jueves, noviembre 21, 2024
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Ayuso: Usar el madrileñismo contra los madrileños

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Lejos del nacionalismo trasnochado de Ayuso y el Partido Popular madrileño, la Comunidad de Madrid ha prosperado gracias a su carácter cosmopolita, multicultural y abierto a los que vengan de dentro o fuera de España con afán de aportar y mejorar en esta sociedad.

La sociedad madrileña recoge el verdadero liberalismo, el de la democracia representativa y la defensa y mejora de los derechos civiles que nada tiene que ver con las simplezas de la Presidenta porque cualquiera sabe que con Franco se podían tomar cañas y encender escaparates, los que podían, pero libertad no había.

La señora Díaz Ayuso utiliza un madrileñismo faltón, con razonamientos cercanos a algunos nacionalistas, que da argumentos a los tópicos sobre el centralismo, que utilizan desde la periferia esos mismos nacionalistas.

La sociedad madrileña es también mayoritariamente igualitaria y partidaria del progreso y sabe que la existencia de una sanidad, una educación y unos servicios sociales públicos universales y gratuitos accesibles a todos, de la inversión en vivienda, transporte, energía renovable y otros suministros, del apoyo a la investigación, las nuevas tecnologías y los sectores productivos, depende de un desarrollo socioeconómico equilibrado que garantice un futuro próspero a nuestra Comunidad. Saben, en suma, que sin impuestos no hay servicios ni ayudas públicas que garanticen todo lo anterior y que los impuestos deben ser justos y gravar más a los que más tienen.

La Comunidad de Madrid no se sujeta a tópicos

La política de la señora Díaz Ayuso es otra y se limita a dos cosas: una es atacar al Gobierno de España, siempre Pedro Sánchez, haga lo que haga y sin ofrecer alternativas; la otra es hacer como si hiciese algo cuando en realidad o no hace
nada o deshace, se apunta lo bueno lo haga quien lo haga y evade su responsabilidad en lo malo.

En economía el apoyo a la especulación inmobiliaria pesa muchísimo más que el apoyo a las actividades productivas. El crecimiento de Madrid depende de su población, de la disponibilidad de infraestructuras, de la abundancia de mano de obra cualificada, de su
disponibilidad y acceso a las nuevas tecnologías y su investigación, del patrimonio histórico y la actividad cultural y de ocio. Depende, en suma, de su configuración como gran zona urbana. Es el mayor motor económico en estos tiempos, y para ser estable depende del equilibrio social y los derechos de la mayoría de la población.

La Comunidad de Madrid no responde a los tópicos que se dicen desde distintos sectores, no tiene tanto un riesgo de estancarse y decrecer, como de un crecimiento desordenado y no acompañado de las políticas necesarias para garantizar las infraestructuras y servicios que atiendan con equilibrio a una gran población encerrada en un pequeño territorio. La política cicatera del Gobierno regional del Partido Popular y los recortes en servicios como la sanidad, la educación, el transporte, la vivienda asequible o los suministros públicos y la especulación inmobiliaria son el mayor riesgo para el crecimiento equilibrado de la Comunidad.

Casacorreos
La Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid

Sin impuestos no hay servicios

Tantos años de políticas neoliberales del Partido Popular han convertido, a la Comunidad de Madrid, en la más desigual de España. Esto es así porque siendo la de mayor renta per cápita está entre la que menos invierte, también por habitante, en sanidad, educación y servicios sociales o en vivienda pública e investigación. También lo es porque ha aprovechado sus competencias en la materia para hacer importantes regalos fiscales a los más ricos.

A pesar de la propaganda ultraconservadora, sin impuestos no habría servicios públicos, y ya se sabe que si se reducen los ingresos, de una u otra forma, afectará al gasto. Eso y la creciente desviación de fondos públicos al sector privado explica el deterioro creciente de la sanidad, la educación y los servicios sociales públicos y que la inversión en I+D en Madrid se sostenga por el sector público estatal, singularmente el CSIC, y las grandes empresas privadas, como Telefónica, las eléctricas, Indra, etc.

Es el sector privado el que recoge, en mayor medida, este crecimiento. El sector público dependiente de la Administración Central del Estado lleva reduciendo su peso en la economía madrileña desde que se pusieron en pie las Comunidades Autónomas. El sector privado de servicios y las grandes corporaciones son los que crecen y recogen su mayor aportación en patrimonio y crecimiento de rentas.

Los grandes patrimonios y rentas de la Comunidad de Madrid han crecido tanto en su número como sus cuantías, acentuando la desigualdad en nuestro territorio, que ya era la mayor de España. Las medidas adoptadas en competencias fiscales de la Comunidad han
beneficiado, sobre todo, a los grandes patrimonios, rentas y herencias. Son regalos a quienes más recursos tienen que reducen la capacidad de mejorar los servicios, infraestructuras y sectores productivos de la Comunidad de Madrid, más necesarios que nunca en la situación actual.

Solo unos pocos miles de los más de tres millones de contribuyentes madrileños se benefician significativamente de esas bajadas de impuestos. Un 2% de los contribuyentes acaparan casi tres mil millones, dos tercios del total, de los beneficios fiscales autonómicos de la Comunidad.

Y son infinitamente más los que pagan cada año cantidades sustanciosas en tarifas a la sanidad privada que se ahorrarían mejorando la pública, extras en la educación concertada que responden más al equilibrio financiero de los centros que se deberían garantizar desde la educación pública y los propios conciertos, o en pagar cantidades para atención a dependientes que un sector público suficiente debería garantizar. Cantidades todas ellas que superan con creces lo exiguo o nulo que representan las bajadas de impuestos para millones de madrileños.

Ayuso es irresponsable

Ayuso ha mostrado su irresponsabilidad durante la pandemia, escurriéndose de sus decisiones a pesar de su competencia y responsabilidad en el deterioro de la sanidad pública y el sistema de atención a las personas dependientes. Lo mismo intenta ahora con la crisis económica, boicoteando cualquier medida para contrarrestar los efectos de la Guerra y culpando de todo a Pedro Sánchez sin adoptar o proponer ninguna medida positiva.

Siguiendo los cánones clásicos del populismo dice siempre lo que cree que los ciudadanos quieren oír, aunque para ello se tenga que corregir a sí misma con frecuencia, y se otorga papeles, más allá de la Comunidad de Madrid, tanto para atacar a Pedro Sánchez como para marcarle el espacio al Presidente del Partido Popular nacional.

Lo dicho: una irresponsable.

Frente a esta insolidaria actitud que erosiona nuestros servicios públicos y agrede especialmente a las clases medias y trabajadoras de nuestra Comunidad sólo cabe reforzar las alianzas con la mayoría social y política de Madrid con propuestas que hagan cada día más cercano lograr el Madrid que merecemos. En eso estamos.

Como ha dicho el secretario general madrileño del PSOE y portavoz socialista en la Asamblea de Madrid en eso estamos «porque no es tiempo de individualismos insolidarios, es tiempo de trabajar para la mayoría. Y vamos a ello con todo y a por todas.»

Diego Cruz Torrijos es diputado socialista en la Asamblea de Madrid

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