El próximo 21 de abril se han convocado elecciones al Parlamento Vasco, de las cuales saldrá el futuro Gobierno Vasco.
Y digo se han convocado de manera impersonal porque el convocar unas elecciones que es una prerrogativa del presidente/lehendakari, parece que en esta ocasión ha sido fijada por el propio partido, el PNV, que ha apartado al Lehendakari Urkullu de la presidencia con malas formas. A pesar del hermetismo habitual del partido de Sabin Extxea (la casa de Sabino en castellano, la sede del PNV), no quedó muy presentable que fuera el propio PNV quien filtrara la fecha de las elecciones antes del anuncio oficial público del lehendakari.
Esta es una demostración más de que el viejo PNV no está pasando por sus mejores tiempos.
A una gestión ya cuestionada por amplios sectores de la población se le une el hecho inequívoco que los vascos ya no son los primeros en casi nada, como sí eran hace unos años. Y es que el PNV, con el apoyo parasitario del PSOE, ya no es sinónimo de buena gestión.
La sanidad vasca hace unos años puntera, ha sido sobrepasada por la de Madrid y alguna otra Comunidad Autónoma; la educación vasca, más centrada en imponer un idioma que en la búsqueda de la excelencia, ve como cada año retrocede en calidad y mira con envidia a sus vecinos de Castilla y León, una de las regiones europeas con mayor calidad en su sistema educativo; la seguridad ciudadana, violencia política/terrorista que todo mediatizaba aparte, ya no es una de las cualidades intrínsecas de la vida diaria vasca (no hace muchos años en Bilbao no había casi robos); la administración vasca está prácticamente vetada a quienes no hablan euskera; y la inmigración no se está integrando con normalidad como en otras zonas de España.
Junto a ello, el principal drama social vasco, tampoco afrontado con rigor como se requiere por el PNV-PSOE, es la carencia de niños pues el País Vasco es una de las regiones europeas donde menos niños nacen. Así, la antes bulliciosa Bilbao, es hoy una ciudad con una media de edad muy alta, donde hay más perros que niños.
¿Y qué puede salir entonces de las urnas? La sensación en las calles es que puede haber un cambio, pues EH Bildu está captando más voto joven y de mediana edad que el PNV con una “clientela” mucho más mayor, precisamente cuando el sentimiento independentista no llega al 20%.
Es terrible que el recambio del PNV en la lehendakaritza pueda ser el partido donde se guarda el huevo de la serpiente… pero es que en la sociedad vasca quienes hace unos años miraban para otro lado, hoy no recuerdan nada de lo que pasó pues han olvidado hasta donde estuvieron ellos.
Junto a ello, es un hecho que, aunque quizás en el resto de España no se entienda, en EH Bildu en el que efectivamente lleva el peso Sortu (los sucesores de Batasuna/ETA), también están los ecologistas/verdes vascos, los sucesores de Izquierda Unida y todos aquellos que votaron a Podemos como protesta ante el sistema y el régimen. De esta manera EH Bildu tiene una amplia base social que recibe cada vez más apoyo ante la fachada verde y alternativa que presentan a la sociedad. En definitiva, son ese 13-15% de los batasunos de siempre, más los verdes más los nuevos y los jóvenes votantes que se identifican con algo supuestamente nuevo.
Y además, es que desde el momento en que hasta el PSOE da más legitimidad basada en la amnesia a EH Bildu, que el propio PNV, la situación se vuelve más endemoniada. Es otro gran error de este Sanchismo que del PSOE vasco ya no guarda nada.
Es el PSE-PSOE junto al PNV, el gran responsable de que EH Bildu pueda ganar, pues a los Ramón Jaúregui o Txiki Benegas, les sucedió el incapaz de Patxi López (el mayor responsable del fracaso de no aprovechar un momento histórico único para haber intentado desmontar el chiringuito social- cultural-político nacionalista) y después, en estos momentos, unos “don nadie” que olvidan donde estuvieron sus valientes compañeros que les antecedieron en el PSE.
Además, esto no es todo. El PSOE cree que su opción electoral es para estos comicios como se dice ahora “win-win”, porque van a hacer lehendakari a quienes ellos quieran porque calculan que con sus escaños tanto PNV como EHB podrían llegar a los 38 diputados necesarios de la mayoría absoluta. Pero ojo, Sánchez salvo las generales con su resultado patrocinado por VOX, no se caracteriza ni por los buenos resultados (pierde todas las elecciones), ni por acertar nunca en sus estrategias electorales. Y no es descartable que el futuro Gobierno Vasco sea un reparto entre abertzales: para los “light”, el PNV, el gobierno y sus cargos y prebendas, y los duros, EHBildu, imponiendo un programa soberanista y un “EuskalProces” con un nuevo Estatuto inconstitucional y una fecha de referéndum incluida. Las encuestas señalan que entre ambos podrían sumar más de 55 escaños de 75.
Con este panorama, el PP Vasco se puede convertir en el voto refugio de los que no quieren más soberanismo ni la posibilidad de un gobierno con apoyo batasuno. Es su opción: reivindicarse en esa diabólica polarización nacionalista como los únicos que no van a entrar en el juego con los sucesores de ETA, y que jamás prestarán sus votos a los liderados por Otegi.
Hay partido y hay esperanza, por tanto, siempre que hay que tenerla.