Eduardo Punset, conocido principalmente como divulgador científico, tuvo una etapa previa de intensa actividad política que marcó una parte significativa de la historia de los movimientos liberales en España. Su compromiso con la construcción de un futuro político más abierto y democrático lo llevó a participar en la fundación y organización de los Clubes Liberales junto a Antonio Garrigues Walker y Bernardo Rabassa entre los años 1980 y 1985.
En este contexto, Punset asumió el papel de secretario general de la Federación de Clubes Liberales en 1982. Estos clubes surgieron como un espacio de encuentro para políticos, intelectuales y ciudadanos interesados en promover un ideario liberal en el panorama político español, que en aquel entonces vivía el declive de la Unión de Centro Democrático (UCD). Con la ayuda de la Fundación alemana Naumann, lograron abrir locales en varias provincias españolas, donde figuras como Punset y Garrigues atraían a numerosos asistentes con sus conferencias.
El contexto político de esta época era complejo. Tras la muerte de Joaquín Garrigues Walker en 1980, su hermano Antonio asumió el liderazgo del movimiento liberal, apoyado por Rabassa. Este periodo fue crucial para sentar las bases de lo que sería, en 1982, el Partido Demócrata Liberal (PDL). Aunque el PDL no alcanzó el éxito electoral esperado, su existencia fue un paso importante hacia la consolidación de un espacio político liberal, aunque luego al incorporarse al partido Reformista de Miguel Roca y Florentino Pérez fracasamos en las elecciones generales de 1984, responsabilidad de Roca que nos dejo en el partido reformista mientras que él se presentó por Convergencia y Unió.
Una anécdota que ilustra la personalidad de Punset tuvo lugar en una cena en Roma, donde su humor y su destreza musical sorprendieron a los asistentes. Entre bromas sobre el cuidado de cipreses y su habilidad al piano, Punset mostró la faceta humana y cercana que lo caracterizaba.
En 1984, el PDL como hemos dicho antes, dio paso al Partido Reformista Democrático (PRD), liderado por Miquel Roca. Aunque este proyecto también terminó en fracaso electoral, marcó el final de una etapa política para Punset, quien posteriormente se enfocó en proyectos más personales, como la creación del Foro y su papel como divulgador científico, que lo convertiría en una figura popular en la televisión española. después de fracasar también en las elecciones europeas. Punset le traslado Foro a Eduardo Merigó quien finalmente me lo traslado a mi bajo el nombre de Foro Jovellanos que tuvo un gran éxito de público y crítica con los famosos premios Jovellanos a liberales conocidos, que a su vez nos fueron arrebatados por un juzgado en un pleito promovido por la Editorial Nobel de Asturias porque tenían también unos premios Jovellanos, para premios literarios, lo que no tenia nada que ver según la ley de patentes y marcas. Eso nos costo nuestros escasos medios embargados por esa condenada editorial de nombre por supuesto bien copiado.
Eduardo Punset y el Liberalismo en España: Una Revisión desde 2024. A la distancia de más de cuatro décadas, el legado político de Eduardo Punset en el contexto de los movimientos liberales en España sigue siendo relevante. En una época de fragmentación y desconfianza política, la visión de Punset, Garrigues Walker y Rabassa de construir espacios de encuentro e idearios compartidos resuena con fuerza.
En 2024, las ideas liberales que promovieron aquellos clubes pueden verse como precursoras de los actuales movimientos ciudadanos que buscan regenerar la política desde abajo. Los valores de transparencia, libertad individual y responsabilidad social que Punset defendió son más necesarios que nunca en una sociedad enfrentada a desafíos globales como el cambio climático, la digitalización y las crisis de confianza en las instituciones democráticas.
La amistad con Punset marcó una etapa clave en mi vida. Juntos viajamos, debatimos y soñamos con una España mejor. Recuerdo especialmente los días en su masía en la Costa Brava, donde la política se mezclaba con conversaciones filosóficas y momentos de simple humanidad. Punset era un hombre de múltiples talentos, y su humor e ironía hacían de cada encuentro una experiencia enriquecedora.
Hoy, en el centenario de su nacimiento, su figura no solo se recuerda como divulgador, sino como un pensador que supo combinar el conocimiento científico con una profunda fe en el progreso humano. Su capacidad de conectar con las personas sigue siendo un modelo para quienes buscan cambiar el mundo desde la política o cualquier otro ámbito.
La historia de Eduardo Punset y los Clubes Liberales es, al final, la historia de un grupo de personas que no tuvieron miedo de soñar en grande, incluso en un momento de incertidumbre. Aunque los resultados electorales no siempre los acompañaron, su esfuerzo dejó una huella en quienes los conocimos y trabajamos a su lado. Y esa huella sigue siendo una inspiración en este 2024, un recordatorio de que el cambio siempre es posible cuando se apuesta por la libertad, el conocimiento y la colaboración.