Este martes día 23 se ha presentado la llegada de la Fórmula 1 a Madrid a partir de 2026.
Al acto celebrado en IFEMA Madrid, asistieron el consejero delegado de la Fórmula 1 Stéfano Domenicali junto al presidente de IFEMA José Vicente de los Mozos, principal promotor del Gran Premio, el alcalde de Madrid Jose Luis Martinez Almeida coimpulsor del proyecto, y quien soñó y ha luchado por este evento, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso.
Con este nuevo circuito ubicado en la Feria de Muestras de la zona norte de Madrid, y financiado por completo por capital privado aprendiendo de errores de gestión de otros en el pasado, Madrid se pone en el mapa de la Fórmula 1 y lo hace a lo grande, aspirando a ser el mejor de los Grandes premios, carreras que cada vez más se celebran en circuitos urbanos. Recordemos que un evento de estas características tiene una audiencia global de televisión en torno a las 1.500 millones de personas.
Las cifras ayer presentadas por el alcalde y la presidenta nos hablan de una asistencia de más de 150.000 personas a la carrera, de los que un 30% aproximadamente, serían visitantes extranjeros, y a los que habría que sumar los que vendrían de otras partes de España, porque si algo va a tener esta prueba es que va a ser de todos los españoles, con vocación nacional, de Madrid para toda España.
Los asistentes se estiman que dejarán en la región más de 450 millones de euros cada año, 4.500 millones en los 10 años, y generará más de 10.000 puestos de trabajo directos, más todos los indirectos en el sector servicios, restauración, hoteles, etc.
Es por tanto una inversión muy beneficiosa para los madrileños, para Madrid y para España.
Sin embargo, una vez más, para crear, diseñar, fomentar y atraer esta inversión tan beneficiosa, las instituciones madrileñas han tenido que trabajar solas sin el apoyo del presidente del Gobierno que odia Madrid. Mientras los madrileños celebramos la llegada de tal espectáculo y su retorno beneficioso para todos, Pedro Sánchez rabia en su aislamiento de la Moncloa, y envía a sus representantes en el ayuntamiento de la capital al acto de presentación, a decir boutades pretendiendo colgarse alguna “medalla” de una manera tan injustificada que cae en el ridículo.
Si es que todo el mundo sabe en Madrid, votemos lo que votemos, que todo lo bueno que acontece en esta Madrid viva, dinámica y en la que pasan cosas todos los días, se hace a pesar del Gobierno de Sánchez, nunca un aliado en nuestro progreso pues jamás ofrece su ayuda, y que de aparecer en escena, siempre sería en perjuicio de Madrid y favoreciendo a quienes le sostienen en el poder.
No hay más que ver la reacción en redes sociales de “influencers” de la izquierda madrileña. Los mensajes siempre negativos y ofensivos contra la presidenta se multiplican estos días ante el anuncio, y demuestran de una manera total que la llegada de la F1 a Madrid es buena y beneficiosa para los madrileños, en esa relación proporcional que se cumple permanentemente entre las acciones y mensajes de la presidenta y los mensajes de la izquierda madrileña: a más odio en las redes, siempre mejor para los ciudadanos y para la región.
En cualquier caso, no nos distraigamos por lo que estos profesionales del odio van a decir, sino que disfrutemos de que Madrid sigue de moda, de que Madrid compite y atrae las inversiones más potentes, de que Madrid seduce en este mundo globalizado, y de que Madrid es el lugar donde pasan las cosas.
Es el momento de Madrid, impulsado por una presidenta Diaz Ayuso que sigue trabajando por ello y que acude allá donde se mueven los grandes proyectos, y nadie lo va a parar. Porque ni van a poder quienes no nos quieren, ni nadie va a estar legitimado a decir que la riqueza que aquí se genere, no se hace siempre con la vocación nacional propia de quien quiere que todos los españoles sean partícipes de los éxitos de Madrid.
Siempre es así, de esta manera: de Madrid para España. Es lo que queremos en el Partido Popular, y es por lo que trabajamos.