Sí, hay motivo para la esperanza en la política española, y esa esperanza se llama Alberto Núñez Feijóo. Quizás no sea de manera inmediata, pero que Feijóo sería un gran presidente, es algo que ningún analista imparcial ahora mismo discute.
Este es el resultado final del debate de investidura que la semana pasada tuvo lugar en la carrera de San Jerónimo.
En dos jornadas muy clarificadoras, muchos españoles pudieron descubrir un gran parlamentario y un político con talla de Estado, confrontando su actuación con la de un Sánchez cobarde y escondido tras un político agresivo de los de usar y tirar.
A pesar de ser un político ganador, y con aureola de invencible en las urnas (4 mayorías absolutas en Galicia así lo atestiguan), Feijoo parecía ser un desconocido para muchos españoles, especialmente para quienes no votaron al Partido Popular.
De hecho, las primeras valoraciones demoscópicas del día siguiente al finalizar el debate, subrayaron que un porcentaje significativo de los españoles que habían votado al PSOE y a VOX, habrían votado al PP si hubieran conocido mejor al político gallego. Con estos trasvases de voto, al PP le hubiera bastado para gobernar España. Pero como dice el refrán, no se puede llorar por la leche derramada.
Durante las dos jornadas parlamentarias, con una altura de miras y una elegancia perdida hace ya unos años en las Cortes Españolas, Feijoo supo exponer un programa de gobierno basado en 6 grandes pactos de estado sobre las preocupaciones reales de los españoles. Recordemos: servicios públicos sostenibles y de calidad; regeneración de nuestra democracia y recuperación de la imparcialidad de las instituciones; un pacto por el agua; un pacto por la cohesión territorial; las medidas económicas para relanzar y recuperar nuestra economía; y un pacto por las familias, con especial protagonismo para la conciliación.
Esto es lo que se han perdido los españoles, y ante la perspectiva plausible de un gobierno Sánchez con el apoyo de los independentistas a cambio de unos inconstitucionales amnistía y consulta de independencia, han sido muchos los españoles que se han llevado las manos a la cabeza ante lo que vamos a tener y lo que podríamos haber tenido.
Por ello, son muchos los comentarios mezclados de nostalgia y de rabia que nos llegan de parte de muchos ciudadanos. Pero al tiempo, yo les contestaría que ahora ya hay motivos para la esperanza.
Y es que hay recambio a Sánchez: hay otra manera de hacer las cosas; hay un líder emergente, una realidad, que pronto gobernará con el sentido común como guía de toda su acción política. Y que, además, contará con gente preparada para los Ministerios y demás cargos, que desterrará el sectarismo de su gobernanza, y que sobre todo, cuidará y protegerá el futuro en común de esta gran nación que se llama España.
Y aunque ahora en estos momentos no lo atisbemos porque estamos sumidos en la preocupación y la angustia, Feijóo representa la mayor esperanza para esta España a la que tanto se está maltratando por sus enemigos. Y todo ello, porque tarde o temprano será Presidente del Gobierno de España.