domingo, noviembre 24, 2024
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Sánchez, un sainete con final de tragedia griega

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José Virgilio Menéndez Medrano
José Virgilio Menéndez Medrano
Diputado en la Asamblea. Secretario General del Grupo PP en la Asamblea de Madrid.

Este pasado martes hemos vivido en el Congreso de los Diputados un nuevo capítulo del sainete de legislatura que está protagonizando Pedro Sánchez, y su gobierno, debido a sus pactos infames con los independentistas en sus diferentes versiones: independentistas supuestamente tibios tipo PNV, independentistas condenados por dar un golpe de estado contra España tipo Junts y Esquerra, e independentistas que justifican el terrorismo pues en su seno están quienes lo ejercían. Todo muy gratificante.

Sin embargo, más que un sainete, esta legislatura está adquiriendo tintes de tragedia griega, en la que quienes sufrimos somos los ciudadanos españoles, y cuyo terrible desenlace, como en toda tragedia, se llevará a alguien por delante, siendo siempre preferible que sea este presidente sin principios, a que sea la democracia española; es que esta es la actual disyuntiva: o Sánchez, o democracia.

Se votó el martes el texto de la proposición de ley de Amnistía (negada hasta un millón de veces antes del 23 de julio por los socialistas) salida de la comisión de Justicia, y las enmiendas incorporadas en la tramitación parlamentaria.

Y el resultado fue que el texto debe volver a la comisión, pues Junts, humillando aún más al gobierno de todos los españoles, votó en contra de las enmiendas ya que se le quedó corto lo pactado con los socialistas. Y fíjense los lectores, no fue porque el PSOE se plantó en la negociación, porque seguramente habría aceptado aún más (que no se engañe nadie que va a aceptar todo por seguir en Moncloa), sino porque con el texto final resultante con enmiendas, aún podría haber actuado la Justicia contra Puigdemont fundamentalmente.

De esta manera, un PSOE que se había rebajado al máximo al aceptar incluso la existencia de dos terrorismos, ignorando las definiciones del hecho terrorista de Naciones Unidas e instituciones europeas, y afirmando que el terrorismo fetén es el que deja cadáveres y por el contrario, el que deja heridos e incapacitados de por vida ya no puede ser llamado terrorismo, este PSOE, recibió el premio a su indignidad.

Por cierto, los socialistas bebiendo en sus nuevas influencias ideológicas, ha recuperado la distinción que procedía del mundo nacionalista vasco más radical entre terrorismo y terrorismo de baja intensidad (acciones de kale borroka según Bildu Batasuna, “chicos de la gasolina” según el PNV).

Y a pesar de esta infamia, hete aquí que un Puigdemont solo obsesionado por su salida personal mientras toca las cosquillas a ERC, se ha plantado y ha tirado abajo un proyecto del que depende la supervivencia de este gobierno. 

Lo peor de todo, ya que de ser un partido indigno que se preocupen los propios socialistas, es que como decía antes, los grandes perjudicados somos los ciudadanos españoles, que no nos levantamos todos los días de nuestras vidas y luchamos por nuestros sueños y nuestras familias, para que el Gobierno nos esté diariamente humillando y tocándonos nuestro corazón como españoles. 

Sabemos que para todos estos nacionalistas la condición de ser y sentirse español es algo nocivo y depravado, pero somos gran mayoría los ciudadanos que nos sentimos orgullosos de ser y formar parte de un país, admirado en todo el planeta, menos en algunos rincones de nuestra nación. Sin embargo, tampoco acabamos de entender, más que por el delirio y el ansia de poder de una persona, que se nos esté pisoteando todos los días en nuestra dignidad como ciudadanos y como nación.

Y como traidores a las naciones en todos los tiempos han existido, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Sánchez pasará a la historia como un gobernante traidor que antepuso su interés al de su país, sometiendo a sus ciudadanos a constantes humillaciones y vejaciones morales.

Mientras tanto, sólo nos queda a los demócratas, especialmente a esa alternativa de poder que es el Partido Popular, seguir luchando por la Constitución, por el Estado de Derecho y por las libertades de los ciudadanos con las armas que aún nos deja dicho Estado de Derecho. Y hacerlo con la razón y con el alma, no dejándonos engañar y evitando que algunos engañen a la población, igual que Sánchez por su propia supervivencia, con argumentos falsos de que el Senado puede tirar abajo esta proposición de ley.

Ahí va a seguir luchando el Partido Popular: en las calles, en las instituciones españolas y en las más altas instancias europeas, porque en el desenlace de esta tragedia, siempre será mejor para nuestra democracia, que cuando acabe la función, el cuerpo que yazca en mitad del escenario sea el de un gobernante funesto, que el Estado de Derecho español.

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