Hasta el lunes, los españoles estamos sin presidente del Gobierno. En una cuestionable decisión, Sánchez ha dejado sus responsabilidades durante unos días, tal como nos ha anunciado a la ciudadanía española en una insólita carta de amor de las que dedicábamos, quitando eso sí todo el odio a la mitad de los españoles que le acompaña a Sánchez permanentemente, a las que eran o son el amor de nuestra vida.
En un gesto sin precedentes, una pirueta que retuerce la Constitución, por primera vez desde 1978, el Presidente del Gobierno ha anunciado que deja el trabajo 5 días supuestamente para pensar en su futuro.
Esto ha dado pie a múltiples teorías e hipótesis sobre los motivos, el devenir de los acontecimientos y la resolución al enigma el próximo lunes, aunque hay dos cosas que deja muy claras en la carta: primero que su trabajo es que la derecha siga siendo el enemigo al que hay que combatir, y segundo, que luchará con todos los medios (¿Abogacía del Estado incluida?) por defender a su mujer.
Pero vayamos por partes.
En primer lugar, y referente a los motivos, una vez descartado el amor a la familia pues a la política se viene llorado y Sánchez no es precisamente una persona empática, el Presidente del Gobierno está tocado porque según parece, su mujer se ha aprovechado de su posición, en un tráfico de influencias de manual, para enriquecerse. Además, de creerse intocable, Sánchez evita dar unas explicaciones que cada día parecen más necesarias, porque una cosa, muy grave, es que su mujer se haya aprovechado de ser quien es para sus negocios, y otra, más grave aún, que el Presidente, supuestamente hubiera favorecido los asuntos de su esposa con decisiones tomadas en su Consejo de Ministros.
Por otra parte, también podría ser una explicación a este movimiento de Sánchez, el renacer del caso Pegasus, recordemos, un caso de espionaje a un Sánchez que parece tener mucho que ocultar, y precisamente cuando es Sánchez el primer líder internacional de un país occidental democrático que va por el mundo defendiendo la creación de Palestina en contra de un Israel asediado como nunca.
Y por último, la decisión de Puigdemont de ser presidente si o si a cambio de no hacerle caer, también podría motivar a Sánchez a debilitar a este como fuera ante las urnas.
En segundo lugar, y en cuanto al devenir de los acontecimientos, Sánchez ayer en la sesión de control, inopinadamente sacó dos veces a su esposa y a la justicia ante la extrañeza de casi todos. Como se ha visto posteriormente, ahí se desencadenó el día D de una estrategia seguramente preparada con mucho tiempo.
Sánchez, que no tiene límites, y que ha puesto los servicios del Estado a sus pies y su servicio, debe llevar días o semanas trabajando junto a su numeroso equipo (asesores, servicios de inteligencia, ¿abogados del Estado?) en una estrategia con los hipotéticos escenarios y las posibles respuestas que se le va a dar desde la oposición política y mediática, con los pasos a dar en cada escenario, y con varias salidas a la crisis, algo que es lo único que podría no estar cerrado, aunque parezca una incongruencia, pero que será la mejor para sus intereses exclusivamente personales (ni su partido, ni su país le interesan).
Lo que está claro, es que necesita movilizar no solo a los suyos sino a todos los que odian a la derecha en un nuevo Frente Popular, en el que estarían PSOE, Podemos, Sumar, Confluencias y Mareas varias, Esquerra y hasta Bildu, todos con el fin de evitar un supuesto Golpe de Estado.
Con ese odio a la derecha como motor, van a tensar irresponsablemente las calles y nuestra sociedad hasta el límite, convocando manifestaciones en plan Franco en la Plaza de Oriente, como todos los dictadores suelen hacer. La única duda es si esta gran adhesión (la manifestación será muy numerosa) va a venir acompañada del asedio a las sedes del PP, cómo no.
En tercer lugar, y con todo el país tenso y encabronado unos contra otros, el Amado Líder sanchista anunciará el lunes qué va a hacer con su vida. Todos esperaremos la resolución del enigma, pero la solución puede pasar (como decía antes, dependerá de qué escenario tomará en base al transcurrir de los hechos) por varias salidas.
La más lógica sería anunciar que sigue más fuerte y legitimado que nunca, porque el pueblo le pide que sea quien venza al fascismo del siglo XXI, y ello podría ser con una moción de confianza o sin ella.
Pero también podría ser que anunciara elecciones generales en el plazo que fuera constitucionalmente ya posible, en las que él o una mujer (giro maravilloso de guión, en el que él deja la presidencia por amor, y nos hace a una mujer presidenta del gobierno por primera vez en España), serían los candidatos del PSOE. Que una mujer fuera candidata en unas nuevas elecciones, o incluso que fuéramos a una nueva investidura con una mujer, sí supondría la dimisión de Sánchez.
Pero, y si tras la dimisión, ¿Sánchez decide presentarse a las europeas como cabeza de lista del PSOE? ¿O se postula como Presidente de la Comisión Europea? ¿O si Begoña va en la lista europea y así la blinda judicialmente?
Todo es posible con este hombre, nada se puede descartar, pero lo único que está claro, dicho por él mismo, es que va a defender a su mujer con todos los medios, forzando al último poder independiente que queda, la Justicia (por cierto, Sánchez dice defender la familia, pero la Cadena Ser de manera indecente ya nos está hablando del juez del caso Begoña, de su mujer y hasta de su hija). Y eso se hace desde el poder.
Y es que a Sánchez solo le interesa Sánchez, un gobernante sin amor por su país, sin moral y sin principios.