Así como en el ámbito empresarial se tiene meridianamente claro que el diseño de los equipos es fundamental para garantizar el éxito del proyecto, muchos creen que en el ámbito de la política esto no siempre es relevante. Nada más lejos de la realidad, es precisamente en la política donde la configuración de equipos, la conexión y la coordinación entre sus miembros son claves para la consecución de los objetivos marcados.
Perfiles técnicos y políticos, representantes de diferentes territorios o familias del partido y leales colaboradores del líder están siempre presentes en los Gobiernos. La proporción de unos y otros depende en cada momento del contexto político y social y de las necesidades y deseos del Presidente del Gobierno. Todos dispuestos a actuar con un objetivo común, impulsar los principales proyectos legislativos.
En esta ocasión, nos encontramos una situación enormemente complicada, con una aritmética parlamentaria muy compleja que ha obligado a hacer un ejercicio muy delicado de acuerdos a varias bandas, con una extrema derecha radicalizada y echada al monte como no veíamos desde los albores de la Transición y una derecha que ha decidido dejarse arrastrar en esa peligrosa deriva, rompiendo puentes y consensos, devaluando las instituciones utilizándolas de forma partidista y poniendo en cuestión pilares esenciales de nuestra Constitución, esa que tanto dicen defender, obviando que la única amenaza a la democracia procede precisamente de aquellos que han decidido no aceptar la legitimidad de una mayoría parlamentaria que apoya la formación de un Gobierno de coalición.
Al igual que la legislatura anterior estuvo centrada en una en una potente agenda social, con la aprobación de importantísimas leyes, reformas y medidas en el ámbito económico, laboral, y social que nos permitieron afrontar las diferentes crisis sobrevenidas (pandemia, guerra de Ucrania, volcanes, Filomena, etc…) sin que nadie se quedara atrás, consiguiendo además unos niveles de empleo y de crecimiento económico muy por encima de la media europea, en esta legislatura serán prioritarias las políticas encaminadas a garantizar la convivencia, la concordia y el entendimiento, sin olvidar el camino ya emprendido para aumentar la cohesión social. La amnistía para la normalización política en Cataluña servirá para cerrar definitivamente las heridas generadas por el procés y la falta de competencia que demostró el entonces gobierno del PP.
Ante este escenario y con estos desafíos por delante, Pedro Sánchez ha decidido apostar por un Gobierno con “un alto perfil político para una legislatura de marcado perfil político”, utilizando sus propias palabras. Un Gobierno que sea capaz de gobernar con una mayoría parlamentaria muy heterogénea, con la durísima oposición de las derechas en las instituciones y en la calle. Un equipo que aúne capacidad de diálogo, inteligencia, nervio y solidez para aguantar las embestidas de la derecha en todos los frentes. Un Gobierno para el vendaval, como titulaba hace unos días un periódico.
Se mantiene la Vicepresidenta Nadia Calviño, piedra angular del anterior Gobierno, a la espera de que se resuelva su candidatura al Banco Europeo de Inversiones. Al frente de los llamados ministerios de Estado se mantienen los mismos titulares (Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska y José Manuel Albares) de acreditada experiencia, trasladando seguridad, solvencia y fortaleza. Además, se refuerzan figuras de marcado perfil político y que gozan de la plena confianza del Presidente, como son Félix Bolaños, Maria Jesús Montero, Diana Morant y Pilar Alegría.
La Transición Ecológica seguirá siendo un pilar transversal en la acción del Gobierno con la continuidad de Teresa Ribera, demostrando su importancia con el mantenimiento del rango de Vicepresidenta. Igualmente, las políticas de empleo seguirán siendo prioritarias en el nuevo Gobierno con Yolanda Díaz de nuevo al frente. La Agricultura, la ganadería y la pesca, sectores sensibles para nuestro país, seguirán contando con un magnífico interlocutor con una inmejorable gestión al frente del ministerio, Luis Planas. Además, se establecen nuevas prioridades específicas en este Gobierno, la Vivienda y la Transformación Digital, que pasan a tener cada una de ellas un ministerio propio con sólidos y contrastados perfiles al frente, Isabel Rodríguez y José Luís Escrivá, respectivamente.
Los nuevos ministros y ministras de Sumar, Ernest Urtasun, Mónica García, Pablo Bustinduy y Sira Abed, tienen acreditada experiencia política a la que ahora unirán sin duda capacidad de gestión. La incorporación de Ángel Víctor Torres al frente del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, con su enorme capacidad para el diálogo y la pedagogía y su acreditada capacidad de gestión, así como la de Óscar Puente, responsable de haber llevado a cabo la mayor transformación de Valladolid a lo largo de su historia, al frente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, y la de Jordi Hereu, que conjuga en su persona conocimiento, gestión y política, refuerzan la idea de la configuración de un Gobierno muy político. Sin olvidarnos de perfiles de amplia y contrastada experiencia en otros ámbitos como la Ministra de Inclusión, Elma Saiz, Ex Consejera de Economía y Hacienda en Navarra, y la Ministra de Igualdad, Ana Redondo, de sólida formación jurídica y cuyo perfil institucional y dialogante será sin duda muy útil en sus nuevas responsabilidades.
Todos los hombres y mujeres que acompañan al Presidente Pedro Sánchez en el nuevo Gobierno aportan el talento y talante que se necesitan en estos nuevos tiempos para poner los cimientos de una España que siga progresando y avanzando por la senda la concordia, que no es una bonita palabra sino la piedra de bóveda de la convivencia democrática en España.