La presidenta Isabel Diaz Ayuso proclamó en su discurso de investidura que esta iba a ser la legislatura de la vivienda, poniendo el foco en uno de los principales problemas que afecta a los españoles jóvenes y no tan jóvenes.
Ya en campaña electoral había anunciado la entonces candidata, que en el programa electoral del PP la vivienda era uno de los capítulos fundamentales, detallando políticas concretas para hacer posible el derecho constitucional a una vivienda.
Si bien es cierto es que las principales competencias en materia de vivienda residen en las Comunidades Autónomas, también lo es que el Gobierno de España puede legislar y lo hace. Por cierto, en qué mala hora legisló este Gobierno con una ley de laboratorio izquierdo- intervencionista, pues lo hizo en dirección contraria a lo necesitado y al sentido común.
Es que hoy por hoy, se puede decir que la Ley por el derecho a la vivienda estatal es el mayor obstáculo a dinamizar un mercado, tanto para comprar como para alquilar, opción esta última que suele ser la única posible para los jóvenes, y de la misma manera se puede decir que cada vez se reduce más la oferta y que va disminuyendo mientras la demanda sigue aumentando.
La ley de Vivienda aprobada por el PSOE y Podemos, y apoyada por toda esa izquierda rancia que habita las Cortes Generales, ya se puede evaluar tras llevar en vigor más de un año.
Es una ley que ha provocado una inseguridad en el propietario que le quita las ganas de alquilar, que provoca un encarecimiento de dicho alquiler, que interviene los mercados, que no castiga la ocupación y la inquiocupación, y que consigue lo contrario de lo que decían buscar: retirar viviendas del mercado.
La ley, además, establece como gran medida las denominadas zonas tensionadas, una medida que provoca auténtico fervor en la izquierda y que, de desarrollarse, convierte dichos espacios en zonas imposibles para el alquiler para los ciudadanos.
Y mientras la izquierda nos intenta siempre imponer ideas viejas, intervencionistas y que encarecen el mercado y dificultan más el acceso a una vivienda, la Comunidad de Madrid siempre pone en marcha políticas pioneras que con el tiempo se imitan desde otros ámbitos.
Una de estas políticas innovadoras y pioneras es el llamado Plan Vive, principal medida de un amplio programa de medidas que van desde beneficios fiscales hasta facilidades para acceder a un préstamo.
En su propia nomenclatura “Vive” encierra el objetivo de la actuación: que los madrileños puedan acceder a una vivienda para desarrollar sus planes de vida y su ambición por lograr una existencia mejor. Al final, a nadie se le escapa que acceder a una vivienda siempre supone, y ha supuesto, la posibilidad de emanciparse de los padres, de poder formar una familia y de constituir la base para una vida de adulto con ansia “por comerse el mundo”.
Cierto es que en toda España la emancipación se da a edades muy altas, pero también es cierto que ese Plan Vive, va a facilitar que muchos menores de 35 años adelanten ese paso de la emancipación.
Este plan es un modelo perfecto de colaboración público-privado, que facilita a los ciudadanos viviendas dotadas de todos los equipamientos que una buena vivienda tiene, y a un precio bastante menor del mercado, que no suponen dedicar todos los ingresos familiares o individuales (sino hasta un 35%) a la vivienda, permitiendo que el resto de ingresos vayan a otras necesidades, y que llega a toda la población, pues se distribuye por cualquier municipio de Madrid que ponga suelo público a disposición de la Comunidad de Madrid para poner en marcha estas promociones.
De esta manera, Madrid también vuelve a ponerse a la cabeza de toda España, en este caso construyendo el 50% de la vivienda asequible del total nacional…mientras seguimos aguantando a la izquierda hablar de su supuesta superioridad moral en políticas sociales.
Pero es que fíjense, por poner un ejemplo, la semana pasada en la primera promoción que se entregaba en Getafe, el Consejero Jorge Rodrigo Domínguez anunciaba que ya había un total de 9.000 solicitudes solo en el municipio, para las casi 900 viviendas que allí se van a hacer antes de acabar la legislatura, del total de 10.500 en toda la región madrileña que el gobierno de Diaz Ayuso ha prometido para antes de 2027. Y estando ya 6.500 de ellas ya en ejecución: hechos son amores y no buenas razones.
En definitiva, que este problema de la vivienda es grande en la actualidad en España, pero sinceramente creo que Madrid está dando buenos pasos, atrevidos e innovadores, en la solución del mismo. Y mientras Sánchez sigue prometiendo 184.000 viviendas que nadie sabe dónde están ni estarán, en Madrid cada mes se posibilita que muchos madrileños hagan su sueño realidad de acceder a una vivienda.