miércoles, octubre 2, 2024
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El tablero de Oriente Medio: ¿el comienzo de una gran guerra o el inicio de una futura paz?

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Alfonso López Clavier
Alfonso López Clavier
Coronel (r) Guardia Civil Presidente de APTIE

La situación creada con la decidida acción de Israel de luchar en todos los frentes contra el terrorismo yihadista en Gaza y Líbano ha llevado a una situación enormemente preocupante para el mundo.

Israel ha matado en breves días a mandos relevantes de Hamás y Hezbolá, estrechamente vinculados a Irán, más bien sus correas de transmisión de acciones terroristas, tanto en Teherán (en el complejo residencial de la Guardia Revolucionaria de Irán, los Pasdarán), como en Beirut.

Incluso hiriendo de consideración al propio embajador de Irán en Líbano, al estallarle el ‘busca’ que llevaba en el bolsillo. Lo que ha puesto en clara evidencia a Irán ¿Por qué su embajador disponía de un ‘busca’ como los que utilizaba la cúpula de Hezbolá para dar sus órdenes terroristas?

No pensemos que esta lucha de más de 70 años de Israel es únicamente contra organizaciones terroristas

La apabullante demostración de capacidades de inteligencia, decisión, operatividad y acción militar de Israel ha descolocado totalmente el mapa geoestratégico de la región. Porque no pensemos que esta lucha de más de 70 años es únicamente de Israel contra organizaciones terroristas.

El mapa geopolítico de la zona es enormemente complejo, en él se intercalan capas muy diversas. La inicial fue la creación de Israel en 1948, en una zona que, histórica y sentimentalmente, está en el ADN del pueblo hebreo, pero ocupada por pueblos árabes, desgajados del desaparecido Imperio Turco, y con un cierto componente antisemita.

Hubo la posibilidad de crear un estado palestino, más bien de una Jordania que integrase a los palestinos. Pero los países árabes de la zona prefirieron la guerra al acuerdo.

El mapa religioso islámico del Próximo y Medio Oriente es enormemente complejo

Las tres capas siguientes son enormemente complejas y externas a Israel: la religiosa, la política regional y la política internacional de bloques.

De forma breve. No debemos pensar en el islam como una religión monolítica. El mapa religioso islámico del Próximo y Medio Oriente es enormemente complejo, con numerosas diferencias, sectas y procedencias. Y muy frecuentemente enfrentadas entre sí. Pensemos en los enfrentamientos de católicos y protestantes en la Europa del XVI hasta finales del XVIII.

Este esquema religioso se ve reflejado en el de la política de la región, y resumido en dos enfrentamientos: Chiitas (20 % y principalmente en Irán, país musulmán, pero no árabe sino persa) y Sunnitas (80 % en Arabia Saudita y los principales países árabes de la zona).

Conviviendo desde hace siglos en un cierto equilibrio algo inestable, éste se rompe cuando Irán decide ser la potencia hegemónica, utilizando como vanguardia a las milicias de todo tipo, tanto para intentar destruir a Israel, como para imponerse en la región. Lo que le lleva a un enfrentamiento larvado con Arabia Saudita y demás países del Golfo.

La guerra contra Israel como una forma de desestabilizar a Occidente

Finalmente está la política de bloque, en la que Rusia, China, Irán y otros ven la guerra contra Israel como una forma de desestabilizar a Occidente, al tiempo que acabar con la única nación democrática de esa zona.

Pero, por otro lado, están las naciones árabes de la región, fundamentalmente sunnitas, más moderados, religiosa y políticamente, como Arabia Saudita, Egipto, los países del Golfo, Jordania, etc., que, una vez pasado el primer fervor antiisraelí, prefieren la paz a los enfrentamientos.

Todos estos países son, más o menos veladamente aliados de Israel, al tiempo que enemigos acérrimos de los palestinos, a los que ven como el brazo desestabilizador de Irán en toda la región, y a los que no acogen por ningún motivo.

Recuerdan vivamente cómo Hussein de Jordania tuvo que recurrir a la Legión Árabe para contener y, al final, masacrar y expulsar de Jordania a los palestinos en el trágico Septiembre Negro (en el que terroristas palestinos tomaron rehenes y asesinaron a 11 atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972).

