Para que no dude nadie, que lea este artículo de cuál es mi posición en el tema judío, reproduzco la afirmación que hice hace solo doce años en un artículo titulado “Sefarad, la añoranza de España: Siempre he deseado y he sido proactivo hacia la causa judía, por mi conocimiento de Israel, por mi amistad, con la Casa Sefarad y con numerosos judíos o projudios en Facebook y en Twitter. Es más, eso que aun siendo mallorquín no soy judío ni xueta, pues tengo toda mi genealogía desde 1430, antes no sé, pues todos somos hijos de la Eva mitocondrial, de forma que vamos a dejarnos de racismos, xenofobias y otras zarandajas que son cosas de ignaros, es decir incultos no inteligentes.
Respetando como respeto al Islam(que por cierto significa La Paz), sin embargo no puedo estar más en desacuerdo, creo, que contra todo el mundo, con el hecho de que se mantenga una Palestina como la actual, llena de terroristas de Hamás, que no hacen más que atacar con cohetes, cada vez más mortíferos gracias a Irán, a su vecino de al lado hasta la incursión que supuso más de 1200 muertos y cerca de 250 secuestrados. Israel, en este segundo y después del penúltimo conflicto que casi acaba en invasión, lleno de muertos, y resuelto por la larga mano de los USA que viendo la que se venía envió Obama a Hillary Clinton en 2012 al Presidente todopoderoso de Egipto entonces, Mohamed Mursi, a resolver el problema de ambos pueblos que vivían el drama de su supervivencia, siempre teniendo en cuenta que desde la creación de Israel, todos los países árabes circundantes no desean otra cosa que su destrucción y la muerte de sus habitantes y para ello han hecho ya tres guerras y esta cuarta si se la puede llamar guerra con escasa fortuna en el objetivo
En este sentido, mi amigo homónimo Bernardo Schmuz me envió en su día el artículo de José Brechner titulado “Gran victoria árabe, salieron segundos”: Los palestinos gazatíes (Habitantes de Gaza) celebraron su destrucción como una victoria. Es habitual en los árabes emborracharse con alucinaciones de auto engaño. La guerra es el Seguro Social de los palestinos que viven de la abundante limosna de los países árabes y europeos, la cual los mantiene contentos ya que así no necesitan trabajar. Mientras más escombros puedan mostrar a sus donantes, mejor les va. Celebran sus derrotas como victorias. Hoy les envían alimentos con paracaídas, ya que han tenido que desplazarse de sus barriadas habituales, desplazados por el ejército israelí, que busca los túneles de Hamas para destruir de una vez por todas a esos terroristas que llevan muchos años aterrorizando a Israel y con esta última invasión han colmado el vaso de la paciencia, obligando a Israel a ir a por ellos, desgraciadamente las victimas colaterales han sido espantosas.
El persistente costo humano en la Franja de Gaza: Más allá de las estadísticas de muerte y heridas. Desde hace décadas, la Franja de Gaza ha sido testigo de un ciclo interminable de violencia y sufrimiento. Con cada nuevo estallido de conflicto, la comunidad internacional vuelve su atención hacia esta estrecha franja de tierra, donde la vida cotidiana se ve marcada por la incertidumbre y el miedo. Las cifras recientes proporcionadas por el Ministerio de Salud son una dolorosa recordación de esta realidad implacable: 25,105 palestinos han perdido sus vidas y otros 62,681 han sido heridos desde el inicio de la guerra.
Detrás de cada una de estas cifras se encuentran historias de dolor, pérdida y desesperación. Cada vida perdida deja un vacío irremplazable en familias y comunidades, y cada persona herida enfrenta un largo y difícil camino hacia la recuperación física y emocional. Pero estas estadísticas, aunque impactantes, solo ofrecen una visión parcial de la tragedia que se desarrolla en Gaza.
Tras cada ataque, los hospitales de la Franja de Gaza se ven abrumados por el flujo constante de heridos y muertos. La infraestructura médica, ya debilitada por años de bloqueo y limitaciones impuestas, lucha por hacer frente a la avalancha de pacientes que requieren atención urgente. La falta de suministros médicos, la escasez de personal capacitado y las restricciones de movimiento impuestas por las autoridades dificultan aún más la capacidad de los hospitales para brindar el cuidado adecuado a los heridos.
