viernes, noviembre 22, 2024
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Bego y Pedro desayunan

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José Virgilio Menéndez Medrano
José Virgilio Menéndez Medrano
Diputado en la Asamblea. Secretario General del Grupo PP en la Asamblea de Madrid.

(Basado en hechos reales…o no)

Hoy la pareja se ha levantado temprano.

Ambos tienen una intensa actividad con una agenda llena de citas y reuniones. Uno se dedica a la política, la otra a los negocios. 

Y si hay algo que no lleva bien él, es que ella es una mujer en estos momentos de éxito, mientras que él, en su actividad política, va de tumbo en tumbo, y ya es el presidente más rechazado en la calle por sus conciudadanos.

El numeroso personal de servicio procede a servirles el desayuno, tras lo cual, la pareja procede a desayunar y a charlar sobre la actualidad política-judicial que últimamente les acecha, sobre el nuevo día y la anterior tarde en la que no se vieron, pues el presidente con un séquito de seguridad que ni Aznar en los años 90 en sus visitas al País Vasco, fue a postrarse ante el president de la Generalitat en su propia casa, a pesar de estar de salida tras unos nefastos resultados, pero con el fin de sacar adelante la investidura de Illa.

-Bego: Se está poniendo duro esto del juez este Peinado. Es riguroso y serio el tipo.

-Pedro: No te preocupes, tengo a toda mi tropa (asesores, partido y gobierno) trabajando para acabar con este procedimiento y con este insolente de juez.

-Mira que te lo dije, pero tú siempre, que te crees que sabes todo. ¿No podía haber sido yo como tu hermano? Ahí le tienes, en la Diputación de Badajoz, pero sin ir al trabajo, domiciliado en Portugal a pesar de “trabajar” en España, y cada día más rico, viajando a Tailandia y Rusia sin que nadie pregunte nada.

-Bueno, también tiene lo suyo, porque la “Fachosfera” ha empezado a percatarse del tema. Pero tú querías hacerte empresaria a toda costa y hacerte un hueco en la lista Forbes de empresarios más poderosos.

-¡A ver si ahora voy a tener yo la culpa! Te recuerdo que eras tú el que te reías de los anteriores presidentes y de sus esposas que dignamente realizaron su papel de apoyo al presidente. Y que fuiste tú el que dijiste que no íbamos a salir de la Moncloa como entramos, como los “pringaos” de Rajoy y su mujer que siguieron dedicados laboralmente a lo suyo. Te recuerdo a qué me dedicaba yo…

– Bueno. Lo hecho, hecho está. ¿Qué tal está Juan Carlos (Barrabés, socio de negocios y andanzas)?

-Bien. Como sabes resucitó (en sentido figurado… o no) cuando vio que el juez Peinado iba en serio. 

-¿Y cómo está aguantando todo?

-No me preocupa. Estaríamos buenos que con los tumbos que estaba dando hasta que empezamos a trabajar juntos, ahora se le ocurriera traicionarme. Te recuerdo que en el 2018 recibió 0 euros de la administración, y desde que nos reunimos con él, ya suma 23 millones de euros. Estará en su sitio.

-En cambio lo de la Universidad me preocupa.

-Vamos a ver cómo va la cosa. El software es mío porque me lo dieron, el Máster fue una “necesidad” de la Universidad, los empresarios del Ibex que me recibieron lo hicieron porque soy la empresaria innovadora del año, y lo único que me inquieta y que los fachas me critican, es la cátedra.

-Te dije que eso iba a dar el cante, Bego. Que te hayan hecho catedrática en una Universidad que depende de Ayuso, que no me pasa una, y sin estudios…

Ambos ríen, aunque rápidamente vuelven a la realidad.

-Dicen, Pedro, que me van a llevar a una comisión de investigación a la Asamblea de Madrid los del PP a que me explique. Como no tengo bastante con el juez fascista…

-No te preocupes porque ya estamos viendo cómo evitarlo.

Suena el móvil de Pedro y contesta éste: perdona Carles, ahora te llamo. 

-Cariño. Me tengo que ir que debo devolver la llamada al plasta de Puigdemont. Dice que no me va a votar nada y me va a obligar a disolver las cámaras y convocar elecciones. Ya veremos, a ver qué se ha pensado este.

-Pues nada, cari. Me despido porque cuando vuelvas hoy no estaré, que tengo unas jornadas otra vez en la República Dominicana.

-Ja ja ja, te las sabes todas. Dales un abrazo fuerte a todos. Ah, y por cierto, avisa a tus amigos que nos vamos a La Mareta en unos días (por favor, a los cuñados de tus primos no, que ya seremos más de 60). Y otra cosa antes de irme. Olvídate de entrar en la Real Academia de Historia, que la cátedra da para lo que da, pero tanto como para ser miembro de número de la Academia, creo que no es procedente.

– Vale, bueno, que me da igual, pues tampoco se gana tanto allí.

-Te quiero, buen día.

-Yo también te quiero.

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