En la vida política, los congresos de los partidos políticos juegan un papel fundamental en la configuración de la ideología, las estrategias, la definición de sus propuestas de políticas públicas y en la composición de las direcciones futuras de las organizaciones políticas. Este tipo de eventos siempre son escenarios donde se toman decisiones cruciales sobre la orientación estratégica de la organización, que definirán su futuro y su influencia en la sociedad. Dentro de un congreso, los delegados evalúan conjuntamente los logros y los fracasos, reafirmando su compromiso y la visión compartida dentro del partido. En un mundo donde la conversación política con los ciudadanos está cambiando rápidamente, estos eventos se convierten en un medidor del estado del partido. A través de ellos, se pueden identificar las prioridades de los miembros de la organización y evaluar las estrategias que deben ser adoptadas para conectarse mejor con la base electoral.
El Partido Socialista Obrero Español afronta este fin de semana su 41º Congreso Federal en la ciudad de Sevilla, bajo el lema “España adelanta por la izquierda”, albergando los debates que reforzarán nuestra posición ideológica ante los nuevos retos y desafíos que han aparecido en España y en el mundo. A diferencia de lo que ocurre en otras formaciones políticas, los Congresos del PSOE siempre tienen un profundo contenido político. Son la oportunidad que tiene nuestro partido para poner a punto su proyecto para España durante los próximos años. El PSOE pretende a través de este congreso responder al rebrote ideológico de la derecha y reivindicarse como una excepción a la apatía general de las ideas de progreso en todo el mundo. Nunca en la historia moderna del PSOE, en particular en la etapa democrática desde el año 1977, un congreso federal como este había tenido lugar en un momento de tanto auge de la extrema derecha como sucede ahora. Los populismos ultras tienen más peso que nunca en la UE, gobernando países como Italia o Hungría. Frente a esa situación, los socialdemócratas están debilitados. Dentro de la Unión Europea, apenas gobierna en Alemania, España, Rumanía, Dinamarca, Lituania y Malta. Esta “derechización del poder” viene propiciada y al mismo tiempo propicia una “derechización de la agenda, ya que los temas que acaparan el debate público, desde la inmigración a la seguridad, parecen favorecerles a las fuerzas de la derecha, mientras que las fuerzas progresistas no encuentran hasta el momento la forma más adecuada para frenar el discurso del miedo.
El contexto nacional tampoco es muy favorable. El Gobierno vive una legislatura, muy complicada, dependiendo de varios socios que están enfrentados entre sí y tienen profundad diferencias ideológicas en algunos temas. La izquierda alternativa, clave para gobernar, está sumida en una grave crisis que les lastra electoralmente. Además, el principal partido de la oposición, de la mano de su líder, cada día se mimetiza más con la extrema derecha de Vox en planteamientos y formas. Una derecha sin ideas ni proyecto de país, instalada en la oposición más dura e intransigente e incapaz de ser alternativa. Y a todo eso sumémosle el auge de la antipolítica, impulsada por los populismos de todo signo como eficaz ariete para derribar democracias.
En medio de todas estas adversidades, llega el 41º Congreso del PSOE, una importantísima cita política que los socialistas recibimos como una oportunidad para crecer como partido. Los más de 170.000 militantes afiliados en las 4.000 agrupaciones locales a lo largo de toda España han aportado su visión a través de la presentación de enmiendas a la Ponencia Marco para su debate por los más de mil delegados y delegadas de los diferentes territorios a los que hay que sumar los cientos de observadores y los miles de militantes invitados. El resultado de estos debates se concretará en las Resoluciones del Congreso, que marcarán la hoja de ruta ideológica del Partido hasta el próximo ciclo electoral en el año 2027.
El blindaje constitucional de las conquistas sociales conseguidas los últimos 20 años durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez se ha convertido en una de las prioridades del PSOE ante el riesgo de involución por el avance de la ultraderecha y su consolidación en España. Los socialistas nos comprometemos en la ponencia marco a incluir en la Ley Fundamental que el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo o el matrimonio entre cónyuges del mismo sexo tengan que ser observados y respetados en cada momento y territorio, independientemente del signo político que gobierne. El carácter público de la vivienda protegida en plena crisis habitacional y la obligatoriedad de revalorizar el salario mínimo profesional, para que siempre esté por encima y cercano al valor del 60% del salario medio, tal y como recomienda la Carta Social Europea, son otras medidas que pretendemos incorporar a la Carta Magna. En educación y creación de talento en la administración pública, el PSOE impulsará un programa estatal de becas para que puedan opositar a los principales cuerpos funcionariales del Estado aquellos jóvenes con mejores expedientes y rentas familiares medias y bajas. La integración progresiva del modelo de formación dual en todos los grados universitarios y titulaciones de FP es otra de iniciativa concreta que aúna mejora de la empleabilidad, desarrollo económico y educación. El ecologismo es una de las banderas del PSOE y por eso le presta mucha atención al gran reto de la emergencia climática. La vivienda, como uno de los desafíos de la legislatura, tiene un importante peso en la ponencia política y por eso el PSOE plantea prohibir la conversión de viviendas residenciales en viviendas turísticas y de temporada en las zonas de alta demanda para desincentivar la especulación, contener precios y garantizar el derecho de la ciudadanía a un hogar. Otra de las propuestas incluidas en el documento, es la rebaja de los 18 a los 16 años de la edad para votar, ampliando la democracia, que es uno de los fundamentos de nuestra ideología. Por último, cabe destacar que, para alcanzar un mejor equilibrio territorial, el PSOE ha concluido que la fórmula idónea es “ahondar” en el proceso de federalización del Estado que ya recogía en la Declaración de Granada de 2013.
Estamos entrando en una nueva era en la que la democracia, el Estado de derecho y el Estado del bienestar están bajo amenaza. Una época marcada por el objetivo de la destrucción de todo lo que representa el New Deal americano y el consenso socialdemócrata europeo, ideas de progreso a las que se opone una corriente populista libertaria postdemocrática. Ante eso, no podemos caer en el error de limitarnos a ser gestores más inteligentes del neoliberalismo.Tenemos que ir a la ofensiva, con una apuesta por las políticas de izquierdas en temas tangibles: pensiones, salario mínimo, vivienda, igualdad, cambio climático. Y reforzarlo con una defensa de la democracia frente a la ultraderecha, sabiendo además que ahora el PSOE es un referente socialdemócrata también fuera de España. Lo dice la propia ponencia: del PSOE “dependerá el porvenir de la izquierda, no solo de España, sino de toda Europa”.