Además del impacto inmediato en la salud física de los habitantes de Gaza, la violencia constante deja profundas cicatrices en el tejido social y psicológico de la comunidad. La exposición continua a la violencia y el trauma afecta la salud mental de adultos y niños por igual. Los niños en particular, que representan una gran parte de la población de Gaza, crecen en un entorno marcado por el miedo y la desesperanza, con consecuencias devastadoras para su desarrollo emocional y cognitivo.
El sufrimiento en Gaza también se extiende más allá de sus fronteras físicas. El conflicto ha generado una crisis humanitaria de proporciones alarmantes, con millones de personas dependientes de la asistencia internacional para satisfacer sus necesidades básicas de alimentos, agua y refugio. El bloqueo impuesto por Israel restringe severamente el acceso a recursos esenciales, exacerbando la precariedad de la situación humanitaria y perpetuando el ciclo de sufrimiento.
En medio de esta desolación, es fundamental que la comunidad internacional no solo mire las estadísticas de muerte y heridas, sino que también reconozca la humanidad detrás de ellas. Cada número representa a un individuo con sueños, esperanzas y seres queridos que lloran su pérdida. Cada cifra es un recordatorio de la urgente necesidad de buscar una solución duradera al conflicto que permita a los habitantes de Gaza vivir con dignidad y seguridad.
La paz en Gaza no puede lograrse simplemente a través de la cesación de hostilidades temporales. Requiere un compromiso genuino con la justicia, la reconciliación y el respeto mutuo. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de trabajar en conjunto para abordar las causas subyacentes del conflicto y crear las condiciones necesarias para una paz sostenible.
Mientras tanto, en medio de la devastación y el sufrimiento, los habitantes de Gaza continúan demostrando una resistencia extraordinaria y una determinación inquebrantable. A pesar de las adversidades, mantienen viva la esperanza de un futuro mejor para ellos y las generaciones venideras. Su fuerza y resiliencia son un recordatorio poderoso de la capacidad humana para encontrar luz incluso en los momentos más oscuros. Es nuestra responsabilidad apoyar y defender su derecho a una vida digna y pacífica en la Franja de Gaza.
En 2012, si los israelíes hubiesen querido los habrían hecho añicos, pero primero les avisaron que iban a responder a los misiles que lanzaron. Cada contra misil cuesta 40 mil euros. Después les soltaron panfletos para que se protegieran, y por último atacaron selectivamente, eliminando a no menos de 20 de sus principales comandantes hasta hoy que sufren las consecuencias de la guerra. Es raro que entonces la CNN no dijera que la reacción de Israel fue desproporcionada”., pero hoy si lo dice Joe Biden recomienda a Israel moderación a lo que Netanyahu no hace ningún caso.
“La tregua negociada por Estados Unidos y Egipto, y aceptada por Israel y Gaza, le estaba empezando a costar cara a Egipto en tiempos de Morsi. El presidente Mohammed Morsi, se adjudicó poderes ilimitados, superiores a los que tenía Hosni Mubarak. Aquí hay que decir que al nuevo faraón le salió la oposición, con violentas manifestaciones en la plaza Tarik, ¿ a ver como los resolvía?.“ En Egipto los militares fueron moderados hasta que Al Sisi encarceló a Morsi. Morsi llegó al poder con la ultraderecha religiosa: La Hermandad Musulmana y los Salafíes. Ambos enfrentaban gran oposición por parte de las izquierdas que quieren democracia y no son afectas al dogmatismo teológico. En el entorno árabe, las izquierdas laicas son moderadas y las derechas son los fanáticos religiosos. Están tan atrasadas con respecto a Occidente, que recién están empezando a ver su primer destello de potencial democracia. Lo de la primavera árabe ha acabado en un duro invierno. El problema de Morsi estaba, en que, siendo un extremista, debía aparentar mesura ante el mundo civilizado. El Canal de Suez era y es vital para el comercio y la seguridad de Europa y América. El novato presidente entonces representaba al brazo político de la Hermandad, que como toda entidad islámica es totalitaria por definición y por primera vez tiene bajo su mando a uno de los países más poderosos de Oriente Medio. Por eso sorprende el desmedido apoyo que le dio Obama, pues dejó entrever una oscura acción política o absoluta ignorancia del dignatario norteamericano y su administración”. ! Más bien! Al tratarse de una especie de Zapatero.
