El pasado viernes se aprobaron los Presupuestos de la Comunidad de Madrid para el 2025 gracias a la mayoría absoluta del Partido Popular. Unos presupuestos que como a
lo largo de este artículo trataré de desarrollar distan mucho de ser lo que necesitan la Comunidad de Madrid, a pesar de lo que día si y día también tratan de vendernos desde el poderoso aparato mediático de Isabel Díaz Ayuso, siempre bien dispuesto a través de sus numerosas terminales a la alabanza gratuita y exagerada, especialmente cuando desde el gobierno regional son tan generosos en la publicidad institucional.
Tratan de vender que los Presupuestos de la Comunidad de Madrid “suponen el mayor esfuerzo en recursos económicos realizado por la Comunidad de Madrid” (el año pasado decían exactamente lo mismo) y que “garantizan la excelencia y calidad en los servicios públicos, sin dejar a nadie atrás”. Hasta aquí las noticias, ahora vamos a hablar de la verdad. ¿Y cuál es la verdad? Vayamos por partes.
La liquidación del anterior presupuesto nos dice que, con unos ingresos de 28.469 millones, el gasto de la Comunidad de Madrid ascendió a 29.264 millones, es decir, han gastado 794 millones más de lo ingresado (2,72%) y 1.121 millones más de lo presupuestado (3,99%). Ante estas cifras del anterior presupuesto, el de 2.025 proyecta 28.662 M, es decir nace ya con un déficit de más de 600 millones de euros sobre la liquidación de 2023. Con estos datos se puede afirmar, por tanto, que las transferencias recibidas del Gobierno de España han salvado el presupuesto de Ayuso.
Esto tiene un nombre, presupuesto deficitario. Además, en esa misma liquidación podemos ver como más del 70% de las partidas presupuestarias han sido modificadas, circunstancia que se repite en la Comunidad de Madrid con los diferentes gobiernos del PP año tras año. No parece sin duda el mejor
ejercicio de rigor que pueda pedírsele a un Gobierno. Indica un presupuesto mal elaborado ya en su inicio. Las modificaciones suponen cambios en el destino de los
fondos públicos de todos los madrileños, adoptados por el propio Gobierno, alterando así lo aprobado por el propio Parlamento. Sin duda, las modificaciones presupuestarias
son una herramienta necesaria y tienen que ser utilizadas, pues tienen sentido para adaptar las cuentas a la realidad sobrevenida y a los cambios y nuevas necesidades que
puedan surgir durante el ejercicio. Sin embargo, cuando afectan a tal cantidad de partidas y capítulos, esta forma de actuar convierte al presupuesto en un mero trámite
para el Gobierno, no una Ley que hay que cumplir y, en consecuencia, una vez aprobado, el Gobierno actúa como si tuviera barra libre para realizar todas las modificaciones que le apetezca, desvirtuando de manera notable el presupuesto, e incluso mostrando datos preocupantes de infrafinanciación en algunas necesidades básicas. Nada mejor que poner varios ejemplos de áreas importantes que nos permitan calibrar correctamente estos presupuestos.
El presupuesto de la Consejería de Economía y Hacienda desciende un 5,3%, que resume bien la poca relevancia que el Gobierno da a las políticas económicas. En particular, es llamativo el recorte del 36% en transferencias corrientes, en relación con el presupuesto de 2024. Un 36% que se traduce, nada más y nada menos, que en 24 millones de euros menos en políticas para autónomos. La Comunidad es incapaz de
destinar un solo euro de recursos propios para favorecer a los autónomos. Toda la ayuda que les llega está financiada por la Administración General del Estado. En comercio, suprimen en un 21% las ayudas a las entidades locales para la promoción del comercio de proximidad. En materia de consumo, la diminuta subida de apenas un 7% es insuficiente para dotar de personal suficiente a este servicio. El programa de
Competitividad tiene una dotación claramente insuficiente para los retos económicos y de crecimiento potencial que tiene nuestra región. Más de la mitad del incremento en
el crecimiento de este programa se explica por una mayor financiación del Gobierno de España para fomentar la industria en nuestro país y en nuestra región. Además, este programa ha tenido una bajísima ejecución en 2023, de apenas el 60%. No solo es un presupuesto insuficiente, sino que se prevé que no acaben ejecutándolo.
