martes, diciembre 3, 2024
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Sánchez, amoral y autócrata

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José Virgilio Menéndez Medrano
José Virgilio Menéndez Medrano
Diputado en la Asamblea. Secretario General del Grupo PP en la Asamblea de Madrid.

Decía en mi columna de la semana pasada (perdón por la auto cita) que “lo más lógico sería anunciar que sigue más fuerte y legitimado que nunca, porque el pueblo le pide que sea quien venza al fascismo del siglo XXI, y ello podría ser con una moción de confianza o sin ella”.

Reconozco que, que Sánchez apareciera como si nada el lunes apostando por su continuidad, era lo más plausible conociendo la falta de moral personal, de ética pública y de principios políticos del personaje en cuestión, pero los acontecimientos de los últimos días parecían empujarnos a todos a creer que en realidad se iba, aunque sabiendo todos que no era por amor.

Detengámonos en la puesta en escena del fin de semana. Convocaron una manifestación de militantes en la que la imagen de adhesión fue lamentable por lo escaso de la asistencia, mientras se celebraba un Comité Federal con menos discrepancia que en los del Partido Comunista de Corea del Norte. Y la salida a la calle a cantar la Internacional con la vicepresidenta Montero Jong Un, fue indescriptible. También se firmaron manifiestos de periodistas, solo con los más cafeteros y quienes están a nómina de él (ningún Pulitzer ni Mariano de Cavia y sí los Gerardo Tece o el “bulista” profesional Maraña). Y convocaron un acto de la Cultura, y los asistentes fueron las Juventudes Comunistas del post franquismo. 

Todo muy rancio y con muy escasa asistencia, pero todos ellos unidos bajo un discurso muy peligroso: Sánchez o la Democracia.

Por tanto, Sánchez ya tenía el relato, artificial y minoritario sí, que le permitía justificarse para la  alta misión histórica de luchar contra el fascismo del siglo XXI según él, pero en realidad, encaminarse hacia una deriva autocrática según la oposición, los analistas independientes y la prensa internacional.

El punto y aparte que anunció Sánchez, no lo ocultó a nadie, se refería al régimen constitucional. A partir de ese momento, ya nada va a ser igual, pues las primeras medidas anunciadas sobre control y censura de los medios periodísticos críticos, y la toma de los órganos de dirección de la Justicia, nos encaminan sin esconderse hacia un régimen iliberal.

A partir de ahora, y lo dice claramente, será el propio Gobierno quien va a ser el que decida qué se puede publicar y quién puede hacerlo. Con ello, dará un golpe mortal a principios constitucionales como las libertades de expresión o de información, pero al pequeño sátrapa ya le da igual, jaleado por la ultraizquierda y apoyado por un partido que ya no existe (¿se puede decir ya que el PSOE formalizó su desaparición este lunes?).

Y de la misma manera, anuncia que el Gobierno renovará los órganos judiciales modificando la legislación al respecto, el Consejo General del Poder Judicial que tanto le obsesiona, y que se configura como uno de los últimos baluartes de independencia de este país. La Justicia es el último ámbito independiente de los tres poderes independientes típicos de los sistemas democráticos.

La separación de poderes indispensable en toda democracia occidental sufrirá así el último intento de invasión y colonización por parte del sanchismo en los próximos meses. Y, o resistimos constitucionalmente, o el camino a la autocracia se habrá completado. Esta batalla la debemos dar todos los que sí somos demócratas, porque de lo contrario habremos perdido nuestras libertades el día que el CGPJ esté tomado por jueces sanchistas, acompañado de representantes de sus socios parlamentarios, no extrañando a nadie que los jueces sean dirigidos además de por sanchistas, por independentistas catalanes y batasunos.

Nadie puede quedar indiferente en esta contienda por la supervivencia de nuestra democracia. No es tanto una bolivarización de nuestro país, que también, como un camino hacia la Hungría de Orban o a la Polonia del PIS en que Gobierno, Justicia y medios de comunicación conformaban un todo, con el añadido de la orientación extremista y revisionista de la historia que acompaña a Sánchez y sus socios.

Ya no es que el único momento plenamente democrático de nuestra Historia haya sido la segunda República como reivindican, es que se niega la legitimidad democrática de la Constitución del 78. Y este es un punto que no podemos aceptar que se rebase.

Por todo ello, más allá de la patochada y sainete protagonizado por el amoral Sánchez en los pasados días, lo verdaderamente importante es la agenda del Gobierno de los próximos meses y años tras su anuncio de volverse a presentar a las elecciones…mientras las siga habiendo como las conocemos, ya que tampoco es descartable una modificación de la Legislación electoral. Vamos a vivir momentos muy convulsos, en los que la calle se iba a ir caldeando por semanas. Sabíamos que la mitad de los españoles le sobramos a este aprendiz de dictador, pero es que ahora además va a exigir la movilización en las calles de los suyos, y me refiero al Frente Popular este que ha organizado, pues su proyecto iliberal debe ir acompañado de la agitación callejera.

Por tanto, frente a los autócratas y el recorte de las libertades, muchos seremos los que  resistiremos defendiendo la democracia, porque es lo mejor que podemos dejar a nuestros hijos y nuestro deber como españoles.

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