Unas semanas antes del sexto aniversario del golpe de Estado ejecutado por el entonces ministro de Defensa de Egipto en 2013, Abdelfattah Al Sisi, la suerte de los líderes de los Hermanos Musulmanes en los tribunales y cárceles egipcias había dejado de interesar a la prensa mundial. La implacable represión contra el movimiento islamista se había normalizado completamente. Ya no era noticia. Sin embargo, la muerte del expresidente Mohamed Morsi, por haberse producido en unas extrañas y dramáticas circunstancias, parece haber despertado algunas adormiladas conciencias. Los focos de la actualidad se habian vuelto a posar sobre las durísimas condiciones penitenciarias a las que estaba sometido el líder islamista. Su trágico final representa toda una metáfora sobre el funcionamiento del régimen Al Sisi, el más brutal de la historia contemporánea del país árabe.
Actualmente sobre la posición de Egipto en la guerra de Israel y Gaza: su presidente Abdelfatá al Sisi se muestra contundente: En medio de la escalada de tensiones entre Israel y Gaza, Egipto ha emergido como un actor clave en la búsqueda de una solución al conflicto. El presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, ha adoptado una postura firme, expresando su apoyo a la causa palestina y condenando enérgicamente las acciones de Israel en la región.
La última ola de violencia entre Israel y Gaza ha dejado un rastro de destrucción y pérdidas humanas en la región. Los enfrentamientos, desencadenados por disputas territoriales y tensiones históricas, han llevado a un deterioro significativo de la situación humanitaria en la Franja de Gaza, donde millones de personas se encuentran atrapadas en condiciones precarias.
En medio de esta crisis, Egipto ha desempeñado un papel crucial en los esfuerzos de mediación y diplomacia. El presidente Al Sisi ha mantenido contactos con líderes regionales e internacionales, buscando una solución pacífica y duradera al conflicto. Al mismo tiempo, ha aprovechado su influencia para presionar a Israel y defender los derechos del pueblo palestino.
Una de las principales preocupaciones de Egipto es el bloqueo de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. El país vecino ha acusado a Israel de obstaculizar los esfuerzos de ayuda, impidiendo el acceso de suministros vitales, incluidos alimentos, medicinas y materiales de construcción. Esta acción ha exacerbado aún más la crisis humanitaria en la región y ha provocado condena internacional.
El presidente Al Sisi ha instado repetidamente a Israel a levantar el bloqueo y permitir el acceso irrestricto de ayuda humanitaria a Gaza. Ha enfatizado la importancia de abordar las necesidades básicas de la población civil y de garantizar el respeto de los derechos humanos en la región. Además, ha abogado por una solución política integral que aborde las causas subyacentes del conflicto y promueva la estabilidad a largo plazo en Oriente Medio.
La postura de Egipto en este conflicto refleja su compromiso con la justicia y la solidaridad con el pueblo palestino. El país ha demostrado una vez más su papel central en la región y su capacidad para ejercer influencia en asuntos de importancia regional. Sin embargo, la resolución del conflicto sigue siendo esquiva, y se necesita un compromiso renovado de todas las partes involucradas para lograr una paz duradera y sostenible en Oriente Medio. En este sentido, el liderazgo de Egipto y su compromiso con la diplomacia continúan siendo fundamentales para encontrar una solución pacífica a este conflicto histórico.
Los iraníes a través de Hizbolah están mejor colocados en ese sentido, y son mucho más peligrosos en esta etapa. Hizbolah tiene todo el dinero y las armas que necesita. La Hermandad Musulmana nunca llegó tan lejos. Egipto es su primer dominio. Si bien nació allí, su mayor oposición también está en ese país; lo cual es lógico. Nadie los conoce mejor que sus compatriotas. Los socios cogobernantes de la HM, los Salafíes, son la rama más extremista del Islam Suní. Ambos grupos defienden la Sharia o Ley Islámica como única, mientras que los laicos apoyan las leyes civiles napoleónicas y occidentales. Los militares respetaban las dos formas de jurisprudencia. Morsi ya les dio el hachazo al Poder Judicial.
La región de Oriente Medio ha sido durante mucho tiempo un escenario de tensiones políticas y conflictos en curso. Uno de los conflictos más persistentes y volátiles en la región es el conflicto entre Israel y Palestina, con la Franja de Gaza siendo un epicentro recurrente de violencia y confrontación. En este contexto, las acciones y posturas de potencias regionales como Irán juegan un papel crucial en la dinámica geopolítica y la intensificación del conflicto.
