Este pasado 19 de junio se han conmemorado los diez primeros años del reinado de Felipe VI, diez años de éxito, entendiendo por éxito la capacidad demostrada, el compromiso permanente con los ciudadanos y el brillante desempeño en sus funciones de nuestro Jefe de Estado.
Pero hagamos un poco de historia pues esta es necesaria para explicar esta intensa década de reinado.
Fue a finales de la primavera de 2014 cuando el Partido Popular en el Gobierno, y el PSOE en la oposición empezaron a trabajar de manera coordinada en la abdicación de un rey, don Juan Carlos, bastante cuestionado por alguna actividad privada (por cierto, su destierro debe acabar ya pues es una persona de muy avanzada edad), en favor de su hijo, don Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias.
El PSOE, que era entonces un partido de Estado, pues al frente estaba el último hombre que ha habido con tal talla en ese partido (por cierto, qué diferente hubiera sido todo para Sánchez si el malogrado Pérez Rubalcaba siguiera vivo), fue indispensable para ayudar al gobierno de Mariano Rajoy a que la transición fuera lo más rápida posible, y España no sufriera un vacío institucional que hubiera provocado insospechadas tensiones políticas.
Entre el Gobierno y el PSOE llevaron a cabo entre el 2 de junio, fecha de la abdicación de don Juan Carlos I, y el 19 de junio, fecha de la proclamación de don Felipe jurando la Constitución ante Las Cortes, una transición entre reyes modélica, algo que más tarde no hubiera sido posible con los partidos del 15M y el irresponsable Sánchez por medio.
Eran otros tiempos sin duda.
¿Y llegados a este momento, qué balance podemos en mi opinión hacer sobre estos diez años de reinado de Felipe VI?
Creo que el balance es muy positivo. Si algo ha caracterizado esta década ha sido el compromiso de servir siempre a España y a los españoles por parte de nuestro rey.
En las situaciones más incómodas y más complicadas para nuestro País, siempre ha emergido su figura con una autoridad moral sin igual. Y entre ellas, y lo que además marcará su reinado ha sido la respuesta a los acontecimientos separatistas de Cataluña con su discurso del 1 de octubre de 2017.
Ese día el Rey don Felipe VI lanzó un mensaje contundente de defensa de la integridad de la nación española y de defensa de la democracia. Su voz retumbó en todos los hogares españoles y fue el punto clave para saber que este ataque a nuestro ser y a nuestra historia común como españoles, lo iban a perder los golpistas separatistas. Fue una luz y fue la demostración de que quien fue formado durante años para ejercer la más alta autoridad del Estado, era un gran Jefe de Estado.
Y es que los líderes siempre surgen en los momentos más críticos.
En España podemos estar tranquilos, por tanto, de que nuestra Jefatura del Estado está en las mejores manos. Y de la misma manera, observamos nuestro futuro con tranquilidad porque su sucesora, la Princesa de Asturias doña Leonor, está formándose en los mismos valores de compromiso, de servicio y de amor a España.
De eta manera, hoy en día nuestra Corona goza de buena salud: los españoles respaldan a su Rey y las tensiones republicanistas que afloraron antes de la abdicación del rey emérito, son en estos momentos minoritarias, ya que los españoles saben que el Rey Don Felipe es igual a modernidad, a libertad, a defensa de nuestra nación y a progreso y bienestar material.
Por todo ello, y con la sucesión dinástica asegurada, larga vida a nuestro Rey.