachera que no hay por dónde cogerlo.
Los españoles tenemos la batalla prácticamente perdida contra estos que nos gobiernan. Son tan astutos y tienen tan claro lo que pretenden, que sus planes están perfectamente diseñados para cada ocasión, mil asesores a nuestro cargo superan al propio Maquiavelo. Lo sorprendente no es esto, sino que consigan volver a colarnos un gol cada vez que les apetece.
Cuando todo parecía indicar que íbamos a estar bastantes días pidiendo necesarias explicaciones del porque Pablo Iglesias, todavía Vicepresidente del Gobierno, sigue sin dimitir, a pesar del documentado informe que el Juez García Castellón ha remitido al Supremo y después de haber sido en los últimos años, el azote de cualquier político sobre el que se ha ceñido la más mínima duda de corrupción, por falsaría que luego hubiera resultado, nos encontramos con el globo sonda del nuevo estado de alarma para Madrid. Con el que además consiguen no sólo distraer la atención sobre una causa más grave aún que aquella que motivó la moción de censura contra Rajoy, sino que traslada la pelota del caos nacional por la pandemia al PP de Ayuso y Casado. Olvidándonos de que Iglesias no está imputando gracias al aforamiento que criticaba y que Garzón, que llamó al Rey traidor hace sólo una semana, sigue hoy tan campante. La factoría Iván Redondo es inagotable.
Todo ello sin acordarnos que estamos metidos en pleno mes de octubre y seguimos sin aprobar los presupuestos generales del estado, lo que pone en serio riesgo que Europa nos termine enviando esos 140.000 millones sobre los que este incapaz ejecutivo, que aplaudió a Sánchez como si acabara de cortar dos orejas, ha centrado toda su política económica para los próximos tres años. Llámenles lo que gusten, pero nunca tontos. Sanchinflas y Coletavirus menean su chistera en el momento clave y se inventan un estado de alarma para Madrid que enerva a siete millones de personas, desquicia a la oposición, desvía la atención de todos los medios y arruina un puente a miles de negocios que veían en él un balón de oxígeno, ¿son unos cracks o no?.
Dos años y medio hace ya que este encantador de serpientes duerme en la Moncloa y seguimos con los presupuestos de los malvados Rajoy y Montoro, ¿recuerdan algo similar en democracia?, ¿ven que pase algo por ello?, ¿siguen las encuestan diciendo que Merlín Sánchez sigue siendo el más guapo frente al espejo?. Unos presupuestos que según el artículo 134 de la Constitución deberían haberse presentado antes del 30 de septiembre y que al no hacerlo, ya es imposible que la cámara baja los trámite antes del próximo año, poniendo en riesgo los fondos europeos para una España que reconoce ya una avalancha de liquidaciones de compañías de todo tipo, especialmente de turismo y hostelería, datos que todavía no han calado gracias a la moratoria concursal con la que el Gobierno ha permitido a las compañías no declararse en quiebra hasta pasado el 31 de diciembre. Mientras que falseamos los datos del paro gracias al espejismo de los ERTE y las televisiones subvencionadas evitan las imágenes de muertos y colas del hambre. Disfruten lo votado.
Leopoldo Bernabeu
Leopoldo Bernabeu López