Irán, una de las principales potencias en la región de Oriente Medio, ha desempeñado un papel destacado en el escenario geopolítico regional durante décadas. Con una rica historia cultural y una posición estratégica clave, Irán ha buscado ejercer influencia en la región y más allá a través de diversos medios, incluida su política exterior, su apoyo a grupos políticos y militares aliados, y su desarrollo de capacidades militares y tecnológicas.
En el contexto del conflicto en Gaza, Irán ha expresado repetidamente su apoyo a la causa palestina, condenando las acciones de Israel y proporcionando respaldo político, financiero y militar a grupos como Hamas, que controla la Franja de Gaza. Este apoyo iraní ha sido motivo de preocupación para Israel y sus aliados, quienes ven en la creciente influencia de Irán en la región una amenaza para su seguridad y estabilidad.
La participación de Irán en el conflicto en Gaza se manifiesta a través de su apoyo a Hamas y otros grupos armados palestinos, proporcionando financiamiento, entrenamiento y suministros de armas. Este respaldo ha contribuido a la capacidad de estos grupos para lanzar ataques contra Israel y resistir las acciones militares israelíes.
Sin embargo, el papel de Irán en el conflicto también ha exacerbado las tensiones regionales y ha complicado los esfuerzos por alcanzar una solución negociada. Israel ve la presencia y la influencia de Irán en Gaza como una amenaza directa a su seguridad nacional y ha llevado a acciones militares preventivas, como ataques aéreos contra instalaciones vinculadas a Irán en la región.
Además, el apoyo de Irán a grupos considerados terroristas por gran parte de la comunidad internacional ha generado críticas y ha llevado a medidas punitivas, como sanciones económicas y diplomáticas contra Irán. Estas tensiones han contribuido a un clima de desconfianza y hostilidad en la región, obstaculizando los esfuerzos por alcanzar una paz duradera.
El conflicto en Gaza y la implicación de Irán plantean desafíos significativos para la estabilidad y la seguridad en Oriente Medio. A medida que las tensiones persisten y las partes involucradas mantienen posiciones inflexibles, el riesgo de un nuevo estallido de violencia sigue siendo alto.
Para avanzar hacia una solución sostenible, es necesario un compromiso renovado con el diálogo y la diplomacia, así como un enfoque más amplio que aborde las raíces profundas del conflicto y las legítimas aspiraciones de ambas partes. Esto requerirá el compromiso de todas las partes interesadas, incluidos Irán, Israel, los líderes palestinos y la comunidad internacional, para trabajar juntos hacia un futuro de paz y seguridad en la región.
En última instancia, la resolución del conflicto en Gaza y la reducción de las tensiones entre Irán e Israel son cruciales no solo para la estabilidad regional, sino también para la promoción de la paz y la seguridad global en un mundo cada vez más interconectado y vulnerable a los conflictos regionales.
Curiosamente, los gazatíes quisieron hacerle daño a Israel, pero en realidad están causándole complicaciones a Egipto e Irán. No es la primera vez. Los palestinos les sirven de carne de cañón para mantener vigente la ambición mahometana de hegemonía global”.
Y es que la historia, es tremenda, 1º la declaración Balfour en el S.XIX (cuyo oleo histórico ha sido destrozado y pintado por un radical propalestino) permitió crear un Hogar judío en Jordania, ocupada por los otomanos a quienes se la quitaron los ingleses, los judíos compraron tierras pagándolas. 2º Sus antiguos dueños pretendieron recuperarlas por la fuerza en 1948, en la creación del estado de Israel, atacándoles todos sus vecinos árabes, perdieron. 3º Los jordanos que huyeron de Israel son metidos en campos de refugiados, Shabra y Shatila en Libano y la franja de Gaza, subvencionados por la ONU, pero sin tierras, eso ya les iba bien a todos, pues no tenían que trabajar. 3º Tuvieron hijos y muchos, pero no había tierra ni estudios, ni futuro, ni les dejaban emigrar, resultado: desesperados terroristas y corruptos dirigentes como Yasir Arafat, que más o menos le mantenía en una indigna pobreza 4º Hubo una posibilidad de que tuvieran espacio y tierras: En junio de 1970, un grupo de milicianos palestinos residentes en Jordania intentó rebelarse contra la corona Hachemita y asesinar al rey Hussein. Si lo hubieran conseguido, se hubiera resuelto el problema palestino, pero una vez más los idiotas occidentales intervinieron para evitarlo, resultado: todos al ghetto de donde, aunque salen cuando quieren hacia Egipto a través de los túneles de Hamás bajo la frontera.