Tras la masacre del 7 de octubre de 2023, Israel emprendió la mayor obra de inteligencia militar de la historia

Volviendo a la situación actual. Israel, ante la criminal masacre del 7 de octubre de 2023, y ver un peligro existencial real, emprendió la mayor obra de inteligencia militar de la historia. Encontró el momento y los medios ideales para descabezar a las dos organizaciones terroristas, decidiendo atacar a sus dirigentes y a sus instigadores, los mandos de los Pasdarán iraníes involucrados directamente en las acciones contra Israel.

Para ello recurrió inicialmente a una operación increíble, mediante un misil balístico que penetró en la habitación donde estaban un general iraní y otros mandos, y los mató con escasos daños colaterales.

Posteriormente puso en marcha el encendido de miles de ‘buscas’ y walkie-talkies, previamente cargados de explosivos, utilizados por Hezbolá, con los que mató a mas de veinte supuestos terroristas, e hiriendo a miles de ellos, con lo que dejaba a Hezbolá prácticamente desmontado.

El lanzamiento de la bomba ‘antibúnqueres’ de 10.000 kg. para acabar con  el líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, y sus comandantes, junto a la entrada selectiva de unidades militares israelís en Líbano, completaron una acción militar ofensiva verdaderamente moderna, totalmente contrapuesta a la ‘primeraguerramundialista’ de Ucrania,

El ataque de Irán contra Israel ha sido una demostración de fuerza dirigida a consumo interno iraní y previamente acordado con EE. UU.

Irán se ha visto obligado a responder militarmente, pero consciente de estar claramente en absoluta desventaja ante la potencia tecnológica y militar israelí, que goza del declarado apoyo total estadounidense, expresado con el suministro permanente de los armamentos más avanzados a Israel, y por la colocación de dos potentes Grupos de Combate Naval, tanto en el Mediterráneo como en el Golfo Pérsico.

El ataque con centenares de misiles balísticos contra Israel ha sido una demostración de fuerza, claramente dirigido a consumo interno iraní, y una justificación propagandística ante sus partidarios de Gaza, Cisjordania y países vecinos.

Pero previamente «acordado» con Estados Unidos, que a su vez fue transmitido a Israel, garantizando que se disparaba a zona no habitadas y esperando no causar víctimas mortales. Y seguido por un comunicado de que «Irán espera que Israel no conteste, para evitar una escalada a peor«.

Una hipotética guerra con Israel sería puramente tecnológica, con apoyo de EE. UU. y Reino Unido

Lo cierto es que Irán es consciente de que una hipotética guerra con Israel no será de enfrentamiento de grandes masas humanas, como Rusia en Ucrania, sino puramente tecnológica, de ciberseguridad y de inteligencia, con apoyo total de Estados Unidos y Reino Unido, y el apoyo soterrado de los países del Golfo, Jordania y Egipto.

Igualmente sabe que su población civil no le sigue, por las severas carencias económicas, la dificultad de moverse por el mundo y la brutalidad de la represión política y religiosa. Al tiempo que sabe que, a pesar de sus inmensas reservas de petróleo, se encuentra cerca de la ruina, por los casi treinta años de cierre a la industria occidental y sin piezas de repuesto para su industria civil y militar.

Y que un enfrentamiento como el que seguramente tendría lugar, posiblemente lo primero que caería sería la República Islámica de Irán.

Puede empezar a verse, a medio plazo, una paz relativa en Oriente, sin descartar acciones terroristas y enfrentamientos militares

Arriesgándome a una evaluación de futuro, pienso que posiblemente puede empezar a verse la proximidad de la vuelta, a medio plazo, de una paz relativa en Oriente, deseada por todos los países de la zona, salvo los palestinos, los grupos terroristas e Irán. Sin que se descarte la continuación de acciones terroristas y enfrentamientos militares.

Para ello resulta imprescindible, además de cesar la intervención de Irán, que los países árabes se implicaran claramente en la pacificación de Palestina, el desarme real de Hamás y Hezbolá, y de disminuir los odios de años de enfrentamiento mediante una política de pacificación de ambas poblaciones, la palestina y la israelí, junto al hecho de que los países occidentales controlen eficazmente que sus ayudas llegan exclusivamente a destinatarios civiles pacíficos. Si no, Israel, y los EE.UU, se verán obligados a llevar la guerra adelante con todos los medios.

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