No me gustan los Toros, aunque alguna vez asisto a algún festejo taurino.
No me conmueven ni forman parte de mi educación, pero aun así, reconozco la emoción que produce en la mayoría de mis conciudadanos.
¿Y por qué digo a esto a los lectores, a los que seguramente mis gustos no les importarán lo más mínimo?
Pues porque creo que también es la hora de defender los Toros desde una posición de no seguidor de la llamada Fiesta Nacional.
Durante muchos años, en el País Vasco, donde mi familia vivíamos y yo comencé en política, quienes se oponían a los Toros por supuestas causas animalistas de no hacer sufrir a los animales, eran exactamente los mismos que justificaban el asesinato de sus semejantes a manos de la banda terrorista ETA. Un día gritaban No a los Toros; otro ETA mátalos.
En Madrid, en cambio, no son los mismos quienes están en contra de las corridas de toros, pero sin asomar apoyo alguno a la violencia política/terrorista, muestran la misma cara totalitaria que sus similares vascos.
Porque totalitarismo es prohibir lo que no te gusta. Totalitarismo es querer manipular los sentimientos y gustos de la ciudadanía. Totalitarismo, sin duda, es imponer tus clichés y dogmas políticos.
Para esta izquierda tan trasnochada que lidera el movimiento antitaurino, la oposición a esta manifestación cultural que tiene siglos en España, es una manera de atacar a quienes no comparten credos y creencias culturales. Y sin embargo, la izquierda más tradicional, el PSOE, tiene entre sus miembros, ilustres dirigentes nacionales y madrileños que son apasionados de los festejos taurinos. Sin embargo, callan ante lo supuestamente correcto, y se dejan arrastrar por una marea política dogmática.
Es un hecho, además, que la afición taurina en Madrid es muy numerosa como se está viendo en los “no hay billetes” que se están dando en esta Feria de San Isidro todos los días desde su comienzo. Son muchos municipios los que, entre sus raíces culturales más arraigadas, está la pasión por los toros. Arganda, Valdemorillo o Móstoles son solo algunos de los ejemplos de municipios taurinos madrileños, algo que comparten con la práctica unanimidad de localidades que componen nuestra geografía regional.
Por otro lado, olvida esta izquierda tan sectaria que fueron ilustres personalidades que se situaban o sitúan en la izquierda, quienes más defendieron o defienden la Fiesta. Los Picasso o Lorca de ayer, son los Joaquín Sabina y Andrés Calamaro de hoy. Y el simple hecho de esta defensa de los toros, les hace parecer sospechosos ante esa prensa tan sectaria que tira al otro lado del muro a quienes no siguen sus dictados.
Y es que estos creadores de cultura defienden precisamente la pluralidad del arte y van directamente en contra de la analogía que hoy hace la izquierda sectaria de protaurinos igual a facha.
Además, el motivo de que vuelvan a estar los Toros en el centro de la polémica, no es otro que la parte más inútil de un Gobierno sumamente incompetente, los ministros de Sumar, necesitan del ruido que tapa lo negligente de su gestión. Imagínense que a alguien le diera por preguntar que para qué sirven estos ministros, dignos sucesores y mezcla por una parte de la dedicación laboral de Alberto Garzón y por otra, de la eficacia legislativa de Irene Montero.
Estos ministros que acompañan a su vez a Miss humo Yolanda Díaz, van de polémica en polémica, sin producir nada beneficioso para los ciudadanos españoles. Ayer fue que los museos españoles son racistas, hoy que hay que ir contra los toros, y mañana nos dirán de nuevo qué debemos comer o con quien debemos salir por las noches.
Y mientras tanto, su jefe y responsable de todo esto, se oculta en esos días tan largos en los que trabaja tanto como en los días que estuvo reflexionando.
No va a recriminar nada a estos ministros inútiles, ni se va a posicionar sobre estas polémicas que ellos mismos crean, pero si tercia en alguna de ellas, siempre será para decir algo incluso más sectario que los de Sumar, por ejemplo, que prefiere la canción “Zorra” al “Cara al sol”, en una ocurrencia tan poco graciosa y pobre que dice mucho del personaje.
Por último, no podemos obviar el impacto económico que tienen los toros, al menos, en la economía madrileña. La Plaza de Las Ventas, la primera en el mundo, es un polo de atracción del turismo y genera un importante beneficio económico de manera directa e indirecta. Miles de turistas todos los años, recordemos que es el mejor momento en la Historia del turismo en Madrid, visitan la plaza tanto en sus festejos como su museo o sus propias instalaciones.
Prohibido prohibir decía una pintada en mayo del 68 cuando la izquierda se manifestaba por la libertad. Paradojas del destino, hoy esa izquierda es prohibicionista y tan sectaria, que incluso al premio nobel Ernest Hemingway, le tildarían de facha peligroso. Por ello, lo liberal hoy es asistir a una corrida de Toros.