Pedro Sánchez inicia una gira internacional que lo llevará a cinco países en tres semanas, una apretada agenda que coincide con el escándalo de Errejón y tensiones políticas internas. A medida que Sánchez se embarca en esta serie de viajes, aumentan las críticas sobre su gestión y su aparente distanciamiento de los problemas internos, en un momento donde la coalición de Gobierno y la imagen de su administración están en entredicho.
India y cinco destinos en tres semanas
Sánchez comienza su periplo en Nueva Delhi, India, en una visita oficial por invitación del primer ministro Narendra Modi, destinada a fortalecer relaciones bilaterales y a buscar oportunidades de cooperación en comercio.
Tras su paso por India, Sánchez acudirá a Budapest, Hungría, los días 7 y 8 de noviembre, para participar en la cumbre de la Comunidad Política Europea. La siguiente escala será Bakú, Azerbaiyán, donde asistirá a la cumbre climática COP29. A continuación, volará a Ecuador para la Cumbre Iberoamericana y, finalmente, viajará a Brasil, donde participará en la cumbre del G20 en Río de Janeiro. A pesar de que España no es miembro oficial del G20, participa de forma ininterrumpida desde 2009 en estas cumbres.
Problemas judiciales y escándalos de corrupción
Estos viajes internacionales coinciden con un momento de gran presión mediática sobre el Gobierno y el círculo cercano del presidente. Uno de los casos más destacados es el del exministro José Luis Ábalos, quien enfrenta investigaciones por su posible implicación en una trama de corrupción. La Audiencia Nacional ha solicitado al Tribunal Supremo su imputación por el papel clave que desempeñó en la llamada «trama Koldo,» lo que ha llevado al Partido Popular y a Vox a exigir públicamente la dimisión de Sánchez en reiteradas ocasiones.
Pero los problemas no terminan ahí. La esposa del presidente, Begoña Gómez, y su hermano, David Sánchez, también enfrentan investigaciones en diferentes casos judiciales, lo que ha intensificado las críticas de la oposición y alimentado las sospechas sobre el entorno más cercano al presidente. La publicación de una fotografía de Sánchez junto a Víctor Aldama, presunto cabecilla de esta trama, ha desatado un nuevo foco de críticas por parte de la oposición.
El ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha defendido al presidente, indicando que una fotografía no constituye prueba alguna de vinculación. Sin embargo, para la oposición, esta imagen es el reflejo de una conexión evidente y de una falta de transparencia de Sánchez. Santiago Abascal, líder de Vox, solicitó la dimisión de Sánchez, acusándolo de deteriorar la imagen internacional de España debido a los escándalos de corrupción.
Crisis en la coalición de Gobierno
La crisis interna en el Gobierno de coalición también es un tema candente, especialmente con la reciente renuncia de Íñigo Errejón tras ser acusado de acoso sexual. A esto se suma la presión de Podemos, que recientemente ha endurecido sus demandas para apoyar los Presupuestos Generales, exigiendo una reducción del 40% en el precio de los alquileres y la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel.
La fragmentación y las crecientes demandas dentro de la coalición ponen en entredicho la capacidad de Sánchez para alcanzar acuerdos internos, que cada vez se ven más afectados por los diversos intereses políticos de sus aliados.
¿Estrategia de evasión o agenda internacional?
La intensa agenda internacional del presidente Sánchez en este momento específico podría interpretarse como una estrategia de evasión para esquivar las crecientes tensiones internas. Su ausencia, que le impedirá comparecer en las sesiones de control al Gobierno, ha sido recibida con escepticismo tanto por la oposición como por algunos sectores de la opinión pública, que ven en este distanciamiento un intento de evitar la rendición de cuentas.
La exigencia de respuestas y claridad sobre los casos judiciales, sumada a las tensiones dentro de su propio Gobierno, ponen a prueba la capacidad de Sánchez para mantener la estabilidad política en un momento en que la fragmentación y los problemas judiciales amenazan con socavar aún más la confianza ciudadana en el liderazgo de su Gobierno.
Sale corriendo con el rabo entre las piernas, como decía un comentario anterior, con nuestros impuestos que ya bastante mal se gastan en viajes innecesarios, en mi empresa los viajes son en turista y cada reunión hay que justificarla y al final demostrar que el viaje fue necesario y RENTABLE. Como el dinero no es de ellos, a tutiplén.