El viernes pasado 1 de diciembre se conmemoraron los primeros 40 años de vida de la Asamblea de Madrid, que según el artículo 9 de nuestro Estatuto, “representa al pueblo de Madrid, ejerce la potestad legislativa de la Comunidad, aprueba y controla el Presupuesto de la Comunidad, impulsa, orienta y controla la acción del Gobierno y ejerce las demás competencias que le atribuyen la Constitución, el presente Estatuto y el resto del ordenamiento jurídico”.
Además, se celebró el 25 aniversario de la inauguración de la sede de esta bonita Asamblea ubicada en la avenida Pablo Neruda, en Entrevías, lugar que aun es muy desconocido para muchos madrileños, pero que debería ser visitada por todos los ciudadanos.
Para celebrar estas onomásticas, la Asamblea celebró un pleno institucional al que acudieron ex presidentes de la Cámara, así como ex Presidentes de nuestra Comunidad, los cuales, tomaron la palabra pronunciando melancólicos y sentidos discursos.
Es por tanto una buena fecha para echar una mirada atrás comparando como hemos cambiado en estos años.
Una autonomía cuya existencia no estaba contemplada en el diseño previo que hicieron los padres de la Constitución del 78, y que parecía en aquellos tiempos que formaría parte de lo que era Castilla la Nueva, finalmente se configuró como autonomía provincial sustituyendo y subsumiendo la hasta entonces diputación provincial de Madrid.
Madrid hace 40 años era muy diferente. Como atinadamente recordó en su discurso el expresidente Ruiz Gallardón, la historia de la Comunidad de Madrid es una historia de éxito.
Aquella región mirada despectivamente por muchos, con una capital calificada como “poblachón manchego lleno de subsecretarios”, y siempre por detrás de las regiones más avanzadas, no sólo Cataluña y País Vasco, es hoy en 2023 la región número uno de España, la que más riqueza crea y una de las regiones más desarrolladas de toda Europa.
Aquellos gobiernos iniciales del expresidente Leguina, fundacionales de la autonomía madrileña, pusieron las bases para facilitar lo que Madrid después ha sido.
Así con la llegada del PP al gobierno de la Comunidad de Madrid con Ruiz Gallardón, Madrid empezó su crecimiento y su despegue, sin duda, gracias al esfuerzo diario de los madrileños y al acierto de unas políticas liberales que han permitido que los ciudadanos desarrollen todas sus potencialidades sin coartar su iniciativa y su vida privadas.
En muy pocos años, en una transformación muy rápida, Madrid ha casi doblado su población, todo ello debido a que ha creado una red de hospitales públicos y centros de salud como ninguna otra región española tiene; a que se ha creado una red de transporte público, sobre todo de Metro, que es el mejor de Europa en kilómetros y modernidad, y que es sorpresa destacada para quienes nos visitan; a que ha desarrollado una industria cultural de primera magnitud siendo referente a nivel mundial en escenarios y programación, todo ello sumado al excelso patrimonio museístico y cultural ya preexistente; y a que en Madrid se han creado grandes ciudades y modernos pueblos con un urbanismo ordenado y cada vez más humano.
Además, Madrid ha seguido siendo, cada vez más, esa tierra refugio de quienes llegan aquí buscando una libertad de la que han sido privados en sus tierras de origen, sea País Vasco durante muchos años o Cataluña, sean países de Hispanoamérica, y también del resto del mundo.
En definitiva, Madrid es hoy en 2023 una región moderna y pujante en el mundo, y representa oportunidades para muchos ciudadanos, así como la posibilidad de lograr una vida mejor para ellos y para sus familias.
Y es que, si durante muchos años se habló como un ideal de vida del sueño americano, hoy en España se puede hablar, sin duda, del sueño madrileño como aquel que se va a cumplir, porque Madrid, siempre, entra en ti.