martes, septiembre 10, 2024
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Patético primer año de Gobierno de Sánchez

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José Virgilio Menéndez Medrano
José Virgilio Menéndez Medrano
Diputado en la Asamblea. Secretario General del Grupo PP en la Asamblea de Madrid.

Patético sí, así podemos calificar el balance del primer año de legislatura del gobierno Sánchez con el ex partido político Sumar de la bolivariana Yolanda Díaz.

Es la nota global de un gobierno solamente preocupado por resistir, aguantar por el amor de Sánchez al poder y a la “moqueta” como siempre hemos sabido, y por la “vocación emprendedora” y empresarial de su esposa Begoña Gómez, como vamos sabiendo cada día.

Pero vayamos por partes, pues el calificativo de patético es demasiado grueso para no estar sustentado por objetivos argumentos poderosos y contundentes.

Este gobierno, legítimo como siempre conviene recordar, aunque no razonable pues se violentó la voluntad de los españoles de un cambio de gobierno, en minoría encabezado por el PP que es quien ganó las elecciones, este gobierno fue resultado de una amalgama de fuerzas contradictorias, reaccionarias y hasta antagónicas, autocalificado de progresista aunque esté apoyado por todo “lo mejor” de la política española (recordemos que ERC, Junts y Bildu JAMÁS van a querer algo bueno para España), que se conformó en una investidura con el único objetivo de que no gobernara el centro derecha.

Y este apoyo para que Sánchez fuera presidente, es público que fue a cambio de una ley inconstitucional de Amnistía, en la que se amnistió a todos los participantes en aquel intento de secesión de Cataluña de España por métodos supuestamente pacíficos, según ellos siempre, pues sí fueron pacíficos (los métodos, no el fin último de secesión) fue gracias a la gran labor entonces de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, porque como hemos sabido posteriormente, la voluntad de “poner muertos encima de la mesa” siempre la tuvieron los independentistas con la intención de tener sus mártires.

Gracias a la amnistía, Sánchez fue presidente con el apoyo de los independentistas, y así se frustró el cambio de gobierno que los españoles deseaban, y sobre todo, la finalización de este manera de gobernar sanchista, de ofrecer cosas básicas  poniendo en riesgo el estado de derecho de bienestar constitucional, sólo por sacar adelante cualquier iniciativa legislativa para perpetuarse en el poder.

Como muchos dijimos, la mayoría social y política de esta nación aún unida, este gobierno era y es imposible. 

La debilidad es máxima y no hay ninguna aspiración ambiciosa u objetivo de País. Se trata solamente de ir pasando los días, hasta que algún día pueda disolver las cámaras, si llega el caso, y convocar elecciones porque tenga sondeos favorables al PSOE.

No hay más ambición, no hay otro objetivo.

Prueba de que este gobierno es imposible pues su base parlamentaria descansa en una estructura débil que amenaza quiebra cada día, es la patética producción legislativa en este primer año. Han aprobado la ley de amnistía, motivo fundacional y único de la legislatura, la reforma del Consejo General del Poder Judicial, gracias a la generosidad del PP y una vez que se apearon de su propuesta maximalista (promesa incluida de un poder judicial independiente) que incluía a personas de escasa talla moral y judicial como miembros del Consejo, y poco más.

Las leyes del Suelo, retirada de manera vergonzante antes de votarse, la ley de Extranjería o la ley contra el proxenetismo, y sobre todo, el comienzo de tramitación del proyecto de Presupuestos del Estado para 2025, no han podido ser aprobadas por la debilidad del gobierno. 

En el balance del año realizado esta semana por un tenso, cariacontecido y cada vez más “despeinado” Sánchez, rozando lo tragicómico, cuando no riéndose directamente de los españoles, este dijo que no le preocupaba no aprobar leyes porque “las leyes son medios” y nos confundimos “los españoles cuando medimos la fortaleza de un gobierno por el número de leyes aprobadas” (alucinante ¿verdad?… cuando la legislatura pasada presumía de lo contrario). 

Además, es que es muy reciente el plan normativo aprobado por el Gobierno que decía que durante 2024 aprobaría 43 leyes ordinarias y 6 leyes orgánicas, además de 149 reales decretos (recordemos siempre que Sánchez es el recórdman mundial, y olímpico también, del decretazo). Este sería otro incumplimiento del Gobierno, pero como ya van tantos, pues para qué disgustarse recordándolo…

Junto a esta producción legislativa escasa, nos encontramos con unas Cortes Generales sujetadas por el Gobierno, una persistencia en la polarización de la población, un propósito de amordazar a la Justicia, y un intento gubernativo de limitar la libertad de expresión, lo que hacen que el panorama no sea nada halagüeño en estos momentos. 

Y lo que es peor, esta legislatura que debería haber acabado ya, sólo puede ir a peor, por lo que urge llamar a los españoles a las urnas y presentarse ante los españoles con las cartas sobre la mesa y con un programa de gobierno y de posibles pactos que sean públicos, que en el caso del PSOE sería un proceso constituyente de un Estado Federal, con la ruptura de la caja común y con la amnistía a los delincuentes catalanes y a los terroristas de ETA. ¡A ver quién les vota!

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