En políticas de empleo, el aumento que tiene lugar se debe a una mayor financiación finalista por parte del Gobierno de España. En este ámbito, destaca la recurrente inejecución en esta sección por parte del Gobierno regional, tanto en el área de promoción y fomento del empleo, como en la de formación para el empleo. Con una ejecución en 2023 en Empleo del 57,75% y dejando sin ejecutar 441 millones, este
Gobierno está incapacitado para hablar de políticas de empleo, teniendo además en cuenta que los paupérrimos niveles de ejecución en esta sección se suceden año tras
año.
El Presupuesto destinado a Sanidad en Madrid crecerá en 2025 un 2’9%, un porcentaje inferior a la subida del Presupuesto Global que se sitúa en un 4 %. Por lo tanto, un año más, la Sanidad vuelve a perder peso en el Presupuesto para 2025. Es evidente que la inversión en Sanidad Pública no es una de las prioridades de la Señora Ayuso. Resultan
insuficientes los 10.459 millones de euros anunciados cuando la liquidación de 2023 arroja un gasto de 11.382 millones de euros. Igualmente, el presupuesto en Atención
Primaria de 2.622 millones de euros resulta insuficiente, siendo las obligaciones en 2023 de 2.732 millones de euros. Esta situación es sobradamente conocida por el
Gobierno, pero año tras año infra presupuesta la Sanidad madrileña. Con estas cifras, la Comunidad de Madrid seguirá ocupando el último puesto en inversión/ habitante en
la sanidad pública, casi a 300 euros de diferencia por habitante de la media nacional.
En Educación, de los 6.657 millones de euros de presupuesto, anuncian 122 millones de inversiones en educación primaria y 115 millones en secundaria y Formación
profesional, un total de 235 millones de euros en inversiones educativas, pero en 2023 el crédito actual del capítulo destinado a inversiones de educación fue de 252 millones
de euros de los que solo ejecutaron 148 millones (el 58,78%). Con esta eficiencia en la ejecución, de los 252 millones de euros anunciados ejecutaran solo 138 millones,
cuando las obligaciones en este mismo apartado en educación en 2023 ya fueron de 148 millones. Anuncian en becas y ayudas 254 millones de euros, pero en 2023 solo
ejecutaron el 88,13% (161 millones) de los 182 millones aprobados en presupuesto.
Presumen por tanto de que suben las becas, pero si observamos bien, ascienden las becas de bachillerato, de infantil y de Formación Profesional, todas ellas para centros
privados, vamos lo que ellos llaman libertad de elección. En definitiva, en materia educativa podemos establecer que el proyecto de Presupuesto de Educación para 2025 ofrece un incremento del 3,6%, por debajo de la media de subida del conjunto del Presupuesto de la Comunidad, es decir, Educación no es una prioridad. Un incremento que supondrá pérdida del porcentaje del PIB regional dedicado a gasto
público educativo. Además, conllevará la congelación del número de profesores del programa de Compensatoria, del número de Equipos de Orientación, de profesores
especialistas para alumnado con necesidades educativas especiales, de inspectores, de los gastos de funcionamiento de los institutos, del programa de comedor y transporte
escolar, de las transferencias a las universidades, de la reducción de los fondos para formación del profesorado, de la reducción en un 11,6% de las inversiones en centros
educativos, del incremento en 34 millones de euros de los fondos para conciertos y en 6 millones de eruos los destinados a los cheques-copago a la privada no concertada,
etc.
En Vivienda, anuncian 669 millones de euros en ayudas a la vivienda, pero carecen de toda credibilidad. En 2023 el programa Vivienda y Rehabilitación tuvo una ejecución de
apenas el 32%, dejando sin ejecutar 313 millones. Las viviendas que se van a entregar del Plan VIVE llevan cero euros de Presupuesto regional, y veremos cuantas son.
Viviendas por otra parte que no reúnen la condición de “asequibles”, sino que se han sacado a precio de mercado. El Aumento del Presupuesto viene dado por los fondos
procedentes de otras administraciones, programas MMR destinados a financiar la rehabilitación de viviendas, así como para hacer nuevas viviendas, como para la L3,
procedentes de las transferencias en esta materia del Gobierno de España.
Por tanto, en conclusión, podemos decir que o bien anuncian cifras récord de presupuesto en determinadas áreas como sanidad, cuando saben que el presupuesto que aprueban es insuficiente, o anuncian millones en programas como las ayudas a vivienda o planes de empleo joven cuando año tras año no ejecutan el presupuesto
que aprueban. Esta la verdad de un Proyecto de Ley de Presupuestos para el 2024. De nuevo, una oportunidad perdida.
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