Luis Racionero, en un artículo de la Vanguardia de 2015, planteó la necesidad de una historia de la libertad, como si hasta entonces no se hubiera escrito una obra de tal envergadura. sin embargo, tal afirmación resulta errónea, puesto que mi publicación en cinco tomos, editada por Aracena en 2013, ya contenía ese relato. con un título más comercial –Historia del PP–, la obra se centra en la evolución del centro-derecha, especialmente del liberalismo, no solo en España sino también a escala mundial, desde 1812 (la Pepa) hasta 2013.
Racionero circunscribió el peso del liberalismo a figuras emblemáticas como Alexis de Tocqueville, Benjamín Constant y lord Acton, conocido por su frase «el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente». sin embargo, este enfoque resulta superficial, pues ignora la verdadera profundidad del liberalismo como corriente política, filosófica y económica.
El liberalismo hunde sus raíces en la ilustración española con figuras como Jovellanos y las ideas reformistas del sínodo de Pistoia, difundidas por la universidad de Salamanca. además, la influencia de los fisiócratas franceses y economistas ingleses como Adam Smith consolidaron un movimiento que ha marcado la historia hasta nuestros días.
La historia política moderna demuestra que tanto la derecha como la izquierda han evolucionado de manera rotunda y, en ocasiones, errática. quizás el ejemplo más revelador sea la actual adhesión a la economía de mercado por parte de los regímenes comunistas reciclados, como ocurre en la ex unión soviética o en la Unión Europea, donde las políticas liberales han sido impulsadas por la alianza entre Merkel y Sarkozy en estos últimos años. Esta evolución se asocia a la influencia de la escuela austriaca (Von Misses, Hayek y Popper) frente a la escuela de Chicago (Milton Friedman) o la actual figura de Milei. por otro lado, las teorías de John Maynard Keynes, padre del estado del bienestar, han sido la base del subvencionismo estatal, bandera de la socialdemocracia, ya sea de derechas o de izquierdas, pero todas ellas con raíces en el marxismo.
Liberalismo y evolución de las ideologías. el liberalismo ha jugado un papel fundamental en la transformación de las ideologías políticas. un ejemplo paradigmático es la izquierda británica, que pasó del estatismo de Clement Attlee al pragmatismo privatizador de Toni Blair. el socialismo de Blair, con su «tercera vía», habría sido considerado derechista hace medio siglo. este cambio ilustra cómo los programas políticos no conocen fronteras estables y son tan relativos como las líneas geométricas. la frase «apoyamos una economía de mercado, no una sociedad de mercado», defendida por la socialdemocracia europea, demuestra una retórica vacía que resulta difícil de sostener.
La socialdemocracia internacional, que en sus orígenes se mostró progresista, aunque no revolucionaria, ha virado hacia el llamado nuevo socialismo del siglo XXI. en América latina(Grupo de Puebla). Este movimiento ha bebido de la teología de la liberación, que no es más que un marxismo modernizado con tintes conservadores, heredero de las primeras internacionales en las que se separaron socialismo y comunismo.
Como espectador directo de la Transición Española, en la que he participado activamente, desde 1968 hasta hoy y conociendo de cerca a los protagonistas de esta etapa, la más brillante y exitosa de la historia de España entre 1812 y nuestros días, es desde la posición en que me atreví en 2013 a narrar su desarrollo en cinco tomos (5000 páginas). El Iº desde 1812 hasta la muerte de Franco, el IIº Suarez y la UCD, el IIIº Felipe González, el IVº Aznar y el Vº Zapatero Rajoy hasta 2011, elecciones a partir de lo que ya no es historia, sino sociología de las postrimerías de la Transición, con la aparición de dos nuevos partidos Ciudadanos y Podemos, que con la judicialización de la Corrupción terminaron con la “Casta” que desde 1978 viene gobernando España.
Principios del liberalismo. El liberalismo, en su esencia, se define por una serie de principios fundamentales que han configurado la historia política moderna:
- individualismo el liberalismo antepone el individuo a cualquier concepción comunitaria o colectiva. frente al pensamiento medieval cristiano, promueve el culto a la personalidad y la libertad de conciencia, que nace con el «libre examen» de la reforma protestante. como afirmó García Pelayo: «los valores individuales son superiores a los colectivos y el individuo decide su destino y hace historia».
- autonomía moral el liberalismo relativiza la ética y subjetiviza el juicio moral, partiendo de un profundo escepticismo hacia la verdad absoluta. en esta doctrina, el valor supremo deja de ser la verdad para convertirse en la libertad.
- la bondad natural del hombre siguiendo a Rousseau, el liberalismo postula la teoría del «buen salvaje»», que sitúa el origen del mal en la sociedad y no en el individuo.
- racionalismo laicista la razón, y no la fe, es considerada la verdadera fuente del progreso. el liberalismo rechaza cualquier principio absoluto o sobrenatural.
- utopismo y mesianismo el liberalismo persigue la construcción de un «paraíso terrenal» en el futuro, lo que le confiere un carácter utópico y mesiánico. esta idea se manifiesta en el «despotismo ilustrado» y en las ideologías modernas.
- contractualismo social la sociedad no es vista como una realidad natural, sino como el resultado de un contrato social.
- democratismo si los individuos son iguales y naturalmente buenos, ningún grupo puede arrogarse el poder político. sin embargo, la existencia de gobierno y poder sigue siendo una necesidad práctica.
Liberalismo político y económico, en su vertiente política, el liberalismo centra su análisis en la relación entre el individuo y el estado, abogando por la limitación del poder público. en su versión económica, defiende la libertad de mercado y la reducción de controles estatales. sin embargo, en la práctica, muchos regímenes han pervertido el liberalismo, otorgando al estado un poder desmedido. el leviatán de Hobbes, en esta visión, aplasta a los individuos mediante impuestos y subsidios que, en realidad, no son más que herramientas para comprar votos y perpetuar el poder.
El futuro del liberalismo: el liberalismo no es solo una doctrina política y económica, sino también una filosofía que apuesta por la libertad individual como motor del progreso humano. desde mi pertenencia a ALDE (Asociación Europea de Liberales y Demócratas) y a la Internacional Liberal, fundada por Salvador de Madariaga, he defendido estas ideas como el futuro de la humanidad, Luego como presidente del Partido Liberal 1979-1982. Presidente del Club Liberal Español y de la Fundación Foro Jovellanos y mis posteriores aventuras con Antonio Garrigues Walker en el PDL y el Partido Reformista. Para acabar como actual presidente del club Nuevo Liberalismo Siglo XXI.