jueves, noviembre 21, 2024
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Las nuevas alcaldesas del PP, las de la XII legislatura

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José Virgilio Menéndez Medrano
José Virgilio Menéndez Medrano
Diputado en la Asamblea. Secretario General del Grupo PP en la Asamblea de Madrid.

En la XII legislatura madrileña que recientemente ha finalizado, una serie de diputados y diputadas han destacado en su trabajo parlamentario, al tiempo que compaginaban dicha labor parlamentaria, con la siempre dura tarea de oposición en ayuntamientos de signo socialista, ayuntamientos en los que nunca lo tenemos fácil los del Partido Popular, pues no disponemos de la mínima facilidad para hacer la legítima labor de oposición.

Alberto Escribano, Miguel Angel Recuenco, Alejandra Serrano, Judith Piquet, Janette Novo, Lucía Fernández, Mar Nicolás, Jose Manuel Zarzoso y Noelia Núñez, aprobaron con sobresaliente su trabajo en la Asamblea, cámara legislativa de Madrid, con la presentación de iniciativas, o la intervención en plenos y comisiones, y preocupándose, siempre y con dedicación sin igual, por mejorar la calidad de vida de los vecinos de sus respectivas localidades.  

Tras las elecciones del 28 de mayo, muchos de ellos alcanzaron la alcaldía por la que tanto han luchado. Y sus primeros pasos no están pasando desapercibidos por el acierto en los mismos.

Judith en la alcaldía de Alcalá, Mar en Brunete, Alberto en Arganda, Míguel en Leganés, Lucía en Sanse, a las que se añadió la también exdiputada y viceconsejera de Medio Ambiente Paloma Tejero para Pozuelo, y cómo no, Lola Moreno en Majadahonda, Manu Bautista en Móstoles o Rocío García en Alcobendas por citar algunos más, pertenecen a una nueva generación de políticos populares que forman parte de esa cantera de la que tanto habla, y puede presumir en mi opinión, la presidenta Diaz Ayuso, de personas formadas, vocacionales y entusiastas por la cosa pública.

En cambio, hace unos días, un periódico nacional acusaba con cierto tufo machista, ¡oh cielos!, a estas anteriormente diputadas, hoy alcaldesas (solo a las mujeres, claro), de ser replicantes de la propia presidenta: de comportarse como ella, de tener su mismo discurso, y de seguir su misma línea ideológica. 

Sin duda, esto es un delito que debería ser seguramente perseguido para ellos, pero qué le vamos a hacer, “cómo lo sentimos”, si no representan el modelo de mujer que la izquierda lleva unos años intentando imponernos como patrón de la buena mujer; todo ello, en esa actitud más propia de las dictaduras estalinista o maoísta, que responde a la pretensión de separar al buen ciudadano (el que les obedece y les es sumiso) del mal ciudadano (el que es libre), lo cual, al final lo que denota son los muchos tics autoritarios que tiene este Gobierno social podemita.

Todas ellas, Judith, Paloma, Mar, Lucía o Rocío, leerían seguramente con una muesca de sonrisa en su boca dicha noticia, no me cabe duda… pero seguidamente, orgullosas se reafirmarían, por supuesto, en que se sienten muy orgullosas de ser mujeres de Ayuso, mujeres del PP de Madrid y en definitiva, mujeres del Partido Popular.

Si la presidenta apostó por ellas no fue como consecuencia de una cuota, ni tampoco ni mucho menos, por su físico que suponía un atractivo cartel electoral frente a los carteles de unos socialistas malos gestores, gastados y agotados… ah, y casi siempre hombres.

La apuesta es más trascendente y marca lo que consideramos que una sociedad igualitaria en derechos debe ser: los mejores a los mejores sitios.

A todas ellas, además de pertenecer a la misma generación de la presidenta, la de entorno al año 77, o a la generación de la democracia como hace unos años nos autotitulábamos pretenciosamente una generación anterior de Nuevas Generaciones, les acompañan unas cualidades también muy parecidas a las de la presidenta, que pronto las harán ser muy populares en todas sus localidades.

Son mujeres fuertes, con grandes capacidades, y valientes que no se amedrantan ante las dificultades, siempre buscando el bien del ciudadano; son también mujeres con excelentes expedientes académicos, casi siempre completados en la dura práctica de la conciliación y la crianza de unos niños pequeños, formación acompañada de una trayectoria ya larga en la gestión pública a pesar de su juventud; y sobre todo, son radicales en la defensa de la libertad como mejor marco de convivencia en sociedad, como mejor campo de desarrollo de las aspiraciones y las ansias personales, y en la vocación de un servicio altruista que combina la firmeza en las decisiones, con el corazón que ponen en cada una de ellas. 

En definitiva, que pueden presumir de reunir un perfil personal y profesional que sí supone la verdadera aplicación de la perspectiva de género a la política española del siglo XXI, que es la aportación por la igualdad real que hacemos desde el Partido Popular.

¡Allá quienes desdeñen esta manera de ver la mujer en política!, se equivocan sin duda, pues la mujer es hoy imparable: el camino que ha marcado nuestra presidenta, y que hoy ya encarnan estas alcaldesas, representa la igualdad real de derechos de una sociedad ciertamente igualitaria. 

Y es que la presidenta con el acierto en estos nombramientos, ha hecho más por los derechos de la mujer y por fomentar el ejemplo a seguir entre las más jóvenes de mujeres fuertes, que todo el ingente dinero público malgastado en campañas insustanciales, siempre faltonas, del actual Ministerio de Igualdad que pésimamente dirige, precisamente una mujer que representa todo lo contrario a estas valientes, que hoy ya rigen el destino de casi medio millón de madrileños.

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