Mientras se dedicabann a tirar cohetes contra su ahora poderoso vecino Israel, que está dispuesto a asumirlos, pero sin violencia asesina ni terrorismo, como los muchos árabes que viven en Israel, que cometieron el error de iniciar una intifada, que pude presenciar personalmente, con lo que Israel ha tenido que hacer una valla que los separa para que nos les sigan tirando piedras, bombas o incordiando, o atacando con su última invasión. Estoy de acuerdo que un Muro, no es solución, pero el tener la cabeza dura, no ser demócratas y seguir los dictados del Corán, no se compadece con una nación civilizada como es Israel, que permite la libertad a todos, incluso a los gays que son ahorcados al otro lado de la valla. Lo musulman como lo hebreo o como lo cristiano no son civilizaciones, sino culturas, la única civilización que existe es la laica, predominantemente occidental, heredada de Gracia y Roma, donde existe el ciudadano libre con respeto a la Ley, bueno, no demasiado en nuestra España, donde el Estado ha sustituido a la iglesia en el poder absoluto. En medio de uno de los conflictos más prolongados y desgarradores del mundo contemporáneo, el papel de líderes internacionales como Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno de España, adquiere una relevancia crucial. El conflicto en Gaza, que enfrenta a Israel y Hamas, ha generado un constante debate a nivel global sobre cómo abordar sus complejas ramificaciones políticas, humanitarias y de seguridad. En este escenario, la postura adoptada por Pedro Sánchez no solo refleja los intereses y valores de España, sino que también enfrenta desafíos y presiones tanto a nivel nacional como internacional.
Desde que asumió el cargo de presidente en 2018, Sánchez ha mantenido una posición relativamente equilibrada en el conflicto de Gaza, buscando una solución pacífica y basada en el derecho internacional. España ha abogado consistentemente por una resolución negociada del conflicto que garantice la seguridad y los derechos humanos tanto para los israelíes como para los palestinos. Esta posición se alinea con el consenso general de la Unión Europea, que aboga por una solución de dos estados y condena cualquier forma de violencia o violación de derechos humanos por parte de ambas partes en conflicto.
Sin embargo, la diplomacia de Sánchez se enfrenta a desafíos internos y externos. Internamente, el presidente debe equilibrar las opiniones divergentes dentro de su propio gobierno y entre los partidos políticos españoles. Existen voces tanto a favor de una mayor solidaridad con el pueblo palestino como de un apoyo inquebrantable a Israel, lo que complica la formulación de una política coherente y unificada. Además, Sánchez enfrenta presiones de grupos de interés y la sociedad civil, que demandan una postura más contundente frente a las violaciones de derechos humanos en Gaza.
A nivel internacional, España se encuentra dentro de un entorno geopolítico complejo, donde las relaciones con Estados Unidos, la Unión Europea, los países árabes y otras potencias mundiales influyen en su posición diplomática. La presión para alinearse con aliados estratégicos como Estados Unidos, que históricamente ha respaldado a Israel, puede limitar la flexibilidad de Sánchez para adoptar medidas más críticas contra las acciones israelíes en Gaza. Al mismo tiempo, la influencia de España en foros internacionales como la ONU le otorga una plataforma para promover la paz y la justicia en la región, aunque esto también puede generar tensiones con actores poderosos que tienen intereses divergentes.
En este contexto, la posición de Pedro Sánchez en el conflicto de Gaza se encuentra en una encrucijada entre la diplomacia, las presiones internas y externas, y los imperativos éticos y políticos. Su desafío radica en mantener un equilibrio delicado entre defender los valores fundamentales de España, preservar la estabilidad regional y promover una solución justa y duradera al conflicto. En última instancia, la manera en que Sánchez maneje esta crisis geopolítica no solo definirá su legado como líder, sino también el papel de España en la escena internacional y su contribución a la paz y la seguridad en Oriente Medio.
En España con menos Estado viviríamos mejor y sin Pedro Sánchez sería un país maravilloso.